La organización denuncia que la gestión del litoral ignora los impactos del cambio climático y alerta del retroceso de las playas, incluida la costa gijonesa

Greenpeace ha lanzado una seria advertencia este jueves: el litoral asturiano, y en especial Gijón, se encuentra en una situación de extrema vulnerabilidad frente al cambio climático, mientras las políticas públicas continúan apostando por modelos de desarrollo turístico que agravan el problema. Así lo recoge el informe Destrucción a toda costa 2025, en el que la organización ecologista denuncia la falta de medidas efectivas de mitigación y adaptación, así como la presión urbanística en zonas costeras.
Uno de los datos más llamativos del informe es el crecimiento exponencial de las viviendas turísticas en la región. En solo una década, Asturias ha pasado de menos de 2.000 plazas en 2013 a casi 30.000 en 2024. Gijón se ha convertido en un caso paradigmático: supera ya en número de viviendas turísticas a ciudades tradicionalmente turísticas como Palma. “La presión turística y la urbanización se disparan justo cuando deberíamos estar protegiendo el litoral”, subraya Elvira Jiménez, coordinadora de campañas de Greenpeace.
La organización también denuncia proyectos urbanísticos recientes en la ciudad, como la urbanización de lujo San Lorenzo 20, en primera línea frente a la playa de los Mayanes, o los cuatro edificios conocidos como “barcos” en la playa de El Arbeyal. “Estas construcciones avanzan en áreas costeras especialmente sensibles a la erosión y a posibles inundaciones en las próximas décadas”, advierte el informe.
Según las previsiones científicas incluidas en el estudio, el nivel del mar podría aumentar en torno a 24 centímetros para 2050 en un escenario moderado de reducción de emisiones. Esta subida, unida a fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes, amenaza con provocar retrocesos de hasta 20 metros en playas como San Juan de Nieva, Xagó o Requexinos. En Gijón, enclaves como Xivares y Peña María figuran entre los más expuestos al riesgo de inundación.
Greenpeace insiste en que el urbanismo costero y la “turistificación sin control” aumentan la exposición de la población a estos riesgos. Por ello, propone frenar nuevos desarrollos en zonas inundables, restaurar ecosistemas naturales que actúan como barreras naturales (como dunas y humedales), y avanzar hacia un modelo turístico más sostenible. “El modelo de sol y playa se ha convertido en uno de mucho sol y poca playa”, resume Jiménez.
El informe también señala la necesidad de una adaptación local al cambio climático, con planes específicos para cada municipio. “Gijón, como principal núcleo urbano del litoral asturiano, debe liderar una transformación urgente en la gestión del litoral. No se trata solo de conservar las playas, sino de proteger a su población”, concluye Greenpeace.