Javier Ríos presenta en Gijón su documental «Aquí estamos», en el que narra el drama humanitario que viven las personas que se juegan la vida para llegar a Canarias
Javier Ríos (Sabadell, 1981) es actor y director. Como actor le hemos visto en series de éxito como El Internado, aunque ahora se encuentra volcado en su faceta como director. Lleva más de diez años contando a través de sus historias algunos de los problemas sociales más actuales. Esta tarde presenta en Gijón ‘Aquí Estamos’, un documental en el que narra el horror que viven las personas que tratan de llegar a las costas de las Islas Canarias desde el continente africano. Y es que se calcula que cada año más de 4.000 personas mueren tratando de llegar a España solo en la ruta Canaria. De todo ello hablamos con él.
¿Por qué decide hacer este documental?
Llevamos ya diez años haciendo documentales denunciando este sistema. De hecho, en breve se estrenará en Netflix 180 grados, otro de nuestros documentales. El pasado año nos mudamos de Madrid a Canarias, porque necesitábamos un cambio, salir de la capital. Al poco de llegar conocimos a uno de nuestros vecinos, que estaba involucrado en asociaciones de ayuda a las personas que llegan a nuestras costas y decidí colaborar con él. Hacer el documental es lo mínimo que podíamos hacer.
Hace unos días se archivaba la causa del campamento de Arguineguín, (la Audiencia nacional reconoce que las condiciones eran lamentables pero que no se pudo actuar de otra forma). Una ilegalidad que se ha cometido y que todos hemos podido ver. También salían publicados estos días los datos sobre los fallecidos en el mar tratando de llegar a nuestro país: se calcula que más de 4.000 personas perdieron la vida en el mar solo a través de la ruta Canaria. De los que mueren en el desierto ni siquiera tenemos datos.
Por eso, con este documental queremos visibilizar este problema, sacarlo también fuera de las islas, y del país. El próximo día 29 ‘Aquí Estamos’ se estrena en la Televisión Canaria y estamos muy contentos también de poder compartir aquí nuestro trabajo. Porque tenemos que tener claro que no es algo que solo pasa aquí, es una realidad en todas las fronteras del mundo.
¿Ha influido la pandemia en la gestión de la crisis migratoria?
La pandemia ha sido una de las excusas que se ha utilizado. Los centros de internamiento cerraron, con la excusa de que no se podían mantener las medidas sanitarias necesarias, y se improvisaron antiguos cuarteles militares como campamentos. En estos tampoco se cumplen las normas sanitarias ni jurídicas básicas. Es una deshumanización constante de las personas. Tienen que esperar hasta 6 meses para conseguir una cita de asilo en estas condiciones, hacinados y detenidos, porque puedes salir del centro pero no de la isla.
Ha podido hablar con varias personas que realizaron este viaje desde África hasta nuestras costas. ¿Cómo es su vivencia?
Psicológicamente están destrozados. Parece que es un tema que no interesa al Estado. Es un trato que no se puede normalizar y que muchos medios de comunicación han silenciado. Si mañana un barco, con decenas de personas blancas y europeas, como yo, se hundiera frente a las costas sería una desgracia, una noticia y se abrirían investigaciones para que algo así no volviera a suceder.
Además, el conflicto Sáhara Occidental, otra de las grandes vergüenzas de España y de Europa, favorece que cada vez más se utilice una ruta tan peligrosa como la Canaria.
¿Qué se encuentran estas personas al llegar? ¿Somos un país solidario?
Del pueblo canario destaca su gran solidaridad, muy por encima de lo que tenemos en la península, en especial en Madrid, donde he vivido varios años. Es un pueblo históricamente acostumbrado a migrar, a acoger, y por ello más preparado para combatir ese aumento del discurso de la extrema derecha que está pegando, sobre todo en Madrid.
El problema es que, por muy inmunizado que esté el pueblo canario frente al racismo o la xenofobia, mantener las políticas actuales y el hacinamiento de estas personas puede provocar situaciones de calle, y puede ser el caldo de cultivo perfecto para estos discursos ultraderechistas.
Es un problema que se tiene que afrontar con los derechos humanos en la mano. Tenemos que ser conscientes de que cada día muere gente en el mar, entre ellos muchos niños. Y que de la gran mayoría ni siquiera sabemos sus nombres.
¿Somos ahora más insensibles a este problema que hace años?
Cada vez estamos más individualizados, es un sálvese quien pueda. Hay que tejer esa red de solidaridad y que los medios de comunicación pongan el foco en problemas verdaderamente importantes.
Durante el rodaje ha tenido la oportunidad de hablar con abogados, juristas, profesores…¿cuál es la historia o la imagen que más se le ha quedado grabada?
Emocionalmente el día que estuve en los campamentos. Después de aquello estuve una semana destrozado. Es algo que no puedes imaginarte que se normalice. También entrevistando a uno de los protagonistas del documental, un profesor de la Universidad de la Laguna, que me dijo una frase que creo resume muy bien lo que pasa: “Ellos están aquí porque nosotros estamos allí”.
Para quien no los conozca, ¿cómo son esos campamentos?
Hay mucha opacidad. Son antiguos cuarteles abandonados, en donde viven hacinados en carpas. La gente tiene la impresión de que Canarias solo es sol y calor, pero Tenerife tiene su propio microclima y estos campamentos están situados en alta montaña. Hay que darse cuenta de que muchas de las personas que llegan a ellos no están acostumbradas a temperaturas por debajo de 25ºC. Allí viven en condiciones inmundas. La administración pública está desbordada, hay muchas subcontratas y ONGs sospechosas también de no respetar los derechos humanos.
Creemos que se debería poner toda la fuerza para acabar con esta lógica de hacinamiento que recuerda a los tiempos más oscuros del siglo pasado.
Aquí Estamos pudo verse ayer dentro de la programación del MUSOC. Hoy, a las 18:00 h, realiza un nuevo pase en el Salón de Actos del CMI de El Llano. El visionado contará también con la presencia de la abogada Loueila Mint, partícipe en el documental.