
«Dicen que hay toros azules en la primavera del mar. Que el sol es el caporal y las mantillas de las nubes que las mueve el temporal. Puede que, incluso, se emocionase con el símil taurino en un Jovellanos City agotado y sin ideas, vendido a la nada, alquilado por palmeros»
Tiene Carmen Moriyón un rostro amable y un discurso sosegado que ayuda a caer bien e, incluso, a ganar elecciones. Victoria conseguida gracias a la alianza con la derecha más clásica y el apoyo de un ‘paracaidista’ metido en política para medrar a costa de todo y de todos. Comenzó su andadura el conocido ‘satélite’ en Vox y terminó abrazado a la patronal hostelera que, como todo el mundo sabe, es la que marca el paso a la hora de tomar decisiones en la jugosa cuota lúdico-festiva de una ciudad que ya no la conoce ni ‘la madre que la parió’. Sucia, con un tráfico insufrible y una noche que empieza a tornarse en peligrosa. Lo peor de una gran ciudad, sin los servicios de una gran ciudad. Últimamente pasea la alcaldesa por Jovellanos City con mirada esquiva; camina cruzada de brazos, como si se protegiese de algo o de alguien. Como si en su mente se cruzase el rechazo total y absoluto al gratuito halago que ya patrocinó el pensamiento del padre del cinismo: Diógenes de Sinope. «Es preferible la compañía de los cuervos a la de los aduladores, pues aquellos devoran a los muertos y estos a los vivos», dejó escrito el filósofo griego que aborrecía el lujo. Entre la derecha más clásica es tradición en Gijón «sacar la navaja cabritera a relucir» a la mínima; así se explica que Moriyón se cruce de brazos, incluso, al dar dos pasos en este Gijón que ya no es del alma, más bien del hígado…
Cruzada de brazos representa la perfecta metáfora de un Gobierno local fallido, sin proyecto económico y social alguno para Bajovilla y Cimavilla. Un ‘barrio alto’ que sufre el desprecio de las dos últimas alcaldesas: Ana González y Carmen Moriyón. Un ‘barrio alto’ con unos vecinos que son «moscas verdes» para la corporación conservadora, abrazada al turismo como atajo, como único maná. El turismo como sea y donde sea, sin plan trazado. Igual que en el famoso tango: «lo mismo da un burro que un gran profesor». Lo mismo da despedida de soltero que crucero. El decorado ya está puesto, sobran los playos. Describirlo a un tour de visitantes es lo que cuenta, a medio camino de la verdad, con las historias del Chino, La Prina o Rambal. Qué pesadez de » moscas verdes»; esas siguen mirando con pena «el adorno más caro en las fiestas de Cimavilla». Y es que pasan los años, y Tabacalera permanece abandonada, muerta de risa y hueca. El adorno más grande y más caro entre Los Remedios y La Soledad.
No importa lo que pida la vecindad, esas puñeteras «moscas verdes»; da lo mismo que sea el único barrio sin autobús urbano. No al centro de salud, no al supermercado, no a una cancha cubierta que no se inunde para el Cimadevilla C. F. y el Cimavilla Basket. Hace unos días el sí se anunciaba, sin consuelo de nadie, por parte de la concejal de cultura, Ana Montserrat López Moro, que presentaba «la licitación definitiva» para Tabacalera (así lo escribiría mi compañero David Alonso en este mismo periódico). Sí a las penúltimas alharacas con fecha de 2029, sí a otra pinacoteca, sí a un nuevo Museo Nicanor Piñole, sí a unas «chulísimas» infografías con más edificios para llenar el bolsillo del amigo ‘Míster Ladrillo’, y también dos huevos duros, recordando al gran Groucho Marx. Puestos a recordar, el actual Concejal de Cultura, Museos e Industrias Creativas y también dos huevos duros: Ana Montserrat López Moro, podría contarnos la próxima vez que hable de Cimavilla y Tabacalera el cuento de la buena pipa, que por el mar corren las liebres, por el monte las sardinas, o decirnos, simplemente: «manzanas traigo». O cantarnos, en un claro homenaje a la Marisol de 1976, aquello de «háblame del mar, marinero; háblame del mar, háblame».
Dicen que hay toros azules en la primavera del mar. Que el sol es el caporal y las mantillas de las nubes que las mueve el temporal. Puede que, incluso, se emocionase con el símil taurino en un Jovellanos City agotado y sin ideas, vendido a la nada, alquilado por palmeros. Con lo mejor de «la españolidad» más rancia bajo sus cielos, en estos y tal vez también los próximos años.





En serio otro artículin de Cimavilla????
Sois muy cansinos!!!!
Pues anda que usted, siempre protestando porque hablan sobre Cimavilla… ¿Qué pasa, que no tiene nada mejor que hacer? Si le cansan o le aburren los artículos de Cimavilla, lo tiene bien fácil, no los lea.
La verdad es que se os nota demasiado a todos los estómagos agradecidos del PSOE, no disimulais ni un poco!!!