
«El sistema sanitario ya estaba en crisis antes de la pandemia y lo que hizo esta fue poner en evidencia el problema tan grande que había, que no es otro que no saber gestionarlo»

José Magarzo es un cirujano gijonés especialista en cirugía general y del aparato digestivo. Afincado en Barcelona, en sus primeros años de carrera, volvió a Gijón para hacerse cargo de la clínica de su padre, el queridísimo doctor Antón Magarzo, fallecido repentinamente. Desde entonces- hace diecisiete años- trabaja en Asturias operando en diferentes hospitales.
– ¿De qué estamos enfermos?
-¡Buf! La gente está mala de muchas cosas, además en medicina, cuánto más buscas, más cosas aparecen.
–Ya.
-Es un poco parecido a cuando llevas el coche al taller. Vas por una cosa y encuentras mucho roto.
–Pero dígame, algún mal que destaque.
-Concretamente en nuestra especialidad lo más llamativo son las patologías de la pared abdominal; las hernias inguinales; la vesícula y con mayor repercusión social, el cáncer de colon.
-Este último con qué diagnóstico…
-Tenemos muchas herramientas para intentar prevenirlo y tratarlo a tiempo. Y desde luego otra de las patologías preocupantes es la obesidad.
–Por eso precisamente le iba a preguntar.
-Esa es la gran pandemia de este siglo.
–Y de nuestra sociedad.
-Exacto, es una enfermedad de países desarrollados. El sobrepeso y la obesidad.
–Tiene que ver directamente con lo que comemos.
Directamente con los hábitos. En las últimas décadas el incremento de peso asociado a los hábitos sociales, dietéticos y a las costumbres está haciendo que la obesidad tenga graves repercusiones, sobre todo por sus enfermedades asociadas y la disminución de la calidad de vida, por supuesto.
–¿Y de eso quién tiene la culpa?
-Si es cierto que hay un trasfondo genético, pero hace treinta o cuarenta años la carga genética probablemente era la misma y el número de obesos no era el mismo que ahora. La obesidad está implantada en la sociedad.
–La comida preparada, ya sabe a qué me refiero, hizo estragos…
-Sólo teníamos que ver cómo comíamos nosotros de niños y como comen ahora. Los hábitos que te condenan a una obesidad de adulto se inician sin ninguna duda a temprana edad.
–Exportados de América…
-Yo siempre digo que la salud, la digestión, empieza en la cesta de la compra.
–Y de cómo preparamos lo que compramos.
-Y cómo los asimilamos. Si le dedicamos el tiempo oportuno a la comida, a la digestión y también cómo gastamos esa energía que nos dan los alimentos.
–¿Qué comían ustedes en casa de un médico como era su padre, Antón Magarzo?
-Los pastelitos eran una comida especial. El día de fiesta era cuando tenías lo prohibido. En casa merendábamos bocadillos de chorizo.
–Ahora es al revés.
-Eso es, lo extraordinario es el fiambre metido en el pan de toda la vida.
-Pero volviendo al tema de la actividad física para gastar esa energía. Cada vez hay más gimnasios.
-Ya, pero la gente que va al gimnasio, está sana.
–Eso de decir “me apunté a un gimnasio” para luego no ir…
-Es más importante probablemente caminar medio hora o tres cuartos al día, que ir media hora a un gimnasio una vez a la semana.
–Y esas dietas “operación bikini” para ustedes los médicos deben de ser peligrosísimas.
-Perder peso es fácil (que se entienda a lo que me estoy refiriendo) lo importante es mantenerse en el peso ideal de cada persona y que sea óptimo para la salud.
–Hablemos de la post pandemia y de los problemas que tiene ahora los médicos. Qué hay que hacer para que la gente estudie medicina y lo más importante, no se marchen de aquí.
-Es un problema de gestión sin lugar a dudas. El sistema sanitario ya estaba en crisis antes de la pandemia y lo que hizo esta fue poner en evidencia el problema tan grande que había, que no es otro que no saber gestionarlo.
–¿Y ahora se cometen los mismos errores?
-Pues sí, volvemos a tener un sistema sanitario bajo una situación de estrés.
–Solución.
-Estudiar nuevos medios de gestión tenido a profesionales dentro de los círculos de administración y con mucha más transparencia. No podemos esperar a que cuando hay dinero va bien, y cuan no, no va bien.
–¿Por qué se van los médicos?
-Por calidad de vida y por retribución económica.
–¿Lo suyo fue vocacional o impuesto por su padre?
-Impuesto no fue, desde luego que no. Es una consecuencia. El crecer en este ambiente tuvo muchísimo que ver. Dese cuenta que teníamos la consulta como una habitación más de casa y mi padre era médico las 24 horas del día.
–En que estaría pensando él ahora que usted es uno de los cirujanos más referentes. ¿Qué conversación tendría?
-Es complicado, ya han pasado 17 años. Como cirujano yo no compartí nada con mi padre (se emociona) Mi mayor tristeza es que nunca me vio operar.
-Volvamos a la tierra y a lo que estamos en estos momentos, que no le quiero poner triste. ¿Viaja mucho?
-Mi paraíso son las islas Baleares. Un viaje obligado cada año es pasar unos días en Formentera a celebrar la noche de San Juan.
–Y este médico marcharía de Gijón a pesar de esa carga emocional tan grande que nos ha demostrado hace unos minutos…
-Este médico está abierto a nuevas oportunidades, pero no lejos. En cualquier ciudad del Mediterráneo o que tuviera mar.
–No quiero despedirme sin preguntarle por algún proyecto que tenga en mente.
-Me gustaría dar la vuelta al mundo.
–Y uno que ya ha hecho…
-El volver de Barcelona para hacerme cargo de esta consulta. La muerte de mi padre fue tan inesperada que no quería dejar que esta consulta se muriera. La quiero mantener viva.
¡Hostia! ‘Menos mal que un médico nos dice que el sistema sanitario asturiano ya era deficitario antes de la pandemia…! Como que a principios de los 2000, cuando yo trabajaba en varios sitios de Oviedo y Gijón haciendo radiografías, había sitios (de la sanidad pública) donde revelábamos las placas «a mano». Me vine a Cataluña en 2008 y aquí por entonces, en los sitios más «cutres» tenían máquinas de revelado automático, que eran modelos de principios de los 90. Mucha mafia médica es lo que tenéis ahí. Que Asturias invierta tantísimo en su sanidad pública, y ofrezca unos servicios tan deficitarios, imagino que hasta que no haya un gobierno de derechas nadie va a sumar dos más dos.