«La mayor parte de la gente que yo conozco que está en esto lo hace de manera desinteresada, incluso perdiendo perres«
Iván Llera es presidente de Iniciativa pol Asturianu. Desde las raíces de su familia reclama el derecho de los falantes a poder expresarse en su lengua materna sin imposiciones, con el ya famoso término de cooficialidad amable que ha puesto en boga el presidente Adrián Barbón. Un derecho que, a pesar de estar reconocido por la Ley de Uso y Promoción del asturiano, cree que no está garantizado y cuyo incumplimiento nos lleva a una «anomalía constitucional».
Llevamos ya unos meses hablando de la reforma del estatuto y de la aprobación de la cooficialidad. Para vosotros, ¿cuál es la principal razón para que esto se produzca?
Evidentemente garantizar los derechos de las personas que hablan asturiano, que es una cuestión que llevamos cuarenta años sin cumplir. Nosotros decimos mucho que hay una anomalía constitucional, porque la Constitución española establece en su artículo 3.2 que las lenguas propias de los territorios han de ser oficiales acorde a los estatutos de autonomía. En el caso nuestro no es así, por lo que entendemos que debería ser oficial.
Esto es una cuestión legal que tiene que ver mucho más allá de eso. Las personas que quieren hablar asturiano encuentran muchas trabas, muchos impedimentos, inclusive con la administración. Se habla mucho de la Ley de Uso, pero es un marco insuficiente. Hace unos meses, unos padres de unos niños de Mieres vienen denunciando que tienen matriculados a los niños en la asignatura de asturiano, en la etapa infantil, y la Consejería les dice que como no es una etapa obligatoria no les pone profesor. Ellos tienen derecho a que los niños estudien asturiano. La etapa infantil no es obligatoria, por lo que podría no haber profesores de ningún tipo. Y no se nos pasa por la cabeza que a unos padres no se les mande un profesor de cualquier otra materia. Con el asturiano sigue pasando. Si queremos conservar el asturiano tenemos que tener garantizados unos derechos.
¿Y muchos de esos problemas no se podría solucionar con el desarrollo de la Ley de Uso?
Yo creo que no, hay ciertos aspectos que no se pueden arreglar. Hay problemas que llevan cuarenta años sin solución. Por ejemplo la situación del profesorado de asturiano y de gallego-asturiano, que viven una situación de interinidad constante. Hay profesores que se están jubilando siendo interinos porque nunca pudo haber una convocatoria de oposiciones. Y fue algo con lo que se comprometieron todos los partidos que pasaron por la Junta hasta esta última legislatura. La solución es la cooficialidad, porque hay que modificar un decreto del estado y no se hace. Se trata de solucionar esos problemas.
Luego está el tema de los derechos que tiene un falante. La Ley de Uso reconoce que podemos dirigirnos a la administración autonómica en asturiano, pero la administración no nos tiene por qué responder en asturiano, nos contesta en castellano. Si alguien quiere puede contestarnos en asturiano, pero en general no tenemos derecho a que se nos conteste en asturiano. Eso no pasa con la administración del estado, yo no tengo derecho a dirigirme a la administración en asturiano. Y hay muchas personas que sólo hablan asturiano, por ejemplo mi abuela. Es una persona mayor que se expresa como siempre se expresó: en asturiano. Pasa lo mismo en el médico. No pedimos que todos los médicos de Asturias hablen asturiano, obviamente, no tiene que ser obligatorio. Pero ahí hay una barrera. Y entendemos que nosotros tenemos los mismos derechos como asturianos y españoles que somos, a vivir en nuestra lengua, que no deja de ser una lengua española, como dice la Constitución.
Con respecto a esto, es una de las mayores críticas de los contrarios a la cooficialidad es el coste económico que puede conllevar la implantación de la llingua: intérpretes, funcionario, etc… ¿En cuánto valoráis vosotros que puede estar la cooficialidad? Se escuchan de todo tipo según el bando al que se pregunte.
Yo creo que no hay que hacer trampas. En nuestro caso concreto nunca pusimos números a nada. La Academia de la Llingua hizo una aproximación de cuánto podría suponer el coste de echar a andar la oficialidad, no el coste anual. Y hablaban de 20 millones de euros. Quiero recordar que la Academia es un organismo que pertenece al Principado de Asturias, no son cuatro en un chigre diciendo “veinte millones”, sino que es un organismo que depende del Principado. Sí que es verdad que se están dando cifras que no se sostienen. Lo que se hace en otros territorios, como lo que cuesta el catalán en Cataluña, se incluye dentro de ese presupuesto lo que cuesta la televisión autonómica. Y esa televisión existe igual. Hay muchos costes que ya existen en la administración. Poner carteles, cuando se tengan que cambiar, no cuestan más ponerlos en asturiano que ponerlos en castellano. Hay que ser un poco serios con este tema y no hacer trampas.
