
La literatura como punto de referencia para reflexionar sobre la evolución del rol de la mujer en la sociedad
Soy una mujer de letras, y en ellas busco abrigo cuando el mundo duele. Porque sí, hay días en los que el mundo duele; pero también hay otros para hacer que el mundo escueza. Escozor que recuerda que la herida está curando, pero no curada.
En esos días grises, rebusco entre los libros y dejo que las historias me encuentren. Voces que llaman desde el papel porque hay algo de ti en ellas.
Cuando Marcela me encontró, ambas caímos en el desconsuelo de sabernos en el mismo punto. Cuatrocientos años no bastan para según qué asuntos.
«Porfió desengañado, desesperó sin ser aborrecido: ¡mirad ahora si será razón que de su pena se me dé a mí la culpa!»
Cervantes. Don Quijote de la Primera parte. Capítulo XIV, 1605)
Marcela sí pudo alzar su voz para sacudirse las infamias de los maldicientes. La vida real es otra cosa. Fuera de las páginas de un libro, cuando los noes vienen acompañados de represalias, el miedo amordaza y las culpas (las que te echan y las que te impones) se agarran a la piel. Por eso es necesario crear espacios seguros en los que el abuso de poder no halle temores de los que alimentarse.
Marcelas del mundo: las limerencias ajenas no nos hacen responsables de nada. Los egos heridos tampoco.
La literatura está irremediablemente encadenada al momento y al lugar de quien escribe; por eso creo que es importante poder mirar atrás (sin revisionismos, con la crudeza de cada texto) y reflexionar sobre lo que la ficción cuenta de las mujeres para no dar nada por sentado: ni lo conseguido, ni lo pendiente.
¿Cómo es posible que una historia escrita hace cuatro siglos siga tan vigente? Hay mucho camino andado, ¡qué duda cabe!, mujeres valientes lo abrieron para nosotras. Pero mientras el no de una sola mujer sea castigado, mientras el miedo y el estigma amenacen, quedará mucho por recorrer. Y eso es cosa de todas, y de todos.
Hay días en los que el mundo duele, pero hoy toca hacer que el mundo escueza.
Juncal Herrero es periodista