El músico y colaborador en el programa de Broncano estará el sábado 4 en la Sala Albéniz de Gijón con su show
Se llama Marcos Martínez pero le conocerás como Grison. Desde su rincón en el escenario junto a Ricardo Castella, el músico madrileño ha contribuido a conformar el carácter gamberro que hoy todo espectador identifica en La Resistencia, programa que hasta ahora pertenecía a Movistar+ y cuyo fichaje por parte de RTVE ha desatado la caja de los truenos en el Consejo de Administración de la corporación pública. De todas estas polémicas sin embargo, se mantiene ajeno el hombre-orquesta más famoso en nuestro país, y que ha conseguido colar el arte de utilizar la voz como caja de ritmos en uno de los late night televisivos de mayor éxito en los últimos años en España. En este punte de mayo aterriza en Gijón para hacer vibrar al público asturiano con su show ‘En bucle’ a ritmo de soul, funk y disco con ayuda de su voz junto a su único aparato, el loopstation. Estará en el teatro Albéniz el sábado 4 a las 20:30 horas para crear un ambiente participativo, improvisar un poco de música y hacer reír a la gente, otra cosa que se le da estupendamente.
– El sábado podremos escucharle, reírnos e improvisar junto a usted en la sala Albéniz. ¿Qué expectativas tiene de su paso por Gijón y cómo espera encontrarse al público asturiano?
Bueno yo realmente en Gijón ya había estado con ‘Mayumana’ y tocando con grupos, pero es la primera vez que voy a actuar en solitario. Voy a tope allí, de hecho me he venido los días antes a aprovechar el puente aunque está lloviendo a saco. De todas formas ya había estado por aquí bastante. ¡Asturias, patria querida, claro!. En Gijón he estado tocando con mogollón de gente, de vacaciones… Sí,sí. Sobre el público asturiano, pues pienso que es un igual o mejor que el público gallego. Es un público muy cantarín, que participa un montón… Muy salao’, muy echao’ palante y eso es lo que espero eso, que la gente participe mucho conmigo, y comer muy bien también, ya que estamos (risas). Sí que hay públicos que, no es que sean mejores o peores, pero que puede que les cueste más entrar, que sean un poquito más pausados, tranquilos, menos participativos… Cada zona… Yo que sé. Hay zonas muy buenas y yo te digo que el norte a mí siempre me funciona muy bien. La gente lo da todo, desde el País Vasco hasta Galicia.
– ¿De dónde viene esta vena por el beatbox y cómo recuerda sus inicios? Muchos de sus seguidores en la actualidad afirman que haberse introducido en el beatboxing ha supuesto una ayuda para ellos.
Cuando me llaman seguidores y me dicen que les estoy sirviendo de apoyo o de inspiración yo flipo, vamos, que yo pueda servirle de inspiración a alguien… Con el tema del beatbox, yo realmente siempre fui una persona que experimentaba mucho con la voz, que silbaba mucho, también tocaba la guitarra… Entonces tuve un accidente esquiando y probar beatbox era lo único que podía hacer desde la cama durante siete meses. Esto fue cuando todavía no había nada y ni siquiera yo sabía que eso era una disciplina musical. Y de ahí poco a poco, fui evolucionando, mejorando y me enteré de que había una competición a nivel nacional y de hecho ahí me puse el nombre de Grison. Me lo puso mi primo por el personaje de CSI Miami, y a partir de ahí me metí en esa competición en la que éramos una comunidad solo de 10 o 12 personas que hacíamos esto en España, y ya me empezó a conocer la gente así y me tuve que quedar con este nombre. Ahí llegaron las competiciones internacionales y los primeros trabajos con el loopstation y conseguí ganar el campeonato del mundo loopstation, un internacional… Además, a medida que se produjo mi evolución, la comunidad del beatbox también iba creciendo a nivel global. Cada vez más gente, desde japoneses hasta americanos… de todo. Around the world, la verdad.
«En ‘La Resistencia’ habrá que renovarse un poco, el gamberrismo será el mismo aunque habrá que meter los chistes de otra manera y cambiará el lenguaje. Pero eso también es un reto y está bien»
– ¿Considera que el beatbox vive ahora su momento de esplendor, más allá del hiphop?
Bueno cada día va mejorando, aunque considero que todavía sigue estando muy underground, que no es una disciplina que la gente conozca mucho y que no deja de parecer más bien una actividad circense que música como tal, o que se nos considere músicos o como un cantante. Pero por otro lado, sí que es verdad que para nada pensaba yo que con el beatboxing fuera a conseguir ganarme la vida. Cuando yo empecé, tenía un nicho de mercado mínimo, entonces para mí era como un hobby, como jugar a las chapas, que nunca te vas a imaginar que vas a vivir de ello ni que te va dar una fama o un reconocimiento. Pero poco a poco pues mira. Me he montado un show con ello que mezcla beatbox, loopstation y mucho humor, por supuesto. Nos lo pasamos muy bien.
– ¿De dónde surgió esa unión entre la comedia y la parte musical? También constituye la faceta principal de su personaje artístico y su seña de identidad en La Resistencia.
Creo que al final es un poco de adaptarse a la gente. Porque si le das solo eso, después de 10 minutos, igual la gente se cansa un poquito solo de beatbox. Es como si un cantante sale solo a cantar a capella. Muy guay, pero bueno, llegará un momento en el que necesites meter otras cosas ahí. Viene un poco de querer estirar un poco el chicle en el show. Y el humor es algo que se me da bien, me resulta fácil hacer reír a la gente y hay que explotar aquellas cualidades en las que uno se ve fuerte, ¿no?
«Con el lío que se armó en RTVE, creo que han querido darle más bola al tema de los presupuestos de lo que realmente tiene, cuando el programa vale lo mismo en cualquier cadena, cuesta lo mismo en La 1 que en Movistar+»
– Cuando piensa en su futuro profesional, ¿consigue verlo desligado de La Resistencia en algún punto?
Ahora mismo estoy muy guay, tengo un trabajo muy cómodo y lo pasamos muy bien; al final voy compaginando. Lo que es mi marca, mi negocio personal, es esto que hago en los teatros, pero claramente no es concebible si no estuviera el programa ahí. Es una cosa que se compagina lo uno con lo otro y hasta donde llegue ha llegado. La verdad es que yo no tengo ningún miedo si se acaba el programa, habría que buscarse la vida de otra manera. Hay que reciclarse y no a meter todas las gallinas en el mismo corral.
– Los últimos meses todos presenciamos la convulsión vivida dentro de la directiva de RTVE provocada por el fichaje del programa para La 1. Con la compra ya hecha, ¿Cómo afronta el futuro del programa dentro de la cadena?
La verdad es que yo ahora mismo todavía no tengo mucha idea de cómo va a ir la cosa. Supongo que bien, que seguirá igual y por lo menos eso nos han dicho que es lo que va a pasar. También habrá que renovarse un poco, meter los chistes de otra manera, dado que los primeros 15 minutos del programa todavía estaremos en horario infantil, pero también es un reto y eso es bueno. El gamberrismo será el mismo pero cambiará el lenguaje, decir las cosas de otro modo. Sobre el lío que se armó en RTVE, creo que le han querido dar más bola de lo que realmente tiene con el tema de los presupuestos, cuando el programa vale lo mismo en cualquier cadena, cuesta lo mismo hacerlo en TVE1 que en Movistar.