Cientos de personas abarrotaron el céntrico espacio de la ciudad para participar en la fiesta de Nochevieja, mientras que la alcaldesa, Carmen Moriyón, comió las uvas con los bomberos del turno de guardia
Ahora sí que sí: 2023 es parte del pasado. Con el flamante 2024 recién estrenado, mayoritariamente aderezado con uvas y espumosos, y poblado de buenos deseos y decenas de propósitos para estos doce meses que se avecinan, cientos de personas optaron por vivir el cambio de año en plaza Mayor de Gijón. Fueron los que, desde las 18.30 horas de ayer, con el bautismo de fuego de las ‘PequeCampanadas’, y a partir de las 23 horas, al iniciarse la fiesta de Nochevieja, abarrotaron el céntrico espacio gijonés, convirtiendo la cita en un éxito de asistencia del que, a esta hora de la mañana del lunes, todavía son muchos los que están regresando.
La buena acogida de las ‘PequeCampanadas’, la novedosa iniciativa implantada desde Divertia para dar al público infantil la oportunidad de despedir el año en un evento multitudinario, ya presagiaba el resultado positivo de todo cuanto estaba por venir. Al son de los acordes interpretados por el DJ Dani Vietes, niños de todas las edades y condiciones, muchos de ellos ataviados con el inconfundible gorro rojo de Papá Noel, bailaron, rieron, comieron sus uvas y gozaron del momento, mientras las barras instaladas bajo los soportales de la plaza por los negocios La Botica Indiana, Entreplazas y La Galana, así como por el Hotel Asturias, comenzaban a expedir consumiciones. Una tónica que se mantuvo hasta la caída de la noche; con un impasse desde las ocho hasta las once, cuando el reloj marcó esa última hora la diversión pasó al público adulto. El mismo que, minutos antes, había comenzado a afluir a la plaza bajo el control del dispositivo de seguridad privada desplegado en las entradas, vigilante para cerciorarse de que nadie portaba botellas, envases o útiles peligrosos.
De nuevo, Vietes fue el protagonista de la fiesta, que se prolongó hasta las tres de la madrugada, e interrumpida sólo brevemente a medianoche para seguir las Campanadas y comer las uvas de la suerte. Ese instante, como dicta la tradición, ofreció imágenes de hermanamiento, cariño y amor dignas del recuerdo. Por ejemplo, la protagonizada por Raúl Montes y por Elisa Basteiro, emparejados desde hace seis años, comprometidos desde noviembre y que, a la espera de contraer matrimonio a mediados de este enero, se fundieron en un beso que duró casi tanto como los doce toques de campana, impávidos ante los empujones y saltos de quienes, a su alrededor, celebraban la llegada del 2024. «Es nuestra última Navidad de novios», reía Basteiro poco después, al recordarlo. Junto a ella, Montes se reconocía «poco dado a espectáculos, pero la ocasión lo merece».
Apostadas a pocos metros del Ayuntamiento, muy cerca del escenario, Irene Paredes y su hermana, Iria, tampoco se quedaron atrás. Enfervorecidas, clamaron un exaltado «¡Hasta siempre, 2023; hola, 2024!», cuando las agujas rebasaron las doce de la noche. Una euforia para nada gratuita, pues la segunda concluirá este año sus estudios de Medicina en la Universidad de Valladolid, y la primera ha visto en el año que se acaba su ansiada inserción en el mercado laboral, en calidad de diseñadora gráfica. «Hay mucho que celebrar, y si se hace bien, sin molestar a nadie y de forma sana, nos beneficia a todos», confesaban.
De hecho, y a expensas del balance que emitan las fuerzas y cuerpos de seguridad, tanto locales como estatales, en líneas generales la de ayer fue una velada tranquila. Algo que pudo constatar de primera mano la alcaldesa, Carmen Moriyón, quien declinó la posibilidad de tomar las uvas en su hogar, y optó por hacerlo con los bomberos del primer turno de guardia del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios de la ciudad. Una experiencia de la que no negó sentirse «orgullosa», al poder acompañar a aquellos que «se encargan de velar por nuestra seguridad», y que aprovechó para manifestar su convicción de que 2024 «será el año para un Gijón valiente, que aspire a lograr todo lo que siempre mereció. Lo conseguiremos, estoy segura».