“Han sido dos años de mierda. Estás viendo cómo el mundo y a lo que te dedicas sigue girando pero no puedes ser partícipe de ello”
“Queremos entrar a grabar el nuevo disco en noviembre. Somos fuego en el culo”
Tigre y Diamante son uno de esos grupos que han surgido del mundo underground gijonés, el mismo que tanta solera ha ido demostrando a lo largo de los años. El cuarteto, formado por Jon (voz y guitarra), Coke (batería y coros), Sete (guitarra) e Iker (teclado y bajo), ha presentado este 2022 su último álbum “Qué asco más rico”, un trabajo que les ha traído una aceptación increíble tanto de crítica como de público. La pandemia les cambió el chip, pero ya tienen ganas de más y, a pesar de que aún les quedan conciertos por delante para terminar de presentar este disco, en noviembre volverán al estudio para su siguiente trabajo. Metrópoli, su Molinón particular, les espera mañana.
Tras el parón de la pandemia volvéis a Metrópoli. Para un grupo de Gijón es como el Sporting jugar en El Molinón, ¿verdad?
Sí, parecido. La verdad es que en Metrópoli, casi desde las primeras ediciones, nos han dado siempre un espacio. Al principio en las carpas de los bares y ya en la última edición, como ahora, nos dan el Escenario Dos, junto con Viura, para jugar en casa y presentar nuestro nuevo disco y disfrutar. Porque tocar en Metrópoli no deja de ser algo muy festivo.
Además vamos a presentar mañana un nuevo single y vamos a tener un par de artistas invitados como sorpresa. Para nosotros Metrópoli es un escenario muy especial y queremos preparar algo especial también. Contaremos con sorpresas.
Presentáis disco nuevo, “Qué asco más rico”. ¿De dónde viene ese título?
¿Quién no ha hecho algo que sienta tan bien y que a la vez sepa tan mal?
Durante la pandemia os tocó reinventaros, sacando mucho single y sin poder casi pisar los escenarios. ¿Cómo se vive eso?
Han sido dos años de mierda. Estás viendo cómo el mundo y a lo que te dedicas sigue girando pero no puedes ser partícipe de ello. Estás sacando canciones, mostrando al público tu trabajo, pero a la vez no puedes presentarlo. Tienes que quedarte en casa. Es muy frustrante. Es un trabajo de paciencia, de sentarte a esperar. Que es lo que peor llevamos los artistas. Eso y la incertidumbre.
Cuando se abrió un poco la puerta, además, con unas condiciones muy específicas…
Es un poco shock, sobre todo los primeros bolos con gente sentada y con mascarilla. Estás tocando como ante maniquíes. La gente tenía que estar quieta, sin moverse. Era algo muy frío. No sabías muy bien cómo enfrentarte a ello. Tienes la euforia, pero nada acompaña. Es como tocar en el Ártico.
Sabina no quiso hacer más conciertos hasta que regresara la normalidad, por ejemplo.
Hubo varios artistas, sobre todo los que se lo podían permitir. Pero la verdad es que es una posición egoísta, porque la gente quiere ver música en directo. Hemos tocado en teatros vendiendo todas las entradas. La gente tenía ganas de ir a conciertos. Hay que darles un poco de ocio y libertad. Yo creo que se debía seguir tocando. Había que dárselo a la gente.
Durante estos meses, además, os habéis multiplicado por dos. Ahora sois cuatro en la banda.
La pandemia llegó a todos, a nosotros también: nos hemos multiplicado por dos. Estamos con Iker y con Sete súper contentos. La verdad que genial, la banda ha crecido en todos los sentidos. Se reflejará en el concierto de mañana, en Metrópoli.
El año pasado ya estaban incorporados, pero ya ha pasado un año y muchos kilómetros de carretera. ¿Cómo evoluciona este matrimonio?
Recuerdo que en los primeros ensayos, en ese periodo de adaptación, estábamos como cuando uno empieza al cole, esa primera semana de adaptación. El feeling va creciendo poco a poco, cada vez nos entendemos mejor dentro y fuera del escenario. Está siendo todo muy positivo. Ellos al principio estaban más fríos, más conservadores. Ahora se vienen más arriba, están totalmente integrados en lo que es Tigre y Diamante.
La prueba de fuego es cuando coges la carretera. El local de ensayo es casi un paradigma, no es lo real. Hay que salir a defender el proyecto, hemos estado en Sevilla y hemos hecho mucha carretera. El rodaje con ellos ha sido muy bueno, tanto en la furgoneta como en los conciertos. La familia va creciendo.
El disco ha tenido una gran acogida de público y crítica. ¿Sienta bien el resultado a un buen trabajo?
No nos esperábamos tanta repercusión. A nivel profesional hemos recibido muchos elogios de gente de la industria muy consagrados. Estamos muy contentos. Y esto lleva a que en el siguiente disco haya más colaboraciones.
¿Ya estáis entonces con el siguiente disco?
Sí, queremos entrar a grabar en noviembre. Somos fuego en el culo. Este disco, aunque tenemos que terminar de presentarlo, es ya historia. Tenemos ya las canciones y queremos sacar cosas nuevas, sacar cosas adelante.
Gijón tiene una gran tradición musical, de grupos que vienen de abajo. Vosotros, además, habéis conseguido enamorar a gente muy potente…
Hemos empezado desde abajo y se ha ido sumando gente como Joaquín Pascual o Nacho Vegas. Para el próximo disco tendremos más colaboraciones y la producción del disco va a estar en manos de alguien bastante grande, aunque no vamos a desvelarlo aún para no gafarlo. No podemos estar más orgullosos del resultado.