La nueva presidenta vecinal del barrio, elegida en octubre, se ha propuesto consagrar su mandato a conseguir que se construya el ansiado centro municipal integrado, y a mejorar las conexiones con el resto de la ciudad
Graciela Buzón de Álvaro (1984, Oviedo) es una maestra en el uso de la ironía. Sobre todo, combinada con la sonrisa que surca su rostro de forma casi permanente. Una mueca sólida y luminosa, que sólo se ensombrece parcialmente cuando se abordan cuestiones como las demoras en la construcción del futuro centro de salud y del colegio de Nuevo Roces, las dudas que en dicho barrio orbitan en torno a la materialización del tan demandado centro municipal integrado, o el aislamiento crónico que sus habitantes padecen con respecto al resto de la ciudad. Porque desde que, el pasado 6 de octubre, asumiese la presidencia de la Asociación Vecinal del lugar, en sustitución del ahora vicepresidente José Miguel Bernardo, todos esos frentes son ahora competencia directa de esta joven ‘carbayona’, amante de los juegos de mesa y del gaming, casada y madre de una hija, profesionalmente curtida como gestora de personal y residente en Nuevo Roces desde enero de 2011. Una tarea que afronta decidida a dar batalla a cualquier gobierno, organismo o empresa que entorpezca el justo desarrollo del que es el barrio más joven y creciente del municipio. Y en su cabeza bullen mil y una ideas, planes y propuestas, convergentes todas en un mismo punto: «que en Gijón se sepa de una vez por todas que existimos».
Han pasado tres meses desde que accediese al cargo, y quizá aún sean muchas las personas que se hagan esta pregunta… ¿Quién es Graciela Buzón?
Pues alguien que, en vez de gastarse el dinero el alcohol y drogas, se lo gastó en videojuegos y cartas. Eso, y una ovetense que lleva en Gijón desde 2007. Me vine después de que mi madre sufriese un accidente; empezamos en un piso de VIPASA en otra zona de la ciudad y, por fin, en 2011 me vine aquí. Y fui de las pioneras, porque los primeros pisos de Nuevo Roces se ocuparon en junio de 2010. ¡Ah, y entre medias estuve viviendo en Madrid! Ya ves; me fui a hacer los ‘madriles’…
¿No le gustó la capital española?
No era para mí. Con la familia hablabas prácticamente todos los días, no los echas tanto de menos, pero lo que sí añoraba era el verde. Este color verde, en concreto. No es como el de la sierra madrileña, que tiene muchos lavados. Fue una época complicada; laboralmente estuvo muy bien, pero anímicamente resultó complicada.
Aunque sea en Asturias, ¿continúa trabajando?
Por desgracia, no. He tenido que abandonar mi carrera profesional, por la imposibilidad de conciliarla con la maternidad. Tengo una niña de dos años y medio, y es inviable. Fue muy duro.
No obstante, se podría decir que, en cierto modo, lo ha compensado con la presidencia de la asociación…
Hasta cierto punto, sí. Necesitas sentirte útil, y qué mejor manera de hacerlo que contribuyendo a mejora la vida de mi hija y del barrio. Además, creo que un perfil como el mío, que soy relativamente joven y con una hija, es muy representativo de Nuevo Roces, y eso hace que, al final, esté más cerca de lo que son son las necesidades del barrio.
«Con el futuro colegio tenemos un problema con las fechas. El Principado dice que se abrirá para el inicio del curso 2025-2026, pero los números no nos salen»
¿Y qué tal han sido estos primeros meses al frente de la organización?
Muy ajetreados. Encima el último trimestre fue el de más fiestas. Celebramos Halloween, el Amagüestu y Papá Noel en la sede, aparte de acudir al Pleno en el Ayuntamiento, cuando Podemos presentó la propuesta para el centro municipal integrado. Ah, y la visita de la consejera de Salud, Concepción Saavedra, al futuro centro de salud, de la que nos avisaron tres cuartos de hora antes…
Un bautismo de fuego intenso, desde luego. ¿En qué estado encontró la asociación cuando relevó a Bernardo?
