Tan sólo Ponferrada y Logroño tienen mejor valoración canina, pero los dueños añoran la playa de San Lorenzo en verano y mejoras en El Rinconín
Gijón es la tercera ciudad más dog friendly de España. Ponferrada y Logroño están por delante, pero el tercer cajón del podio canino se queda en casa. No en vano la ciudad tiene más de cuarenta zonas verdes donde los peludos pueden estirar las patas sin tener que estar enganchados a una correa, hay una local comercial que les acepta por cada 2.000 habitantes, una quinta parte de los hoteles y alojamientos admiten mascotas, y disponemos de dos arenales donde los perros pueden relajarse con un merecido baño marino.
Pero todo es mejorable, y así lo perciben los dueños. La playa canina, en El Rinconín, es el núcleo del ocio perruno en la época estival. Allí se juntan decenas de perros cada día como los críos que se persiguen en los parques. Los propietarios echan de menos el arenal de San Lorenzo, que da un espacio mayor a los perros para correr en un entorno más agradable. “Es una zona con mucha roca y hay que tener cuidado”, señala Marina. En ese contexto, Jorge añade que “aquí la marea deja mucha porquería entre las piedras, no termina de limpiarse todo». Él es de Oviedo y cada día viene a Gijón para que su labrador de seis años pueda bañarse en el mar. “Yo no echo de menos San Lorenzo, tener este rincón es un lujo. Lo que es una vergüenza es que Asturias, de entre 110 playas, sólo tenga cuatro en la que podamos ir con perros”.
Es una queja común. En Gijón hay más de 40.000 perros censados. Es más, la población canina de la ciudad supera a la de menores de 18 años en casi cinco mil personas. La evolución de estos números invita a pensar que esa diferencia se irá incrementando con el paso de los años y el envejecimiento de la población asturiana. Avanzar en los servicios dedicados a los perros es una necesidad. Cristina y Aaron tienen dos perros y señalan que “cuando sube la marea nos quedamos sin sitio. En San Lorenzo, aunque esté alta, siempre tienes un hueco para ir con ellos”.
Saray señala también como un problema, en verano, el aparcamiento para llegar al Rinconín. “Es un parking muy pequeño y en esta época es difícil aparcar”. La lejanía con el núcleo urbano de la zona es otro paso a solventar. O buscar una solución para la convivencia de bañistas y canes en San Lorenzo en la época de baño. Los perros, hasta ahora, pueden ocupar el principal arenal gijonés del 1 de octubre al 31 de mayo y hasta la escalera 8, pero se les cierra el paso en los meses de junio a septiembre. Otras zonas, como en el oriente asturiano, este cierre se lleva a cabo tan solo en julio y agosto. Natividad propone que se permita el acceso de los peludos a San Lorenzo durante las horas que no haya masificación de gente, “a primera hora de la mañana y última de la tarde, cuando ya no quedan bañistas”.