“La política municipal no es cambiar a una calle el nombre del rey emérito de España”
Juanma Castaño, periodista
(foto: Omar Pardo)
Gijón. Orbaya. Día típicamente asturiano en pleno verano. Juanma Castaño (Gijón, 1977) llega a la cita puntual. Pantalón corto, camiseta y un jersey atado a la cintura. No hay frío para el asturiano que emigró a Madrid hace dos décadas. “Este tiempo está bien. Un día sol, otro un poco de lluvia”, asegura con una sonrisa. Pese a dirigir un programa nocturno, no es de mucho dormir.
“Entre las 03:00 y las 09:30 más o menos”, aunque guarda un pequeño secreto. “Echo una siesta de media hora casi todos los días, eso sí que lo necesito”, reconoce. La pandemia también ha cambiado la forma de trabajo. “Este año haré bastantes programas desde Gijón. Es una buena señal”, reflexiona.
¿Uno se acostumbra a vivir deprisa?
No tengo la sensación de vivir más deprisa que el resto de la gente. Me considero igual que cualquier otra profesión.
Pues trabaja en la radio, en la tele y también le vemos presentando eventos. ¿La fórmula de la conciliación?
Tratas de repartir el tiempo. Hay días más llenos y otros menos. Es una forma de buscarnos la vida, común a todas las profesiones. Conciliar es relativamente fácil desde el momento en el que hay gente que te ayuda porque tienes la enorme fortuna de poder llegar a más sitios. Si hay un equipo en la tele y otro en la radio, me ayuda muchísimo cada día porque me permite moverme más holgadamente por terrenos que no conozco.
¿Se acaba el verano más raro de su vida?
Si, pero no solo de la mía. Al final esto nos ha cambiado a todos. Yo he tenido la enorme suerte de que contar con trabajo y salud.
¿Cómo ha vivido este tiempo de coronavirus?
He tratado de vivir sin miedo. No he evitado acudir a restaurantes u hoteles, pero ya no doy dos besos a nadie, saludo con el codo o el puño, trato de no estar en grupos grandes… No vivo con miedo porque si no sería absolutamente imposible. Se que caeré en algún momento y espero que sea lo mas inofensivo posible.
Estamos en septiembre, momento de inicio del curso escolar. Usted que tiene hijos ¿está preocupado?
Vamos a tener que acostumbrarnos hasta que llegue la vacuna. Va a ser una luz de alarma que tenemos ahí y que sabemos que se puede encender en cualquier momento. Mis dos hijos ya han empezado. Considero que el colegio ha tomado las medidas oportunas para que puedan ir, me parece fundamental. Estoy preocupado, consciente de que igual una semana se quedan sin colegio.
Este verano hemos leído algunas cosas interesantes en su cuenta de Twitter. Por ejemplo, le vimos ironizar con la alcaldesa de Gijón por el cambio de nombre en la Avenida Juan Carlos I cuando enumeraba otros problemas de la ciudad sin resolver…
Yo respeto mucho a todos lo que quieren quitar el nombre a la Avenida de Juan Carlos I ya, pero recuerdo que todavía esa persona no ha sido juzgada ni está probado que haya hecho nada ilícito. Si es así que se tomen todas las medidas oportunas, pero creo que la política municipal es otra cosa, es solucionar los problemas más inmediatos de los ciudadanos: tráfico, limpieza, seguridad, ayudas a los trabajadores…
Veo cosas en la ciudad que fallan y me gustaría que estuvieran por delante en la lista de prioridades antes que el cambio de una calle que lleva el nombre del rey emérito de España.
¿Y que es eso que le falta a Gijón?
Un poco de atención en algunas zonas ajardinadas y preocupación por zonas estratégicas; la iluminación de la Iglesia de San Pedro, el Puerto Deportivo, el Palacio de Revillagigedo… Jugar con la belleza que tenemos y explotarlo mucho mejor. Ahora no hay noche, pero hay que reforzar la seguridad que se había convertido en un auténtico problema, sobre todo, en la zona de Fomento.
¿Qué le parece la obra del Muro?
Yo no lo considero una obra. Eso es poner dos balizas y pintar. Me parece que una ciudad tiene que tender a peatonalizar sus zonas más transitadas porque es una forma de educar al ciudadano, pero el resultado final no me gusta. Creo que había otras alternativas, seguramente más caras, y se ha optado por una barata. Se nota desde lejos.
“En Asturias soy madrileño y en Madrid, asturiano. No me considera suyo ninguno. Leo algunas cosas en redes de los madrileños con un desprecio absoluto y me sienta muy mal”
Tema turístico. ¿Asturias ha tenido un llenazo o hay que ser realistas y pensar que esto se ha debido a como están otros puntos de España con menos establecimientos abiertos?
