El presidente de Caja Rural de Gijón recogió el premio Gijón Ciudad Abierta, acompañado de compañeros y compañeras de la Fundación

La entrega del premio Gijón Ciudad Abierta que organiza la Cadena SER Gijón tuvo este lunes como protagonista a José Ramón Fiaño, presidente de Caja Rural de Gijón. En un discurso vibrante, lleno de agradecimientos, reivindicación social y memoria, Fiaño recibió el galardón en nombre de la Fundación Caja Rural de Gijón, subrayando el compromiso inquebrantable de la cooperativa con la ciudad y sus vecinos desde hace seis décadas.
“Como dije en enero de 2024 en la prensa, Gijón es una ciudad en la que nadie es foráneo, nadie es extranjero”, comenzó, reafirmando el espíritu abierto y acogedor de la ciudad.
En su intervención, Fiaño ligó el reconocimiento con el 60 aniversario de la fundación de Caja Rural de Gijón, que comenzó su andadura en 1965 con la apertura de su primera oficina, apenas unos meses después de su constitución. “Es la única entidad financiera que dispone de oficinas con personal y dinero en los seis distritos de Gijón”, subrayó, destacando también su apuesta por la igualdad: “Cinco directoras, cinco directores. Y un 51% de nuestra plantilla son mujeres. Por algo somos la Caja de las Personas”.
El presidente quiso enmarcar este aniversario en un contexto más amplio. En 2025, se celebra también el Año Internacional de las Cooperativas, tal como ha proclamado la Asamblea General de la ONU. Bajo el lema Las cooperativas construyen un mundo mejor, Fiaño recordó que este modelo empresarial es clave para avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible y pidió a los gobiernos fomentar un entorno favorable para su desarrollo.
Pero si hubo un hilo conductor en todo el discurso, fue el de la labor social de la Fundación. “La Fundación cumple este año su mayoría de edad y no ha parado de crecer”, afirmó Fiaño, quien no dudó en adaptar la célebre frase de Churchill para definir a sus fundadores: “Nunca tan pocos hicieron tanto por tantos”. Una cooperativa formada por solo 21 socios en sus inicios, que hoy desarrolla una de las acciones sociales más amplias de la ciudad.
En 2024, la Fundación realizó 435 actividades, más de una por día, articuladas en torno a cuatro grandes bloques: deporte inclusivo, homenaje a mayores, medio ambiente y mecenazgo cultural. Fiaño detalló con orgullo ejemplos concretos de cada área: desde la reforestación de Somonte, hasta los homenajes fotográficos a los mayores en las parroquias rurales, pasando por el apoyo a iniciativas culturales, gastronómicas y deportivas.
No faltaron anécdotas que arrancaron sonrisas y aplausos del público. Como cuando recordó que la Fundación apareció en una página entera del New York Times por la celebración de la victoria de la selección femenina de fútbol en la plaza del Ayuntamiento, o el momento en que, a petición de la Cocina Económica, entregaron carne de jabalí picada en bolsas de un kilo “porque muchas personas no tienen dientes para masticarla”.
También mencionó proyectos sensibles como el apoyo a mujeres con cáncer de mama a través de programas de tiro con arco, la colaboración con la Fundación Sporting y su equipo Genuine de inclusión social, y la ayuda directa a menores víctimas de violencia doméstica. “Cuando un menor llevaba manga larga por vergüenza de sus moratones, la Fundación estuvo ahí”, remarcó.
Fiaño no quiso olvidarse del equipo femenino de balonmano de La Calzada, a quien ayudaron a participar en la Copa de Europa cuando se quedó sin apoyo económico, ni del histórico respaldo al Concurso Hípico gijonés, incluso en los peores años de la crisis económica. “Somos el único patrocinador que ha estado todos los años. Y seguiremos estando”, prometió.
El presidente cerró su intervención con palabras de agradecimiento a su equipo, recordando que en apenas tres años han multiplicado por 350 las ayudas destinadas desde la Fundación. “En las películas se recuerda el principio y el final”, dijo. “Así que termino como empecé: gracias. Muchas gracias al jurado, a los patrocinadores, a la Cadena SER y a todos ustedes por estar aquí”.
Con una ovación cerrada del público, Fiaño consolidó no solo el papel de Caja Rural como motor económico de Gijón, sino su profunda vocación de servicio a la comunidad, enraizada en una ciudad que, como él mismo dijo, “mira al mar, es amigable, sociable, paseable y atenta con sus visitantes”. Una ciudad abierta.