A día de hoy, está fuerte, cohesionada y funcionando. El problema que tiene, y que es común a todo el asociacionismo, es que, al ser algo gratuito, altruista, poca gente quiere, o puede, implicarse a fondo. Lo haces, más que por amor al arte, por amor a tu casa, a tu vida, a tu barrio, a tu familia… Por suerte, Miguel sigue ahí, de vicepresidente, y menos mal, porque lo necesito. Con todos sus contactos, su experiencia… Nos conocemos de la lucha social y vecinal, ha sido mi maestro jedi, y este año que se nos presenta va a ser mi Sancho Panza, porque realmente vamos a luchar contra gigantes.
Ya que traza el paralelismo con Don Quijote, ¿cuáles prevé que serán sus molinos de viento a batir este 2024?
En este momento, el Ayuntamiento. Es el que nos ha dicho lo del centro municipal integrado, el que nos ha prometido mejorar las conexiones con el resto de Gijón… Hasta ahora lo fue el Principado, pero ahora le toca al Consistorio. Del concejal Guzmán Pendás voy a ser el fantasma de las Navidades pasadas, y de las futuras.
¿Significa eso que el Gobierno de Asturias ha cumplido con su parte?
Más o menos. Nos ha llevado sólo doce años que empiecen las obras del colegio y del consultorio médico pero, al fin, están en marcha. El consultorio acabarían de construirlo en noviembre de este año, son dieciocho meses de ejecución y van a buen ritmo, pero Saavedra nos explicó, y le agradecemos la información, que en el presupuesto del próximo año estaría la partida del equipamiento, así que esperan que esté operativo para abril o mayo de 2025. El caso del colegio es más complicado; hay un problemilla de fechas. En principio, su ejecución llevará dos años, pero el Principado quería, y nosotros también, que abriese para el inicio del curso 2025-2026. Si la obra empezó en octubre, son veinticuatro meses, todavía habría que equiparlo y el curso académico comienza en septiembre, los números no salen. Oye, que ojalá, porque parece que las obras van un pelín más rápido de lo esperado.
De modo que, ahora mismo, su principal frente es el centro municipal integrado.
Correcto. Lo primero que quiero dejar claro es que, por lo que respecta al consultorio y al colegio, los distintos Gobiernos municipales que han pasado nos han apoyado al 100%. Eso hay que decirlo. ¿Qué pasa? Que, ahora que le toca a él, el Ayuntamiento se ha lavado las manos. Aquí la única gran inversión que hubo fue la escuela infantil, que tiene en total 78 plaza… Cuando el año que menos niños nacieron lo hicieron ochenta. No hay que ser. Pitágoras. Esa escuela ya nació pequeña, y han pasado doce años. Aparte de eso, y de que el año pasado, aprovechando fondos Next Generation, nos pusieron el aparcamiento en espiga, en vez de en línea, y unos semáforos que siguen sin funcionar, no ha habido nada más.
¿Tiene esperanzas de que, con usted al mando, ese centro llegue a hacerse realidad?
En realidad, antes que el centro, nos deben las conexiones, porque en Nuevo Roces seguimos aislados. Gilberto Villoria nos dijo que este año hay una partida para hacer una conexión directa, pero la pasarela que nos construyeron lleva directamente al reino de Narnia, a la carretera del Obispo, sin paso directo a Contrueces y Montevil. Y tampoco tenemos enlace con la senda fluvial… ¡Y eso que hay hasta un túnel! Lo que pasa, nos dijeron, es que cruza unos terrenos privados que habría que expropiar. Lo que tampoco es raro, porque Nuevo Roces nació de la expropiación. No entiendo qué problema hay en expropiar un cachito para hacer un camino… De hecho, en el anterior mandato de Carmen Moriyón se quiso hacer una permuta con una parcela urbanizable, pero el PSOE la echó abajo.
