Teresa Sánchez, presidenta de su Junta Local en Gijón, encabeza un equipo desplegado desde hace más de una década en el pabellón del Banco Sabadell, y cuya labor llama la atención de visitantes, celebridades y autoridades por centenares
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En su novela de 1993 ‘La sombra del águila’, una de sus primeras incursiones en el ámbito de la narrativa, el escritor cartagenero Arturo Pérez-Reverte utilizaba de excusa las Guerras Napoleónicas para reflexionar sobre la heterogeneidad del pueblo español y su tradicional propensión al conflicto, resumiéndolo con una frase celebrada, criticada e imitada a partes casi iguales: «España es un país en el que no hay dos personas que tomen el café de la misma manera«. Sin embargo, existen ciertas causas que, precisamente por no entender de condiciones, credos o ideologías, son capaces de aliar a enemigos aparentemente irreconciliables para que formen un frente común. La lucha contra el cáncer forma es un ejemplo. Y la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA) se ha erigido en prueba irrefutable de ello. Edición tras edición, día a día, el stand desplegado en el Recinto Ferial ‘Luis Adaro’ por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) atrae a un número creciente de personas interesadas, desde el más humilde ciudadano de a pie hasta celebridades deportivas y culturales, o representantes de las Administraciones públicas. Ante su mesa tapizada de verde, que desde hace más de una década guarda la entrada al pabellón del Banco Sabadell, las posiciones personales en cualquier otro campo quedan aparcadas. Sólo importa el afán por informarse, colaborar y, de ese modo, ayudar a prevenir un mal que, sólo en España, segó en 20223 433.163 vidas.
«Cada vez se acerca más gente; es algo que llevamos mucho tiempo percibiendo, y nos dice que estamos haciendo un buen trabajo«, analiza Teresa Sánchez Rodríguez. El pasado junio esta empresaria gijonesa asumió la presidencia de la Junta Local de la AECC en la ciudad, y desde que la FIDMA arrancó reparte sus días entre sus quehaceres profesionales, sus responsabilidades en dicho cargo y la labor de campo, al frente de un equipo de cinco voluntarias que es «el mejor que podría desear». Su labor más frecuente consiste en facilitar información de la labor que la Asociación realiza a aquellos que lo ignoran. «Muchos se sorprenden de todo en lo que ayudamos, sin que sea necesario colaborar económicamente; tenemos servicios de atención psicológica y social, orientación sanitaria, resolución de dudas, talleres y charlas… Y estamos retomando el programa de acompañamiento a los pacientes en los hospitales, aunque eso es algo para lo que necesitamos más voluntarios», detalla. En un segundo estrato, la AECC brinda la posibilidad de hacer aportaciones económicas a su causa, bien en metálico, por medio de sus conocidas huchas de cuestación, bien adquiriendo algunos de los productos que venden, y que incluyen llaveros, gorras, abanicos… Y, como dicta la tradición, boletos para la Lotería de Navidad de los números 50.905 y 57.052.
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Que su presencia en la FIDMA gana peso lo demuestra no sólo la cada vez mayor atención que su stand recibe; también lo ecléctico de los perfiles de quienes se detienen a hablar con sus voluntarios y, en ocasiones, de la trascendencia de sus cargos. «Es difícil hacer una segmentación por edades, porque nos viene un poco de todo, pero sí estamos notando que se acercan muchos más jóvenes que antes, y también hombres preocupados por los cánceres de colon y de próstata«, apunta Sánchez. A ese sexo pertenecen algunas de las figuras públicas que han prestado atención a su cruzada en la Feria, llegando al punto de colaborar activamente con ella; entre ellas, el presidente del Principado, Adrián Barbón, y el concejal de Vox en Madrid Javier Ortega-Smith. Ahora bien, las mujeres siguen siendo el colectivo predominante; la propia alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, «pasó por aquí; fue encantadora con nosotros, y animó a los que la acompañaban a que nos apoyasen». Fuera de la escena política, los responsables del Real Sporting, la plantilla del Gijón Basket o la boxeadora olímpica Laura Fuertes han reservado tiempo en esta Feria para hacer patente su interés.
Eso, en cuanto a personas de renombre, pero son sólo gotas de agua en el mar. La inmensa mayoría de interesados la conforman vecinos y visitantes anónimos, ávidos de información, deseosos de aportar su grano de arena, con enfermos o fallecidos por cáncer en sus respectivos entornos, diagnosticados ellos mismo de ello o inquietos ante la posibilidad de llegar a padecerlo. A todos ellos les pide Sánchez algo aparentemente simple, pero inmensamente valiosos: «que colaboren, que se hagan voluntarios porque, aunque se repita mucho, esta enfermedad le puede tocar a cualquiera». La suya es una llamada colectiva destinada a reforzar una labor ya de por sí potente. «En Gijón, después de la Cocina Económica, somos la entidad solidaria que más apoyo recibe«, afirma con orgullo. Ese balance, sin embargo, no la hace complaciente. «Nunca es suficiente. Y este problema es cosa de todos«.