ENTREVISTA CON EL CANDIDATO DE CIUDADANOS A LA PRESIDENCIA DEL PRINCIPADO
IMPUESTOS: “Como liberales, vamos en contra del sablazo fiscal”
ZALIA Y CAPTACIÓN DE EMPRESAS: “Falta labor comercial y creer en lo que estás haciendo”
CONTAMINACIÓN: “No es que no haya medidas, es que no se controla que las medidas se cumplan”

Manuel Iñarra, ‘Lolo’, como se le conoce popularmente, es una rara avis en el mundo de la política asturiana. Adversarios y gente de diversa afiliación le reconocen como una de las personas más íntegras del panorama regional. En esa línea, el candidato por Ciudadanos (Cs) a la presidencia del Principado destaca que cualquier partido que acoja a tránsfugas “debería ser penalizado, porque está aceptando un tipo de corrupción política, ética y moral”. El gijonés huye de la “ideología” que en su opinión impregna las grandes cuestiones de Asturias, como es el reto demográfico. Sintetiza en una frase la labor parlamentaria de su partido en la Junta y la vocación de la formación liberal: “Nuestras negociaciones de presupuestos siempre han estado enfocadas a buscar soluciones, sin importar quién presentara las propuestas”.
¿Cómo llega a este momento de la carrera electoral?
Llego en las mejores condiciones. Estoy muy animado. Hemos vivido un proceso de refundación del partido que fue complicado, pero nunca sentí tanta cohesión desde que empecé a militar en el partido en 2015.
¿Y su partido?
Desde que se instalase la nueva ejecutiva, se apuesta más por el municipalismo y las autonomías, siempre acompañadas de una visión nacional. En su día cometimos un error. Tuvimos buenos resultados electorales hasta 2019, y por entonces el partido giraba más de lo nacional a lo local. Una de las cuestiones que tenemos en el ADLE (Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa), del que formamos parte, es que estamos viendo cómo los liberales franceses y alemanes crecieron a partir de un proceso desde lo local para arriba. Tenemos que actuar así. Hemos sufrido en Asturias la convulsión propiciada por ciertas personas que estaban en Ciudadanos pero se vio que no eran del partido. Lejos de dividir, este proceso ha cohesionado más el partido, y las personas se unieron más. En la parte orgánica, Cs está más cohesionado que nunca y con ganas de crecer. En la medida en que tengamos unos resultados el 28M que nos permitan seguir en la política, tendremos un inicio de crecimiento.
¿Cómo cree que afecta a los votantes los episodios de transfuguismo que ha sufrido Ciudadanos?
Necesitamos mucha pedagogía democrática, que se debería hacer desde la política hacia la ciudadanía. Cuando se quebrantan valores morales, éticos, se consigue el desapego de la gente hacia la política. Conductas como el transfuguismo deben estar penalizadas, ya desde dentro de los propios partidos. Hay un pacto firmado del que algún partido se salió. Ese partido ha aceptado tránsfugas. Nadie discute que una persona cambie de partido, es una situación personal, aunque no entiendo eso de levantarme liberal y acostarme conservador. Pero lo grave es que personas que estaban antes en un partido, cambian al otro sin dejar el acta. Alguien puede tener una transformación, caer del caballo como Pablo de Tarso, pero nunca seguir con el acta. Porque el acta es del partido según las reglas de juego actuales. No hay listas abiertas, cosa que a nosotros nos gustaría, para que la persona pudiera votar al candidato. Pero no son las reglas que tenemos ahora. El partido que acoge a los tránsfugas debería ser penalizado, porque está aceptando un tipo de corrupción política, ética y moral. No voy a remontarme a la Grecia clásica, donde la política se basaba en la ética y la moral. Hemos visto cómo una persona estaba en la mesa del parlamento representando a Ciudadanos y por la tarde estaba en Cangas de Onís, en la presentación de una candidatura del Partido Popular. Estaba fuera del partido pero no dejó su acta. Son cuestiones de la intrapolítica que no salen a la luz pero a las que los propios partidos tenemos que poner coto.
¿Cuál es su valoración de Ciudadanos como parte de la Junta en este último mandato?