También su predecesor dio la batalla por la cuestión de la incomunicación de Nuevo Roces…
Es que es lo que más nos urge. De entrada, está el problema de la carretera Carbonera, que se estrecha de cuatro a dos carriles entre el parque de bomberos y Montevil. Eso es competencia del Principado, vale, pero hace unos años hubo en los presupuestos autonómicos cuatro millones para el desdoblamiento de la carretera, y ni se estudió, ni se ejecutó… Nada de nada. Y es peligrosísimo. No hay aceras, ni pasos de peatones, y es la única conexión directa que tenemos con Roces, que es donde está el instituto de referencia que nos toca. Así que hay que atajar el desdoblamiento, acabar con ese embudo y, sobre todo, pasar la autovía que nos separa. Por encima o por debajo, pero hay que salvarla.
«Somos el barrio donde más niños nacen por habitante de toda Asturias. Y, en el momento en que tengamos el consultorio y el colegio, habrá una avalancha de empadronamientos exagerada»
Bernardo también habló en varias ocasiones de las líneas de la EMTUSA, de la necesidad de reforzar ese servicio. ¿Lo secunda?
Sí. Tenemos tres: el 20, que es el tren de la bruja, porque te lleva por todas partes dando un rodeo tremendo; el 15 que es más directo hacia el centro, y que pasa por tres institutos, y el 35, que es el autobús fantasma. Este último va directo a Cabueñes, que es lo que necesitamos, pero sale de aquí dos veces al día, y regresa otras tantas. Para poder aprovecharlo hay que tener horario de funcionario. Tienes que tener, como mucho, horario de funcionario. La línea 15, que fue la primera que tuvimos, tiene un recorrido bueno, pero para ir desde aquí hasta Cabueñes echas la vida. Lo bueno sería un servicio lanzadera hacia la zona este, que pille de camino Viesques, las universidades y Cabueñes. Algo que una el sur y el este.
¿Alguna otra necesidad por la que vaya a pelear?
Un parque. Tenemos un único parque, el de Los Locos, que, además, ha estado mutilado, aunque ya han hecho el traslado del juego del barco pirata. Lo malo es que este año los presupuestos del Ayuntamiento sólo incluyen partidas para mantenimiento y remodelación de parques, porque todos están para que los cierren. Imagino que ese dinero se puede obtener a través de fondos europeos… De todos modos, hoy por hoy sólo tenemos una zona grande de juegos, y eso que somos el barrio donde más niños nacen por habitante de toda Asturias. Y, en el momento en que tengamos el consultorio y el colegio, habrá una avalancha de empadronamientos exagerada.
¿De veras lo cree? Empadronarse no es como ir a enviar un paquete a Correos…
Totalmente. Ahora hay empadronadas en Nuevo Roces 6.265 personas, pero otras 3.000 viven aquí y están empadronadas en otros barrios.. No hay más que contar las viviendas existentes… Pero es lógico. Con la dispersión de servicios, si tú conoces a tu médico en el ambulatorio de El Llano o en el de Severo Ochoa, ¿te vas a empadronar en Nuevo Roces para que te asignen el de Contrueces, aparte de que está saturado? Y lo mismo con los colegios. Yo ya tengo a mi hija yendo a uno; si me empadrono aquí, tendré que cambiarla para uno que ni siquiera está en el barrio. Para eso la dejo donde está.
Aprovechando que menciona a su hija, y dado que ya antes se refirió a usted como representativa del barrio, ¿cuáles son los perfiles más usuales?
Lo dicho: el mío. Soy, tal cual, representativa de Nuevo Roces. La edad media de los vecinos está entre 35 y 40 años. Son personas jóvenes, con hijos, con lo que tenemos una pirámide poblacional casi perfecta, ancha en la base, en vez de arriba. Eso es lo que nos hace especiales, en comparación con el resto de barrios. De ahí que necesitemos esos servicios. Si ni siquiera tenemos oficina de correos propia…
Pensando en esos perfiles que detalla, y dejando a un lado el plano reivindicativo, ¿qué planes tiene para dinamizar la vida cotidiana en Nuevo Roces?
