La vicealcaldesa Ángela Pumariega presentó junto con Sara Menéndez García, presidenta de la Unión de Comerciantes de Asturias, este documento que aporta una imagen real del sector en la ciudad a partir de más de 1.000 encuestas a vendedores, clientes y visitantes, y establece líneas de actuación
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«Hoy es un día de celebración para el comercio y para la ciudad de Gijón», empezaba su intervención Sara Menéndez García, directora de la Unión de Comerciantes del Principado de Asturias. Gijón ya cuenta con su ‘Plan Local de Orientación Comercial de Gijón/Xixón’ para el periodo 2024-2028, que la vicealcaldesa Ángela Pumariega definió como «una herramienta de apoyo y normalización del sector, que va a contribuir sin duda al desarrollo local de nuestro comercio con el objetivo de fomentar la modernización de nuestros comercios, apostando por la digitalización, la formación, la mejora de la accesibilidad, entre otras de las características que luego vamos a anunciar». Una iniciativa para «fortalecer el sector del comercio y asegurar su viabilidad en el largo plazo», destacó la también concejala de Economía, Empleo, Turismo e Innovación.
Menéndez García destacó que el documento «aporta al sector empresarial del comercio minorista estabilidad, proyectos y esperanza». «Desde la Unión de Comerciantes de Asturias defendimos en todo momento la existencia de este plan, como lo hicimos cuando se aprobó el primer plan de orientación, el único que existió en Asturias, a pesar de que la Ley de Ordenación de Comercio Minorista asturiana insta a los municipios de mayor tamaño a aprobar una planificación estratégica para el comercio», recordó su presidenta. Un análisis previsto para 2020 que, apuntaba Pumariega, retrasó la pandemia y que se contrató a través de Promoción Empresarial y Turística de Gijón (PETSA), encargándose del mismo Daniel González Arias y Fernando Méndez Navia.
«Tener un plan de orientación como el que hoy presentamos, que se ha elaborado desde los datos de la realidad actual del sector y de lo que desean, compran y necesitan las personas que viven aquí en Gijón y las que no visitan, nos permite tener una ruta de trabajo segura que responderá a las necesidades cambiantes de la clientela y al papel que el comercio tiene en la calidad de vida de las personas que viven en Gijón», alejándose así «de las ocurrencias, que alguien nos contó que funcionaron en otro lado, sin mucha más precisión», aseguró Menéndez García. Una guía que «nos permite tener claro no solo lo que hay que hacer, sino lo que no hay que hacer».
Cuatro ejes con medidas muy concretas
González Arias, de InvesMark, explicó sobre el ‘Plan Local de Orientación Comercial de Gijón/Xixón’ que «básicamente lo que hemos realizado es un trabajo muy importante de investigación, en el que hemos utilizado información estadística de fuentes tanto municipales como nacionales. Hemos realizado encuestas, entrevistas en profundidad, dinámicas de un grupo y, a partir de esa información, lo que hemos elaborado es, en primer lugar, un diagnóstico de la situación, para pasar posteriormente a redactar lo que es el plan de orientación».
En total fueron 400 encuestas a comerciantes, 400 a residentes en Gijón y 400 a visitantes, de las que 200 se realizaron a turistas. A ellos se sumaron 5 ‘focus group’ a comerciantes por zonas y 3 a colectivos ciudadanos, expertos y políticos. Méndez-Navia, de Desarrollo de Empresas Exteriores (DEX), ahondó en los detalles de un plan que «tiene llamamientos para todos», tanto para la Administración como para los comerciantes y la ciudadanía, con «una serie de objetivos y ejes estratégicos», que son ‘Comercio sostenible para una ciudad atractiva’; ‘Innovación y conocimiento para mejorar la competitividad del comercio local’; ‘Reposicionamiento de la oferta y atracción de la demanda comercial’; y ‘Reconocimiento, visibilidad y gobernanza del sector’. «Cada uno de esos cuatro ejes de actuación se desarrolla con medidas, en nuestra opinión, muy concretas», que van desde la mejora de calles y espacios comerciales a la creación de una Escuela de Comercio, la adaptación del comercio local a nuevas necesidades y patrones de compra en cuestiones como podrían ser los horarios, o la creación de plataformas de comunicación e intercambio de ideas entre comerciantes.