Las dos cosas. Mucha gente que nunca había ido a Asturias lo ha elegido y estoy convencido que muchos volverán. Cada uno tiene que aprovechar su oportunidad. Si a Asturias le ha llegado la suya con esta situación, igual hay que pensar en tirar de esa gente que ha probado Asturias y a lo mejor repite. También hay que tener en cuenta que llenar Asturias no es tan difícil. No tenemos plazas hoteleras a la altura de otras zonas como Andalucía, Levante, Baleares o Canarias. Me gustaría que fuéramos un poco prudentes a la hora de compararnos con esos sitios que son verdaderas potencias turísticas y que viven de ello en algunos casos.
Entonces lo dejamos en algo puntual…
Sin duda. Asturias no puede depender estratégicamente del turismo. Tiene que ser una parte más de su riqueza, pero somos conscientes de que, igual que este verano ha salido muy bueno, nos puede llegar uno con 40 días sin ver el sol. Somos una tierra con unas peculiaridades muy concretas y eso hace que el turismo no pueda ser la base fundamental de nuestra economía.
“No puedo entender que haya distinciones entre las comunidades que son gobernadas por un partido o por otro”
¿Cree que ha habido ‘madrileñofobia’?
Supongo que en algunos casos la habrá habido, pero yo desde luego no la he percibido ni he sentido nada en primera persona. A mí lo que me pasa es que en Asturias soy madrileño y en Madrid, asturiano. No me considera suyo ninguno. Luego lees algunas cosas en redes sociales de los madrileños con un desprecio absoluto y a mi me sienta muy mal. Madrid es la tierra que más y mejor acoge al resto de españoles y el hecho de que el coronavirus se haya cebado con la Comunidad de Madrid y encima lo paguemos de esa forma los que vivimos aquí, me parece absolutamente injusto.
Hubo cierta polémica, redes mediante, entre el presidente Barbón y el alcalde de Madrid. ¿Es provocar crispación donde no la hay?
Expresa el nerviosismo de la clase política ante lo que estamos viviendo porque no saben exactamente lo que esta ocurriendo ni saben qué medidas tomar y muchas veces meten la pata con algunas de sus declaraciones. No le daría más importancia. Pediría prudencia y solidaridad entre comunidades. Que no se señalen unos a otros ni saquen pecho por hacerlo mejor. Hay que ser solidarios y dejar atrás los colores y las siglas políticas. No puedo entender que haya distinciones entre las comunidades que son gobernadas por un partido o por otro. Aquí debemos estar todos a una.
¿Con qué desconecta de todo?
Con una buena mesa, una buena compañía y buen vino y, sobre todo, con mis hijos. Me enseñan a valorar otras cosas, tienen otros temas de conversación distintos al coronavirus y eso me da la vida.
¿En esas vías de escape entra también la bicicleta?
Me encanta, pero después del verano no me entra ni el maillot (risas). La bici es un deporte que te da sensación de libertad, de quemar calorías, de sufrir y luego disfrutar… Lo que me gusta es que te va recompensando cada día: cuantos mas kilómetros haces, mejor te sientes.
¿Cómo le dio por las dos ruedas?
Desde que iba al pueblo de mi padre en Zamora, Cabañas de Tera, me movía en bici. Siempre me gustó y ahora, donde esté, siempre tengo una bici.
“Una de las pocas buenas noticias que me ha dado esta pandemia es hacer ‘El Partidazo’ desde Gijón”
Menciona a sus padres ¿Qué es lo mejor que le han inculcado?
Un modelo de vida basado en la normalidad, no olvidar los orígenes, tratar de ir al pueblo al menos una vez al año, volver al barrio del que soy, estar en contacto con la gente que he estado siempre… Recordar que soy el hijo de un policía nacional y una reponedora de El Corte Inglés. Son los mejores padres que me podían tocar porque tuve la enorme fortuna de recibir una educación muy buena, me apoyaron en todo y siempre están ahí. Todavía hoy en día solo tengo que descolgar el teléfono para cualquier cosa que necesite y me ayudan. Eso es muchísimo. Mis padres no me han dado un problema en la vida y espero que yo a ellos tampoco.
¿El último consejo?
Que sea feliz. Mi madre me ha insistido mucho en eso y yo le hago mucho caso.
Una temporada más con ‘El Partidazo’ ¿tiene una sensación distinta por haber hecho programas desde Gijón?
Estábamos entrenados para hacer radio desde cualquier sitio y ahora hemos aprendido a reunirnos telemáticamente. Luego cada uno trabaja desde su casa y vamos a la radio un equipo de mínimos. No veo al equipo de ‘El Partidazo’ en conjunto desde hace tiempo. La posibilidad de hacerlo desde Gijón me da la vida. Parece que el día es más largo, como que tengo más tiempo para todo porque todo está más cerca, más a mano y luego encima tengo familia. Una de las pocas buenas noticias que me ha dado esta pandemia es hacer ‘El Partidazo’ desde Gijón.
Trabajar desde su casa ¿le ha transportado a sus orígenes?