Evidentemente tampoco va a pasar que todos los funcionarios vayan a saber asturiano. Más que nada porque también lo dijo el presidente, va a ser una oficialidad amable, sin imposiciones. No creo que vaya a haber conflictos en ese sentido. Ahora mismo en la Junta General pueden expresarse en asturiano, llevan haciéndolo desde los 90 – Xuan Xosé Sánchez Vicente fue el primero que se expresó en Asturiano – y nunca hubo ningún conflicto, ni hicieron falta traductores. Es buscar problemas donde no los hay.
Hace unas semanas, hablando con un compañero de una organización de Euskadi. Allí el euskera es diferente, porque si no lo hablas no lo entiendes. Evidentemente allí, en el parlamento vasco, tienen intérpretes. Pero él contaba que en los concejos pequeños hay un acuerdo implícito de que si las personas no hablan euskera se habla en español, no hay intérpretes. Por simplificar las cosas. No tiene sentido llevar el extremo hasta ese punto. Hay que tener un poco de cabeza y nadie pide cosas radicales.
La cooficialidad amable es un término que se está poniendo de moda, pero Barbón no ha entrado a detallar. ¿En qué creéis que consistirá?
Nosotros no entendemos otra oficialidad que no sea amable, para empezar. No sabemos cuál es la intención del presidente, más allá de lo que expresó en la Junta General o en declaraciones públicas a los medios de comunicación. Lo que se está hablando es que su intención es que no haya inmersión lingüística obligatoria en las escuelas. No sabemos cómo se va a articular después, eso es responsabilidad de los partidos que están en la Junta General. Tiene que haber declaración de oficialidad en el estatuto pero luego tiene que haber una ley que regule su uso. Lo que se está planteando ahora, que está aceptado por todos los partidos que están negociando la reforma del estatuto, es que esa ley se apruebe por tres quintos, una mayoría reforzada que es la misma que se pide para la reforma del estatuto. Por lo tanto, va a haber un consenso muy grande y lo que se va a trabajar es en la voluntariedad.
¿Tal vez uno de los grandes miedos de la gente de a pie es la gestión que se haga posteriormente por parte de los partidos? ¿Que dentro de unos años podamos tener los problemas que se ven hoy en Cataluña?
No tiene nada que ver la realidad de Asturias con la de Cataluña, que es la comparación más fácil porque es una situación de mucha tensión y fractura. Nuestra comparación siempre es con Galicia, que es la comunidad que tiene una realidad más parecida con Asturias. Evidentemente en Galicia hay partidos nacionalistas que ya existían, pero gobierna el PP con mayoría absoluta de siempre, por lo tanto no hay una causa efecto entre oficialidad de la llingua con el hecho de que haya movimientos independentistas. No tiene nada que ver.
Es curioso que los partidos nacionales mantengan claras contradicciones en esta materia. La Ley de Uso Lingüístico la aprueba el PP de Marqués con un PSOE en contra, pero que ahora quiere la cooficialidad. En Galicia y Comunidad Valenciana gobierna también el PP…
Es la gran pregunta para el Partido Popular, lo que defiende a un lado de la ría del Eo, al otro lado no vale. Históricamente, además, el PP siempre defendió la oficialidad, y la llevó en su programa electoral. Después hubo un cambio, cuando estuvo Mercedes Fernández, que se movió a una postura muchísimo más radical. El contexto de lo que pasa en España, en este caso Cataluña, afectó porque extrapoló el debate, pero nada tiene que ver lo que pasó en Cataluña con lo que pasa en Asturias. No entiendo bien esos miedos.
Hay mucha cosa heredada, mucho complejo por hablar en asturiano. Siempre escuché en casa eso que “nosequién habla mejor que nosotros” o “habla más fino”. Tenemos ese miedo de que lo que hablamos es algo de lo que avergonzarse y que lo mejor es lo otro. Y creo que hay cierto complejo. El Partido Popular, además, es un partido que está muy enraizado en las zonas rurales, es una incoherencia que se desprecie cómo hablan sus votantes. En ese sentido siempre tendemos la mano al Partido Popular, estuvimos reunidos con ellos intentando acercarlos a nuestra postura. Evidentemente tienen una postura muy diferente, pero nosotros seguimos trabajando con ellos. Defienden la Ley de Uso, que es insuficiente, y en caso suyo la incumplen. En Oviedo, cuando recuperaron la alcaldía, donde aparecía Oviedo/Uviéu lo que hicieron fue quitarlo. Los carteles del Antroxu volvieron a poner Carnaval, etc… Hacen lo contrario de lo que defienden, que es la Ley de Uso.
