La presentadora y reportera asturiana es uno de los rostros más conocidos de la televisión nacional. Han pasado dos años desde que volvió a Gijón y parece que es para quedarse

Inés Paz Lemetre, es uno de los rostros más conocidos de la televisión. La vimos en la desaparecida TLG y en Viajeros Cuatro. Después de quince años residiendo en Madrid decidió volver a Gijón para ser madre, tener una vida más relajada y en estos momentos dirigir La radio es mía, de RTPA. Estas experiencias laborales y algunas personales las comparte hoy en miGijón.
Apellido francés.
Sí, un ancestro lo era.
Igual es pariente…
De Napoleón, no creo (se ríe).
Sea o no de ascendencia francesa, ahora la tenemos de vuelta en Gijón
Hace dos años que volví, cuando fui madre, porque tenía claro que, si tenía un hijo o hija, iba a ser gijonés.
¿Nunca volvió a vivir a Madrid?
Cuando decidí volver sabía que era para quedarme.
Pero usted sigue colaborando en programas.
Sigo colaborando en La Roca con Nuria Roca, pero voy lo que yo puedo.
De lujo
Sí, eso es lo que apalabré y me respetan.
Háblenos de la diferencia de esta tele de ahora con TLG.
Es que para mí TLG fue la mejor escuela. Es cierto que cuando estuve en Televisión Española aprendí otras cosas, sobre todo porque allí empecé de reportera. En cada sitio aprendí unas cosas y otras.
¿Qué le gusta más el trabajo de presentadora o de reportera?
Yo soy de calle. El plató lo disfruto, digamos, una temporada y si es directo y de actualidad genial, pero yo soy callejera.
Y eso que no trabajó allí, si no en Viajeros Cuatro.
Pero tenía muchos compañeros que habían pasado por Callejeros. Luego comencé con Cristina Pardo y me quedé.
¿Cómo es?
Cristina es genial, aguda, rápida, congeniamos muy bien y sí es de liarla.
¿Hay gente rápida aquí?
Y mucho. Fíjese una cosa que me cabrea, es lo poco que se lo creen, en general, los compañeros asturianos. Hay un complejo de inferioridad que no entiendo de que viene y que se siga manteniendo con los años.
¿Cuándo dijo que volvía?
No sabe la cantidad de gente que me dijo que qué iba ha hacer yo aquí. Que no había nada para mí.
Es que estuvo quince años con una trayectoria ascendente y en televisiones nacionales, amiga.
Yo nunca me fui del todo y seguí con algún proyecto de forma temporal, sobre todo, en contacto con la gente. Aquí hay gente que trabaja, muy, muy bien. Además, yo no vengo de Marte, vengo de Madrid. (Se ríe)
Y qué ¿acertó?
La gente me dice que me están yendo muy bien las cosas. Igual es que uno, me lo he currado y otro que no vine aquí a pasar el tiempo. Trabajo con los mejores, aquí.
Pero ¿a ver? Usted quería una vida más relajada…
Sí, pero están saliendo proyectos ¡que a ver quién dice que no!
O sea, que aquí lo que falta es que se crean que en verdad son buenos profesionales.
Y tener más medios.
¿Más subvenciones?
Yo no soy muy de subvenciones porque nunca he vivido de ellas. Es cierto que hay otros sectores que las necesitan.
Entonces, ¿de qué depende?
De la calidad que tú quieras. Hay que quererse para pedir lo que te corresponde. Hay personas que con un presupuesto «x» caen en la desidia, yo no. Haya mucho o poco presupuesto, hay que dar lo mejor.
Y, ¿funciona mejor trabajando a tope?
Bueno, yo soy muy intensita, sí.
Le va la marcha.
Mucho, además vengo de trabajar siempre con mucha presión, aunque tengo que decir que he cambiado mucho.
¿La maternidad?
No, ya había dado el cambio con anterioridad. Hace unos años en Madrid tenía tal nivel de estrés, que un día me dije, hasta aquí. Viajaba mucho, hacía mucha investigación, que por cierto es lo que más me gusta, pero había que parar, porque era muy salvaje.
Ante todo…
Mi calma, así que dije donde trabajaba «hasta luego Lucas» pero eso sí, dejando la puerta abierta. ¿Sabe que viví en Nueva York, en Cuba? Dirigí hasta un documental en Colombia junto a mi socia Marta Mira, nos metimos en un lío gordo con situaciones muy complicadas…
Me acuerdo, Pacífico Sur, se presentó en 2018 en nuestro Festival de Cine y ganaron hasta un premio en Uruguay. No me diga ahora, que no tiene una flor en el culo.
No creo en las flores en el culo, yo creo en prepararse y trabajar, y también estar en el momento y sitio justos.
¿Ha dicho que no a algún trabajo?
Sí, y mi hermana, que es actriz y tiene su compañía de teatro infantil, también.
Y, ¿quién es su hermana?
Susana Pardo y su compañía se llama Sonrisas Mágicas.
Hablemos de Gijón, ¿notó mucha diferencia del Gijón de ahora al que dejó cuando se fue a la capital?
Fue un palo del quince, porque dejé un Gijón en lo más alto a nivel cultural y musical y lo que vi, me dejó fría. Era una ciudad envejecida. Es verdad que eso fue antes de irme a Nueva York y demás.
Ahora, ¿cómo lo ve?
No es el que yo dejé, pero es un Gijón lleno de actividades, hemos recuperado la alegría y yo creo que esa crisis tan grande…
No quiero despedirla sin que nos cuente en qué programa está ahora.
En La Radio es Mía, con José Luis Rodríguez, compañero de TLG, con Mónica Solís y haciendo cosas también con Eva Rodríguez Barril, cuando presento alguna gala y ella hace la regiduría, y con Aida Gaitero. Puro TLG.