A nivel autonómico hemos hecho un gran trabajo. Hemos sido muy activos. Nuestros diputados han sido los cinco que más han participado en la actividad parlamentaria de Asturias. Hemos puesto en el debate público cuestiones de vital importancia. Nuestras negociaciones de presupuestos siempre han estado enfocadas a buscar soluciones sin importar quién presentara las propuestas. Hemos apoyado presupuestos con el PSOE cuando se nos acusaba de ser parte de la derecha. Hemos demostrado con hechos esa vocación de bisagra, de conseguir acuerdos.
A su juicio, ¿en qué estado se encuentra hoy Asturias?
En un estado preocupante. Como no se planifique una Asturias a treinta años vista, vamos a tener un problema muy serio. Se cae en hacer propuestas a cuatro años, con fines electoralistas. Aquí hay un tema transversal: el reto demográfico. Debemos poner soluciones hoy. Este tema no debería ser ni objeto de debate: sabemos qué población vamos a tener dentro de veinte años. Podemos prever las medidas: se va a disparar el gasto social a causa de una pirámide de población cada vez más envejecida. Luego, tenemos menos nacimientos y no somos capaces de retener a la gente joven. Con el reto demográfico solo cabe un gran consenso político, que coloque a Asturias en el centro y siempre dejando los colores a un lado. No es un asunto de izquierdas ni de derechas. En esta región se llevan muchas cuestiones al terreno ideológico.
El PSOE ha tenido amplias mayorías en sucesivos gobiernos del Principado, ¿por qué cree que no ha dado con la tecla de este problema?
Porque no todo se debe de hacer desde la tribuna de la política. Hay que escuchar mucho lo que dice la sociedad civil. No digo que no se haya hecho una labor de escucha, pero no de una manera correcta. Es preciso escuchar a empresarios, organizaciones de todo tipo… Tienen que tener un papel más importante en el día a día. Hay que escuchar a los que levantan la persiana, a los que se van a la cuadra por la mañana, van al muelle a coger el barco, a los que emprenden, a los que llevan empresas y start ups, etc,
¿Cree que los gobiernos asturianos han tenido prejuicios contra el sector privado?
En Asturias podemos hablar del PSOE pero, si lo ampliamos a los partidos viejos, es su forma de actuar. El PP en otras comunidades actúa de la misma manera: buenas propuestas en la oposición pero cuando gobiernan no reforman. Castilla y León con Ciudadanos era mejor que con Vox. Entiendo que Ciudadanos es un partido incómodo, un partido liberal que se sale del marco preestablecido. Por cuestiones internas no lo hemos sabido explicar. Gran parte del éxito de Andalucía ha sido por la labor de nuestro partido. Asturias necesita un partido que vertebre la conversación, que una a los partidos viejos y que los lleve a la mesa. Somos intermediadores cuando los otros partidos no se ponen de acuerdo en medidas necesarias salir adelante. El caso más claro es la variante del AVE, que empieza cuando el PP estaba en Moncloa, y sigue con el PSOE. Se echan los trastos pero no hay un plazo. Hablan de noviembre pero yo hasta que lo vea no me lo creo.
El otro día, en la Cámara de Comercio de Oviedo, comentaba que una de sus primeras medidas como presidente del Principado sería eliminar el impuesto de sucesiones.
La reducción fiscal es uno de los estandartes de Ciudadanos. Sobre el impuesto de sucesiones, hay que tener en cuenta que muchas personas en el medio rural no pueden hacerse cargo de las tierras de sus parientes de manera tributaria porque no pueden pagar este impuesto. Cuando una familia hereda un piso tributa dos veces por el mismo bien. Cuando una empresa quiere continuar en la siguiente generación tributa varias veces. Es un lastre. Asturias tampoco depende su PIB enormemente de lo que se recaude. A lo mejor es más positivo recaudar menos de forma tributaria. No puede ser que nos reunamos con empresa y que nos digan que valoran irse a otros sitios con menos presión fiscal. De repente, pierdes doce empleados y lo que genera la empresa. Entiendo que el impuesto de sucesiones está bonificado en un tramo mejor de lo que había, pero se tiene que suprimir el 100% y bonificar al máximo el de los descendientes indirectos.
