El experimentado mando, que ya ocupó el puesto entre 2018 y 2022, combinará dicha responsabilidad con la de responsable operativo del cuerpo, cargo que ostenta en la actualidad; la plantilla, crítica con la actitud y competencia del saliente, celebra el cambio

«Pedid… Y se os dará», recoge cierto pasaje de la Biblia, ampliamente conocido utilizado, y que ya ha trascendido su original dimensión religiosa. Claro, que no siempre se produce ese ‘milagro’… Pero, en esta ocasión, para el Cuerpo de Bomberos de Gijón sí ha sucedido. Tal como el Ayuntamiento ha confirmado, Javier Álvarez Villazón, aún hoy responsable operativo de dicha fuerza, pasará a asumir también el cargo de jefe del Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento, reemplazando a Pablo Ferrío, quien será reubicado en otro puesto dentro del organigrama municipal. Una maniobra destinada, según la versión oficial, a amortizar puestos, con la que Villazón ‘vuelve a casa’, recuperando una competencia que ya desempeñase entre 2018 y 2022, y con la que se atiende una demanda formulada en varias ocasiones por la plantilla del cuerpo, descontenta tanto con la capacidad de Ferrío, arquitecto de profesión, como con su carácter y trato.
«Ha sido algo casi unánime; con Ferrío no estábamos contentos«, reconocen fuentes del servicio consultadas por miGijón. Porque el saliente despertaba la animadversión de sus subordinados por diferentes razones, incluyendo «sus conocimientos del trabajo, por no ser bombero, y sus formas; era muy despótico, y no reconocía sus limitaciones». Tanto es así, recuerdan los profesionales entrevistados por este periódico, que se elevó al Consistorio un escrito, secundado por la práctica totalidad de ellos, en el que se ponía en conocimiento del Gobierno gijonés ese malestar. Ante semejante panorama, la puntilla fue el reciente conflicto con los socorristas por las dificultades para cerrar el calendario con el personal disponible, en cuyo contexto la Unión de Sindicatos Independientes del Principado (USIPA) llegó a solicitar formalmente el cese de Ferrío. De ahí que, en líneas generales, el cambio haya sido bien acogido por los integrantes del servicio. «Villazón también tiene sus detractores, pero es otra cosa; fue bombero, llegando a sargento, y está abierto a hablar y a negociar», acotan los trabajadores, que no dudan en entender la maniobra como «un paso adelante».
Así, Villazón aglutinará el mando operativo y la jefatura del Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento en un momento de cierta fortaleza del Cuerpo de Bomberos, y con la previsión de que la misma se incremente. Con 81 profesionales actualmente en activo, y la ampliación de la relación de puestos de trabajo aprobada recientemente, en breve finalizará la selección de otros siete, y el Boletín Oficial del Principado (BOPA) pronto hará públicas las bases de la convocatoria para contratar a otros cinco. «Eso será un avance; nos acercará a ese ideal de cien profesionales, que es lo mínimo», celebran en las filas del servicio. Claro, que esa no es la única batalla que Villazón deberá librar una vez tome posesión… En el horizonte está también la aprobación de los protocolos de intervención, imprescindibles para el correcto desempeño de la labor, así como el ajuste y cumplimiento de las inversiones comprometidas. Todo ello, mientras se espera como agua de mayo la construcción y entrada en funcionamiento del nuevo parque… «Eso sí será algo digno de celebrar», vaticinan.