Hay que reconocer que cada vez que habla sube el precio del pan. Ana González tiene un serio problema con la comunicación institucional
El Plan de Vías se comporta como el agujero negro de la política local desde que irrumpiera hace ya veinte años
La vida política, como el propio Universo, es susceptible de padecer las consecuencias de un agujero negro. Los astrofísicos descubrieron que la masa de un agujero negro es tan elevada que su gravedad es capaz de absorber, incluso, la luz. La luz es más antigua que la política. La luz es más antigua que el amor.
El Plan de Vías se comporta como el agujero negro de la política local desde que irrumpiera hace ya veinte años. Es una especie de anomalía espacial que absorbe millones de euros, dos décadas de tiempo y toneladas de papel donde se concretaron estudios técnicos geológicos, climáticos, de movilidad, urbanísticos, económicos y financieros. El Plan de Vías devoró ideas, voluntades, acuerdos políticos, consensos. Nada ha escapado del sumidero político en que se ha convertido el Plan de Vías. Se podría decir, incluso, que el horizonte de sucesos que rodea a este agujero negro es capaz de alterar la curvatura del espacio-tiempo, retrotrayéndonos a momentos del pasado en los que se proyectaron rascacielos, se organizaron manifestaciones, se modularon convenios. El agujero negro del Plan de Vías es como Galactus, un devorador de mundos y de proyectos que soñaron otro porvenir.
En toda esta locura sideral, la Alcaldesa de Gijón, Ana González, se ha expresado como una disonancia, una cacofonía de Gijón, que es un Universo en sí mismo. Hay que reconocer que cada vez que habla sube el precio del pan. Ana González tiene un serio problema con la comunicación institucional. Afortunadamente, ha contado con los concejales Aurelio Martín y Marina Pineda para apagar el fuego generado, pero aún así, hay cosas que siguen sin quedar claras. Entendemos que si el Banco Europeo de Inversiones cree «improbable» que financie el Plan de Vías, no es porque no haya un solo documento que lo avale. De hecho, si acude, querido y desocupado lector, a la web del Ministerio de Transporte, observará que permanece publicado todavía el Estudio informativo de la nueva Estación Intermodal de Gijón. Entre sus miles de páginas y planos y los 600.000 euros que costó, plantea dos ubicaciones alternativas: Moreda o el Museo del Ferrocarril. Quiere uno decir que para el BEI no habrá un solo papel, ni tampoco para Marina Pineda, pero en Gijón al Norte y en el Ministerio de Ábalos había unos cuantos.
«(…) si no se entregó el plan de viabilidad exigido por el BEI sólo fue porque no hubo voluntad política alguna de redactarlo»
¿Por qué afirma entonces la concejala de Hacienda que no había más papel que el del propio acuerdo? Probablemente para no reconocer que el PSOE no estaba dispuesto a seguir con el Plan de Vías acordado en 2019 sin el compromiso financiero del Ministerio. Para que el BEI valorase la financiación del Plan de Vías, se exigió un informe de viabilidad técnica y económica que nunca llegó a elaborarse. No lo diseñó Foro ni tampoco el PSOE después de las últimas elecciones. El primero porque las perdió y el segundo todavía no sabemos muy bien por qué. Como afirma algún concejal del ala izquierda del Ayuntamiento, si no se entregó el plan de viabilidad exigido por el BEI sólo fue porque no hubo voluntad política alguna de redactarlo.
No es difícil imaginarse al Ayuntamiento lanzando un mensaje de auxilio ante el Ministerio. Houston, tenemos un problema. Pero Ábalos en esto se comporta como el Major Tom en la Space Oddity de David Bowie: «Planet Earth is blue and there is nothing I can do».
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