Javier Suárez Llana insta a «anteponer las reivindicaciones vecinales» al modificar la normativa urbanística, y recalca que «lo que piden los vecinos es limitar las viviendas de uso turístico, servicios y movilidad, no un hotel»
Con el barrio de Cimavilla situado, al la par que la zona oeste de Gijón, como bastión de las reivindicaciones vecinales en los últimos meses, la polémica en torno a la proliferación de equipamientos para el alojamiento turístico y lúdico en dicha zona se ha reavivado después de que el concejal de Urbanismo, Jesús Martínez Salvador, anunciase una modificación puntual en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), del Catálogo Urbanístico y del Plan Especial de Reforma Interior (PERI) para dar cabida al proyectado hotel de cinco estrellas. Una pretensión que ha obtenido la respuesta en contra del grupo local formado por Izquierda Unida, Más País e Izquierdas Asturianas (IU-MP-IAS); portavoz, Javier Suárez Llana, denunciaba el pasado fin de semana que «la prioridad en Cimavilla sea el hotel, y no regular las viviendas de uso turístico o dotar de servicios al barrio».
Para el líder de la agrupación ahora en la oposición, la medida suscita su duda de que haya un «interés general» en la modificación del planeamiento urbanístico presentada ayer para facilitar la construcción del hotel, más aún a la vista de que fuese un cargo municipal «quien presentase un proyecto privado como si fuera público, y no el empresario que lo impulsa». Para Suárez Llana, todo lo anterior es prueba irrefutable de que la pretensión «se hace exclusivamente para el beneficio económico de una empresa», y lamenta tanto «la falta de transparencia que ha tenido el proyecto desde su inicio», como el que «la modificación del Plan Especial, que los vecinos de Cimavilla llevan reclamando años, se plantee ahora como algo urgente no para atender las reivindicaciones vecinales, sino para favorecer un proyecto empresarial privado».
A juicio del portavoz de IU-MP-IAS, es precisamente ahí donde se encuentra el aspecto más censurable del anuncio hecho por Martínez Salvador. «No veo cuál es la ventaja de derruir un edificio todavía catalogado para construir uno nuevo, pero que parece del siglo XIX, sostiene, convencido de que, «lejos de responder a la singularidad del entorno, el proyecto plantea una propuesta que encajaría mejor en San Sebastián o en cualquier ciudad francesa en vez de apostar por referentes más cercanos». En bloque, la idea arquitectónica «está fuera de contexto», pues «tiene poco que ver con el modelo de ciudad sostenible hacia el que debe avanzar Xixón; sobra mucho cemento, y faltan espacios verdes y vegetación que genere zonas de sombra». Todo ello sin obviar que el resultado «nada tiene que ver con la arquitectura del muelle, ni con la del barrio alto» que», por lo que provocará provoca «una distorsión del conjunto histórico no sólo por el diseño; también porque al aumentar la volumetría lo que genera un efecto de muro que modifica el contorno de la fachada marítima».
Lamentable intervención.
Se necesita el hotel y atender a los vecinos
Totalmente compatible muchachos!!!!