En muchas ocasiones, se alude al mantra: menos impuestos recaudados, peores servicios públicos.
Es el comodín del público. ¿Se ha mostrado algún número sobre eso? ¿Han previsto el impacto de reducir la presión fiscal? ¿Se hacen la pregunta de por qué en otros sitios está funcionando la reducción fiscal? El modelo que tenemos en Asturias no funciona. Recientemente, hablamos con una inmobiliaria y nos destacaban la cantidad de pisos vacíos que hay porque muchos herederos no pueden asumir el coste. Nosotros como liberales vamos en contra del sablazo fiscal. Al final, los pagadores son la clase media, la que ha mantenido hoy y siempre Asturias arriba. Se trata de una clase media exprimida.
¿Tienen identificado algún organismo de la Administración que pueda suponer un gasto evitable para el contribuyente?
Hasta que no estás dentro del gobierno no puedes hacer esa valoración. Sería un irresponsable si lo hiciera. Esos organismos que están en el punto de mira igual lo que están es mal gestionados. No digo tanto que hay que quitar, como que hay que gestionar mejor. Hay que rebajar fiscalmente e incentivar la creación de empresas. La situación es insostenible: hay 1,4 cotizantes por cada pensionista. Los que pueden emprender, los jóvenes, se marchan. No salimos del bucle. Y esta debe ser una tierra de oportunidades, una comunidad para crecer, para establecerse, para hacer negocio. Todo el mundo que viene le gusta y los que están aquí no quieren marchar. Hay que darle valor a los que se arriesgan cada día levantando la persiana.

¿Qué debe cambiar en el sistema educativo asturiano?
Se trata de un tema global. A nivel nacional, debería haber una ley educativa con un gran consenso. No puede ser que cada partido cambie la ley en cuanto llega al poder. Hace cinco años, cuando Cs creó una mesa para la reforma en el Congreso, todos los partidos estaban lanzados y en un momento determinado se levantaron de la mesa por un tema electoralista. En Asturias tenemos un problema enorme. Nacen pocos niños y es preciso reestructurar las infraestructuras educativas. Hay que hacer una apuesta y realizar un gasto eficaz y productivo para tener las mejores hornadas de jóvenes. Hay que enseñar en el aula cuestiones como el emprendimiento o la inteligencia emocional. Si coges personas con sesenta años y las metes ahora en el aula, prácticamente lo que cambia es que hay pizarras digitales y ordenadores, pero el método de enseñanza no está acorde a los tiempos de hoy. En otro nivel, la Formación Profesional debe amoldarse a las necesidades de las empresas. Vemos, por ejemplo, que el Cislan funciona muy bien. Si vemos que hay una gran demanda, habrá que abrir más sedes. Además, la formación en cuanto a lo agrario debe impartirse conforme a los tiempos y en más lugares, no solo en las alas de la región.
Durante esta legislatura, varios clubs de Asturias presentaron sus problemáticas al Principado y el agravio comparativo de recibir muchas menos subvenciones que otras regiones. ¿Qué hacemos con el deporte asturiano?
La apuesta por el deporte se demuestra con hechos. Si ni siquiera hay una consejería específica, no estás apostando por el deporte. El que no se dé cuenta de que el deporte es parte del futuro, no está en el día a día. Asturias cuenta con una serie de sociedades que si se uniesen todas serían la segunda o tercera ciudad en población. Si hay tantas personas que pagan por hacer una actividad de sus bolsillos es que es algo importante. Hay que ver el deporte de forma transversal: en la vertiente social, educativa, sanitaria y creadora de empleo. Vas a galerías comerciales especializadas en el deporte y está lleno. Viene un acontecimiento deportivo y tienes mucho público. Ves por la calle y ves personas haciendo actividad deportiva. Los clubs miran con recelo lógicamente lo que pasa en otras comunidades. No se trata tanto de la ayuda, hay otra maneras. Por ejemplo, estaciones de esquí en Aragón están funcionando de forma muy eficiente. Es un modelo que puede ser exportable. Lo que no puede ser es que un niño que participe en un campeonato representando a Asturias, tenga que pagar sus gastos. Por no hablar de los deportistas de élite, que teniendo las buenas condiciones ambientales que tenemos aquí, se vayan a otras regiones.
