Asimismo, ha indicado que el Principado ha aportado más de 26 millones de euros para financiar el SAD, lo que cree que sienta las bases para una buena negociación del convenio colectivo y llegar a un acuerdo
Melania Álvarez, consejera de Derechos Sociales y Bienestar del Principado de Asturias, ha afirmado en la FIDMA (Feria Internacional de Muestras de Asturias, respecto a la huelga iniciada por las profesionales del SAD (Servicio de Ayuda a Domicilio), que hablarán con el Gobierno de España para avanzar en la mejora de las condiciones de trabajo, en aquellos casos en los que el Principado no tenga competencias.
Así lo ha señalado en unas declaraciones previas a su participación en la mesa redonda ‘Nuevos retos de la economía del cuidado‘, en el Pabellón de Asturias, en la que han participado también Antonio Corripio, presidente de ADESSPA (Asociación de Empresas Socio-Sanitarias del Principado de Asturias); Jacobo Blanco, sociólogo; Leo Díaz, representante de ASCEGE (Asociación de Centros Geriátricos de Asturias); Fernando Fernández Kelly, fundador de Azvase; y Ana Suárez, directora gerente del organismo autónomo ERA (Establecimientos Residenciales de Ancianos).
La consejera también ha recalcado que el Principado ha aportado más de 26 millones de euros para financiar este servicio, lo que cree que sienta las bases para una buena negociación del convenio colectivo y llegar a un acuerdo. En esta línea, ha mostrado su deseo de que impere la «responsabilidad» por ambas partes y ha expresado su «total apoyo«.
Asimismo, ha recordado que desde el gobierno asturiano se han destinado más de 250 millones de euros a la dependencia, más del 50 % del presupuesto de la Consejería y que desde 2019 se ha atendido a 7.300 personas más, con un crecimiento anual del 4 %. De cara al año 2030, ha asegurado que serán necesarios más de 12.000 nuevos profesionales para atender a la población asturiana en el futuro, por lo que este sector tiene «mucho potencial» de desarrollo.
Durante la mesa redonda, el sociólogo Jacobo Blanco ha citado una serie de recomendaciones para mejorar la ayuda a domicilio, en base a un estudio realizado hace un año y medio: racionalizar el sistema de prestaciones para cuidados de larga duración y evolucionar progresivamente hacia un modelo domiciliario, que implicará a la familia en los cuidados y mayor financiación, puesto que las personas cada vez demandan más ser atendidas en sus casas o en lugares que sean parecidos a un domicilio. En esta línea, ha explicado que las personas demandan residencias con modelos más hogareños, habitaciones individuales o modelos como el cohousing.
El sector rural también es otra preocupación, para el que se demandan núcleos de pequeñas casas, dado que en estas zonas existe mucha ayuda y cuidados entre vecinos, mejorar la accesibilidad de las casas rurales y programas complementarios.
En líneas generales, se demanda la profesionalización del sector y formación específica para el cuidado de personas mayores, así como una formación quizá no tan específica ni completa para las personas que cuidan a sus familiares. Según este estudio, el 22 % de las personas de entre 55 y 75 años cuidan de un mayor, aumenta el porcentaje al 30 % en las personas de entre 66 y 70 años. «Prácticamente todo el mundo cuida o ha cuidado a alguien», afirma Jacobo Blanco.
Antonio Corripio, por su parte, ha reivindicado la creación de una historial social única electrónica, en la que se refleje una visión global de la persona, que sea un historial médico y de su entorno social, para fortalecer redes de apoyo, «por si una persona, por ejemplo, cuando sale del hospital todavía no se encuentra bien y tiene que hacer la compra».
También ha indicado que mejoraría la prestación de servicios y los diagnósticos médicos, que sea una atención basada en la persona y que un médico sepa el día a día de la persona, «si un día no ha dormido o qué día se ha puesto enfermo, porque el médico solo sabe la situación de la persona en ese momento y así la atención y el diagnóstico sería mucho mejor».