El Sporting se encomienda a la nostalgia para reengancharse al sueño del playoff

Con el duro mazazo del viernes aún doliente, el Sporting se niega a perder la esperanza. El playoff está lejos, a un mundo que no lo es tanto por puntos – a seis se sitúan los rojiblancos- como de juego. Las sensaciones son malas, tanto que se ha pasado de ser un líder solvente en la Liga Smartbank a ser uno de esos clubs que deambulan en tierra de nadie. Sin embargo, desde Mareo se niegan a tirar la toalla. Aún no ha terminado enero y las remontadas milagrosas en la segunda división española son tan habituales como los descalabros. Que se lo pregunten a Girona y Depor el año pasado.
Con la premisa de agarrarse a un clavo ardiendo, la dirección deportiva echa la mirada hacia el pasado. Y, como hace exactamente cuatro años, vuelve a encomendar los sueños de regresar a la élite del fútbol a Jony Rodríguez, que llegará al aeropuerto de Asturias a primera hora de la noche. El cangués, todo un trotamundos desde su juventud, es el símbolo de la esperanza rojiblanca. Fue protagonista del ascenso de los guajes y del milagro de la permanencia un año después. Las desavenencias con la directiva y un contrato que finalizaba en junio le llevaron a Málaga, donde su nivel nunca brilló como en Gijón. Tal vez por eso, y tras una charla con el presidente Javier Fernández, forzó al club de la Costa del Sol a aceptar su regreso a la ciudad que le vio explotar como futbolista. El Granada pujaba fuerte por el extremo, pero finalmente recaló en Gijón bajo la dirección de Rubén Baraja.
EQUIPO | PARTIDOS | GOLES | ASISTENCIAS |
Sporting | 36 | 5 | 9 |
Málaga | 29 | 2 | 1 |
Alavés | .36 | 4 | 11 |
Osasuna | 22 | 0 | 2 |
La remontada de 2018
Se hizo otro milagro. O casi. Aquel Sporting recordaba en demasía al actual. Circulaba a 5 puntos del play off, uno menos que hoy, pero las sensaciones eran muy negativas. El club había destituido a Paco Herrera y había confiado en el trabajo de un Baraja que no llegaba a Asturias con buen currículo. Se tocó fondo en Oviedo, con una derrota ante el eterno rival y, donde Jony anotó el único gol rojiblanco. La conjura del vestuario, con un Rodríguez liderando la remontada aunque bien acompañado por Rubén García, Michael Santos, Carmona, Sergio y Bergantiños, enjugó una diferencia al Huesca de 19 puntos y llegó a ponerse líder. Las botas del zurdo de Cangas del Narcea habían devuelto la ilusión a la Mareona, quien se permitió soñar con un pronto regreso a la liga de las estrellas. No pudo ser. El bajón físico del equipo condenó al equipo a los play off, donde un Valladolid enrachado eliminó con facilidad a los rojiblancos.

La importancia de Abelardo
Sin el ascenso el Sporting no pudo hacer frente a la cláusula de compra que la cesión de Jony incluía. El jugador volvió, momentáneamente, a Málaga. Pero quiso el destino que su padre futbolístico, Abelardo Fernández, le reclutase para el mejor Alavés de los últimos años. La conexión entre el entrenador gijonés y el extremo siempre fue especial. Fue el Pitu quien le recuperó para el fútbol fichándolo para el Sporting B cuando la retahíla de clubs en los que había jugado el extremo anunciaban una carrera mediocre. A pesar de que en sus años de juvenil había llamado la atención del Barcelona, y tras dos años en la ciudad condal, acumuló clubs como quien colecciona fracasos: Getafe B, Vetusta, Marino, Avilés…
El fallido sueño italiano
Fue tan buena la temporada en Vitoria que incluso sonó como posible seleccionable. La falta de extremos puros y el estilo de juego vertiginoso de Luis Enrique encajaban. La llamada a la roja nunca se produjo, pero en Italia llamó la atención de la Lazio, quien le fichó aprovechando una cláusula del contrato del jugador en el que permitía a Jony irse a un club de superior categoría si los malagueños estaban en segunda. La marcha del jugador trajo cola. El jeque Al-Thani denunció al cangués por incumplimiento de contrato y le reclamó doce millones de euros. Eso fue hace dos años. Hace dos días la justicia daba la razón al jugador.

Su paso por Italia no fue como esperaba, a pesar de ganar la Supercopa transalpina. Tras un primer año donde llegó a disputar 24 partidos, 14 como titular, los romanos cedieron la pasada temporada a Jony a Osasuna. Las lesiones tampoco le permitieron recuperar el nivel que mostró en Gijón y Vitoria. En Pamplona pudo disputar 22 partidos, pero no aportó ningún gol y tan sólo dos asistencias. El equipo navarro, que tenía una opción de compra por cinco millones, decidió no ejercerla y enviar a Jony, de nuevo, a Roma.
Una tercera oportunidad rojiblanca
En verano surgieron rumores, todos ellos sin fundamento alguno, de que Rico había puesto la mirada sobre el extremo. La realidad es que fue una opción que nunca estuvo sobre la mesa. A pesar de que la Lazio estaba deseosa de darle salida, la economía rojiblanca no podía hacer frente al salario del extremo. Aún así, y casi como cada año, los aficionados soñaban con volver a ver las cabalgadas de “Perdigón”. Un sueño que se acaba de hacer realidad. Tras quedarse sin ficha profesional en Italia, y con el primer pago del fondo CVC en el banco, el Sporting y Jony deciden darse una tercera oportunidad. Un encuentro en la tercera fase con la mirada puesta en la remontada. Llega para seis meses y en una posición donde el equipo de David Gallego tiene efectivos – Gaspar y el Puma se han repartido las titularidades en ese costado-. Vuelve el hijo pródigo y con él la ilusión de doblegar el reto de volver a triunfar “por los campos de España”.