El periodista gijonés borda la repetición del postre que hace unas semanas fue nombrado «el peor plato de la historia» del programa
La venganza es un plato que se sirve frío. Y a veces con regusto dulce, al menos en MasterChef Celebrity. Lo sabe bien Juanma Castaño, estoico pastelero resarcido con una segunda oportunidad para elaborar su ya famosa tarta de café. Prueba de eliminación, todos los concursantes en el foso. Como siempre, los ingredientes para conseguir la tortuosa salvación están escondidos bajo una caja. «Juanma, ¿qué te gustaría que hubiese debajo?», lanzó Pepe Rodríguez. «Si son tartas, solo de queso. La de café, no. Eso ya es el pasado». Van nueve programas y el periodista asturiano a veces parece nuevo, todo hay que decirlo. Su cara era un auténtico poema en cuanto retiró la madera vio en un marco la foto de su ‘creación’. Ahí estaba aquel esperpéntica e inconsistente postre, por llamarlo de alguna manera más allá del «vomitado» acuñado por Bibiana Fernández, que varios programas atrás fue coronado como el peor plato de la historia de Master Chef por delante del ‘León come gamba’. «Esto es de muy mal gusto. Esto es la fábrica del mal. De aquí siempre surgen las peores ideas», se retorcía el comunicador gijonés.
A todos los concursantes les tocaba mejorar su peor elaboración en el programa. No había que repetirla, sino que hacer algunos cambios para corregir errores e introducir, al menos, una innovación. Le costó a Iván la expulsión. Manos a la obra. «Muy malo tiene que ser para no mejorar eso. Si en la foto parece un salmorejo», comentaba Pepe a Jordi y Samantha al comienzo del cocinado. «Voy a hacer una versión de la firmeza. La base es que se tenga en pie», se cachondeaba un Juanma que, todo hay que decirlo, cocinó muy concentrado. Era el momento de resarcirse. «Hay que hacer algo que se parezca. Si la intento calcar, la vuelvo a pifiar», justificaba.
Espectacular el postre de @juanmacastano, un absoluto éxito de propuesta que ha conquistado a los jueces. ¡Felicidades! https://t.co/5KB3O2GWnE #MCCelebrity pic.twitter.com/5YsBBFigFr
— MasterChef (@MasterChef_es) November 9, 2021
No le salió mal la jugada. Apostó por una versión ‘mini’ de la tarta original, acompañada de un helado de praliné y espuma de café. «Se llama ‘Levántate y come‘», argumentó al jurado. Esta vez se sostenía y no se desparramaba por todo el plato. «La espuma se ha venido abajo, pero es en honor al plato original. Hay que saber de dónde venimos», bromeaba el periodista. Tenía pintaza, todo hay que decirlo. Los jueces hincaron la cuchara. Varias veces. El postre voló. «Este no lo vas a probar, Miki. El helado es goloso sin empalagar. Es uno de los mejores postres de la edición», sentenció Jordi Cruz. A Juanma se le hinchó el pecho. ¿Cómo lo celebró? Pues cantando a Víctor Manuel instado por sus compañeros. A dúo, con Verónica Forqué. «Canta muy bien, pero no lo quiere demostrar». Vaya caja de sorpresas está hecho el periodista.
Terremoto Forqué
El programa del lunes comenzó con una despedida, la de Arkano. El joven rapero se fue para casa en la primera prueba de eliminación, una especie de juego de la oca en la que tocaban a los concursantes ingredientes y elaboraciones de forma aleatoria. En juego, el delantal dorado de la inmunidad y una expulsión directa. Juanma salió bastante bien parado. Su plato fue el segundo mejor valorado por los exconcursantes invitados de la última edición. Elaboró un pichón con una crema de setas y un puré. «No quiero el delantal dorado para ‘Busta’. Me río mucho en las valoraciones, cuando se le cambia la cara y se pone tenso», se cachondeaba el periodista. La inmunidad se la llevó Verónica Forqué. Sí, seguramente más de uno tenga que leer esta última frase más de una vez. La caótica e incombustible actriz firmó un estupendo mar y montaña a pesar de ser un auténtico torbellino en la cocina. Sin metodología, con impulsos… Pero ahí está. Miki Nadal, por cierto, se reía de la buena posición de Juanma. «¿De qué te ríes?», le espetó el periodista. «Le he cogido cariño. Quiero una final con él. Y ganar yo. Eres un descubrimiento en la vida», le respondió Miki dándole un beso. «Tiene que estar pasando por un mal momento. Se le nota», analizaba Juanma.
En realidad, la verdadera tortura de la noche fue la prueba de exteriores. Ahí la Forqué es una especie de Gremlin. Es salir fuera de plató y mojarse hasta convertirse en un fenómeno insoportable. Esta vez en Cádiz le tocó ejercer de capitana para todos los concursantes para competir contra una selección de juniors de pasadas ediciones. Ganaron los chavales, cómo no. Es lo que tiene cuando a quien le toca coordinar lo que mejor se le da es boicotear. Lo hizo en todas las elaboraciones. Hizo llorar a Carmina por el arroz, desesperó a Belén al tirarle unas valiosas raspas, Juanma quería desvanecerse… «Yo también me vuelvo loco. Se me cambian los ojos y todo». El periodista y Bustamante la metieron en una canoa, Carmina le ató las manos…. Pero nada, acababa volviendo. Da algo de vergüenza ajena ver cómo cada semana los jueces consienten a ‘la Forqué’ algunos comportamientos con sus compañeros más que reprobables, todo hay que decirlo. Sobre todo, porque es una potencial crónica negra tener a la actriz cerca con todo tipo de objetos cortantes y punzantes alrededor. «Esto acarrea secuelas psicológicas vitalicias. Como quien vive un tsunami o un terremoto. Aquí gana el que se va. Es MasterChef extremo«, se desahogaba Juanma. No le queda nada por aguantar de Forqué. Pobrecito.