Otro de los puntos calientes es la acusación de que los partidarios de la oficialidad queréis montar chiringuitos. ¿Cómo os defendéis de esas acusaciones?
No entiendo muy bien esas acusaciones porque la mayor parte de la gente que yo conozco que está en esto lo hace de manera desinteresada, incluso perdiendo perres. Es una cosa que estamos haciendo por amor. En mi caso es la lengua que se hablaba en mi casa, es lo que hablo con mi abuela. Es un poco reconocer lo que soy. Es la única herencia que tengo de mis abuelos y tengo que cuidarla. Todos aquí tienen su profesión y cuando hacen cosas la hacen forma desinteresada.
Defendéis también que existe una industria detrás…
Hace unos años hicimos un seminario analizando la situación de cuál es la situación de Asturias en los últimos años y cuál fue la evolución de las comunidades autónomas que tienen lengua propia. Asturias está como estaba y el resto de comunidades con lengua propia son de las que más crecen de España, de las que más riquezas generan. Cuando se nos quiere vender que todos los problemas vienen son consecuencia del asturiano, que ni siquiera es oficial, y que si se hace oficial vamos a estar peor… La evidencia es el resto de comunidades están mejor que nosotros. No se puede establecer que vaya a pasar eso, pero el asturiano no va a ser el causante de que Asturias vaya a peor.
En Asturias es verdad que genera riqueza el asturiano. Hay muchos ejemplos. En concreto Miguina de Pan lo cuentan en un documental que hicimos nosotros. Hubo un momento que ellos pensaron en hacer productos usando el asturiano y vendían más los que se hacían en asturiano. Porque hay algo más sentimental, que sentimos más propio, productos que envías a asturianos que viven fuera… En la FIDMA vamos con un montón de empresas que utilizan el asturiano con total normalidad y no supone ningún conflicto y, en muchos casos, supone esa distinción que es tan importante para las empresas de diferenciarse de la competencia.
¿Como la campaña de «¿Fame» de Macdonald´s?
Exacto. Hay multinacionales que están en Asturias que usan el asturiano. Netflix también lo ha usado, o Ikea. Es la manera de conectar con la gente. Si esas empresas lo usan es porque saben que es la manera de acercarse al público asturiano.
Volviendo al tema político, la Plataforma Contra la Oficialidad de la Llingua aboga por realizar una consulta ciudadana y que se respete la respuesta de la gente. ¿Entra en vuestros planes una solución similar?
Hay encuestas que se encargan periódicamente por la Academia de la Llingua, y que hablan de que hay una mayoría de la sociedad asturiana que está a favor. El resultado de las últimas elecciones también dice bastante por dónde van los tiros porque el PSOE se presentó a las elecciones diciendo que iba a abrir el proceso de reforma del estatuto y sacó veinte diputados. Y los partidos que defienden la cooficialidad suman 26 votos. Y en el caso de Foro Asturias es cierto que no lo llevaba abiertamente pero dice ellos apuesten por cuando se de el consenso se apruebe, lo único que dice el programa es que creen que todavía no existe ese consenso en 2019. Yo creo que la situación cambió desde entonces. La oficialidad, además, viene recogida en el artículo 3.2 de la Constitución, por lo tanto: ¿estamos preguntando si vamos a someter a referéndum si vamos a cumplir con la Constitución? Creo que no es necesario porque los asturianos ya hablaron en las elecciones y es un mandato constitucional.
También se os reprocha que el asturiano es una lengua inventada por la Academia. ¿Qué respuesta tenéis ante eso?
Cuando hablamos de estos temas hay que escuchar a los expertos. Y filológicamente, si escuchamos lo que dice la ciencia, el asturiano es una lengua. Y no hay más debate, está acreditado e, incluso el estatuto de autonomía reconoce es una lengua. En ese sentido no hay duda. El español, que lleva siglos normalizado, lo aprendemos todos igual pero no lo hablamos igual. En Asturias pasa igual. Existe un estándar que es común. Mi familia es de Ponga y hay cosas que no las llamamos igual que en Gijón, pero eso es la riqueza de una lengua. En cada sitio tenemos diferentes formas de hablar, aunque nos entendemos.