¿Está el sistema asturiano de salud dejando de lado al paciente?
El ‘triaje’ de la sanidad, la atención primaria, está en la situación en la que está. Esto no funciona y hay que hacer un reset. Pongo el foco en la atención primaria porque es la primera ventana a la que va el ciudadano. Las listas de espera siguen siendo esos grandes caballos de batalla. A la sanidad privada van muchas personas porque no tienen otra oportunidad de tratar su enfermedad con celeridad. Si van a tardar muchos meses para hacerte una colonoscopia y tienes la opción de hacerla al día siguiente, pues coges lo segundo. Tenemos unos grandes profesionales y unas muy buenas infraestructuras, con el HUCA como gran referencia, pero si no pones todo esto en valor, los pacientes se quejarán. La sensación que tienes es que no te están dando las soluciones que tú demandas. No creo que muchos asturianos vayan a la sanidad asturiana por gusto, ni todos los días. Hay un gran malestar. Esta cuestión, como otras, no es de izquierdas ni de derechas.
¿Está haciendo chantaje Arcelor con sus puestos de trabajo a costa de la salud de los asturianos?
Tenemos claro que las medidas estipuladas por ley las debe cumplir todo el mundo. Hay que poner medidas de control igual que se controla a pymes. En Asturias no puede haber privilegios y empresas de primera y de segunda. La contaminación es un problema que está ahí y no podemos mirar a otro lado. No es que no haya medidas, es que no se controla que las medidas se cumplan.
Hace pocas semanas conocíamos la aprobación de la licitación del vial de Jove, y se abría también un nuevo acceso a la ZALIA. Este polígono, al que Barbón augura un gran futuro, lleva siendo un páramo desde que se comenzara el proyecto hace casi dos décadas. ¿Creen ustedes en la ZALIA?
Lo del vial de Jove es como esos conejos que se sacan de la chistera en tiempos electorales. Nosotros somos más de hechos. Es una pena ver cómo infraestructuras tan importantes para Asturias que no hayan tenido un control. El vial sería una medida interesante para reducir la contaminación. Yo me pregunto, ¿qué han hecho durante los últimos cuatro años? Parece que somos los alumnos que aprueban en septiembre. No dudo de que el Principado y el Ayuntamiento de Gijón hayan hecho todo lo posible, pero los hechos son los hechos.
La ZALIA es una oportunidad de creación y de atracción de riqueza. No solo tiene que haber ayudas para establecerse, hay que también ofrecer incentivos fiscales. Tenemos el puerto de El Musel; si sale el proyecto, también tendremos el pinchazo de la autopista ‘Y’; tenemos terreno… ¿Qué falta? A lo mejor falta labor comercial y creer en lo que estás haciendo. Amazon solo hay una: una empresa que decide por su cuenta venir a la región. Para que vengan más tendrás que hacer una labor comercial, como hacen otras regiones. En Cs hemos llevado al parlamento la captación de inversores. Esa labor es fundamental para que sitios como la ZALIA despeguen, así como otros muchos otros polígonos de Asturias.
Actualmente, la producción del hidrógeno verde consume más energía de la que se libera cuando se emplea y expertos aseguran que se tardaría diez años en desarrollar una tecnología rentable. ¿Qué opinan de la influencia de esta energía en el futuro de Asturias?
Lo vemos como una posibilidad. No podemos ser negacionistas. La tecnología avanza. Quién nos iba a decir que ChatGPT nos iba a poner las pilas a todos. No puedes decir de principio que no. El hidrógeno verde hoy no es rentable, pero dentro de un tiempo puede ser una oportunidad. Planifiquemos Asturias a treinta años. Analicemos nuestras posibilidades en el sector de la energía, en la ganadería o en la industria. Debemos ser atractivos ante los nuevos mercados que se van a abrir en todos los ámbitos.