El certamen cultural cerró ayer sus puertas con una cifra de ingresos preliminar de 140.000 euros, la más alta alcanzada hasta la fecha en cualquier edición

Este lunes ha amanecido lluvioso, desapacible y bochornoso, imprimiendo cierto toque melancólico a las labores de desmontaje de las casetas que, desde el pasado jueves, han convertido el paseo de Begoña y la calle Tomás y Valiente en epicentro de la VII Feria del Libro de Gijón (FeLiX). Sin embargo, pese a esa estética lóbrega y triste, entre sus organizadores y participantes hay sobrados motivos para la alegría. Porque ayer, al cierre de la edición de este año, la cifra estimada de ventas en los cuatro días orbitaba en torno a los 140.000 euros. Un balance de récord, muy superior al de citas previas, y que ha tenido a dos protagonistas indiscutibles entre el plantel de autores escogidos por los visitantes: Isabel Allende y Reyes Martínez.
Las obras ‘El viento conoce mi nombre‘, de la primera, y ‘Una pieza de más‘, de la segunda, han sido los volúmenes más solicitados entre el 15 y el 18 de junio, seguidos a corta distancia por ‘Retrato de casada‘, de la británica Maggie O’Farrell, y ‘Yeguas exhaustas‘, escrito por de Bibiana Collado. No obstante, los suyos son sólo cuatro de los cientos de nombres que han pasado de los puntos de venta de alguna de las 27 librerías de la ciudad, y 48 editoriales, a los hogares de los compradores. Del mismo modo, la de adquisición ha sido sólo una de las casi setenta actividades que, en estas jornadas, han acogido tanto las casetas, como el Antiguo Instituto Jovellanos, y de entre las que destacaron las presencias en la ciudad de cerca de noventa literatos.