Acabo de aterrizar, así que tengo muchísimas ideas en la cabeza, de las que algunas puede que funcionen. Y, ojo, aunque tenga la edad de la mayoría, no todos tenemos las mismas aficiones. Sobre todo, tengo ideas de cara a los adolescentes, esos grandes olvidados. Muchas veces se reúnen aquí, detrás de nuestra sede, porque, literalmente, no tienen a donde ir. Tenemos una pista deportiva que es para críos de hasta doce años, y nos han puesto, tras dos años esperando, un equipo de tenis de mesa y un futbolín, cuando la petición era dos de cada. Claro, ahora, de repente, el dinero vale menos, pero los chavales siguen necesitando un lugar y algo que hacer. También está sobre la mesa aprovechar redes sociales como TikTok y Twitch, hacer un podcast…
¿Y al margen de la adolescencia?
También hay ideas. Una es una especie de ‘viernes solidarios’. Consistiría en quedar los viernes por la tarde y tejer para colaborar con una asociación que hace mantitas para las cajas del recuerdo de los bebés que fallecen antes de tiempo. Podríamos organizar una merienda y ponernos a hacer ganchillo, juntarnos, ayudamos, aprendemos puntos nuevos… Hacemos tribu, que es algo que creo que se ha olvidado. Nos han inculcado el egoísmo en nuestra generación, y se ha perdido ese pensamiento de comunidad, el apoyarnos y el ayudarnos. Estamos metidos en el yoísmo, en la crítica. Ahora que soy madre quizá me doy más cuenta, pero quiero dejarle a mi hija un mundo mejor. Si alguien está triste no le, digas «No llores»; dale un abrazo.
«Todas las actividades que hacemos tienen una acogida espectacular, al cien por cien. Nos hemos visto, incluso, sobrepasados, y desde aquí pedimos disculpas por ello»
Sí, pero todo eso, para salir adelante, precisa de una colaboración masiva del barrio…
Ese es el problema. Que necesitas gente. El día tiene veinticuatro horas, y necesitamos ayuda A mí, si ahora vienen unos chavales del barrio y me dicen que quieren organizar un campeonato de ‘FIFA’ o de ‘Fortnite’ a través de Twitch, encantada. Si hay que comprar sillas o mesas, o traerles la merienda, soy la primera que estará haciendo tortita saludables para ellos; nada de bebidas energéticas, eso sí. Pero necesitamos esa gente. Al final, quienes estamos tirando somos cuatro. Hay que moverlo, y la gente tiene que querer venir. En el sofá se está tan calentito y cómodo…
¿Y qué decir de la respuesta a las iniciativas que han salido de la asociación? Hasta ahora, ¿está siendo buena o mala?
Tanto las actividades del último trimestre de 2023, como en las que he participado anteriormente a llegar al cargo, han tenido una acogida espectacular. Nos hemos visto, incluso, sobrepasados, y desde aquí pedimos disculpas por ello. La gente ha respondido súper bien, al cien por cien. Una tarde de fiesta con los niños te motiva siempre, y hemos hecho una recogida de juguetes en la que la gente ha colaborado muchísimo. Claro, en un barrio en el que hay tantos niños… Al final, si organizamos un Carnaval para el mes que viene, es para la gente del barrio.
Finalmente, con su mandato recién estrenado, ¿cuál es su gran anhelo para Nuevo Roces? Dicho de otro modo… ¿Qué le ha pedido a este 2024 que acaba de comenzar?
Que se nos considere de una vez parte de Gijón. En la aplicación Just Eat seguimos teniendo el código postal periurbano, el de La Pedrera. Y es absurdo, porque los restaurantes que no lo aprovechan, los que se niegan a repartir hasta aquí, se están perdiendo un nicho de población joven, que consume mucha comida a domicilio. Es sábado, estás hasta el moño de la semana… ¿Y te apetece hacer la cena? Evidentemente, no. Con decir que aquí hay un negocio de comida preparada, que es de las pocas opciones que tenemos, y que le va muy bien por eso… En definitiva, lo que pido es que Nuevo Roces Existe. Ya no sólo que es Gijón. Existe, y está muy activo.