Mis orígenes están en La Escalerona (sonríe). Cada vez que estoy en la playa, miro hacia Jovellanos I, entresuelo, ahí es donde veo mis inicios. Estar en Gijón me recuerda absolutamente a todo. Al final, esta temporada voy a hacer 20 años fuera de Gijón y me fui para tres meses. Es mucho tiempo, dentro de nada habré vivido más tiempo fuera de Asturias que en Asturias y además habrán sido años muy importantes de mi vida con lo cual todo lo que sea Gijón me recuerda a la primera parte de mi vida.
Cuando superó en el EGM a ‘El Larguero’ tuvo palabras para SER Gijón en sus agradecimientos ¿es de los que no olvida sus comienzos?
No tengo ninguna duda de dónde vengo y es que además es un recuerdo tan bueno que no lo voy a olvidar. Seguramente si lo hubiera pasado mal, hubiera sido algo traumático o no hubiera disfrutado, lo habría borrado de mi mente como otras muchas cosas. Solo recuerdo mi etapa en SER Gijón como una de las más felices de mi vida y encima muchos amigos que hice allí siguen siendo mis mejores amigos. Lo tiene todo, no para olvidarlo sino para añorarlo. Sigo yendo a Gijón y sigo pasando a visitar a los compañeros de la emisora.
“A lo mejor hoy en día consideramos polémico al que opina distinto a nosotros”
Confiese ahora que no nos lee nadie ¿Hay mejores vistas que las de SER Gijón?
Las habrá iguales pero mejores lo dudo. Eso es muy de Gijón, pensar que tenemos lo mejor: las mejores vistas, la mejor iglesia, la mejor playa… Tenemos una ciudad preciosa y el que no haga radio en SER Gijón no puede hacer radio en ningún sitio.
Tiene a su espalda 750.000 oyentes cada noche ¿pesa?
No porque en realidad no tengo la sensación de esta hablando para tanta gente. La radio es un estudio donde estás compartiendo micrófonos con cuatro o cinco personas, dos técnicos, un productor… Hablo con ellos y lo que veo es su reacción: si se ríen, si se enfadan, si se aburren y son mi referencia. Desde luego no tengo en cuenta que haya tantísima gente escuchando la radio. Lo tienes presente en otro tipo de cosas, pero no para que sirva como una losa o una responsabilidad.
¿Se has imaginado alguna vez culminando su carrera profesional en Gijón?
Todos los días. De hecho, muchas veces le digo a Pablo Palacios (director SER Gijón) cuando veo su despacho que un día se lo voy a quitar (risas). Evidentemente no se lo quitaré nunca porque es mucho más válido que yo, pero es algo que siempre está ahí. Acabar donde empezaste haciendo un programa local sobre el Sporting, imagínate… Claro que se me pasa por la cabeza.
Sería como cerrar el círculo.
Es un poco como dicen de los futbolistas que se van y luego quieren acabar donde empezaron. A mi me pasaría eso porque la radio local me encanta. Sigo escuchando mucha radio local y me gustaría hacerla.
Si le obligan a elegir entre la radio y la televisión se queda con…
Espero que no me obliguen pero si lo hicieran me quedaría con la radio porque es el medio en el que más longevidad puedo alcanzar. En la radio puedo dar más lo que yo soy que en la tele. Dicho esto, en la tele estoy muy feliz, disfruto y aprendo mucho.
¿Le ha pasado factura la profesión?
Todo lo contrario. La profesión me ha dado todo lo que tengo. No le pongo ni un pero. Muchas veces me planteo qué sería de mi vida si no fuera por la tele y la radio y no encuentro respuesta con lo cual no tengo nada que reprocharle ni en lo personal, ni en lo económico.
Levanta pasiones y críticas por igual. Se mojó en el tema de la selección, también ahora en el culebrón Messi ¿Qué les dice a los que le consideran polémico?
A lo mejor hoy en día consideramos polémico al que opina distinto a nosotros. Lo que tenemos que aprender todos es a respetar las opiniones con las que no estamos de acuerdo. En la radio mientras fundamentes lo que estás opinando y lo hagas con respeto… Es lo que hago y tengo la conciencia súper tranquila. No creo que haya opinado nada que haya atentado contra la integridad de nadie.
Un referente periodístico de Gijón…
De la promoción con la que empecé a trabajar en SER Gijón había gente que era absolutamente espectacular como Pachi Poncela, Paco Seijo, Guillermina Caso. Estos tres, por ejemplo, son un trio fantástico. Luego tengo que destacar a Toni Rodero, Alejandro Ortea, por supuesto, Manfredo (Álvarez)… Para mi eran y son unos profesionales absolutamente increíbles.
Continuación de esta entrevista: Juanma Castaño sobre el Sporting
Josu Alonso es colaborador de miGijón y periodista de Cadena SER Gijón
Josu bollu