Miles de personas, convocadas por más de un centenar de organizaciones, incluidas varias de Asturias, marcharon desde Atocha para exigir al Gobierno que revierta la autorización de caza indiscriminada de ejemplares en la franja norte
Como la de David contra Goliat, la lucha del lobo ibérico contra las Administraciones asturiana, cántabra, gallega y riojana, las mismas que han autorizado su caza en el norte peninsular para aplacar la ira de los ganaderos, parecería abocada a la derrota aplastante del primero de ambos oponentes… De no ser porque el animal en cuestión no está, ni mucho menos, solo. Y así quedó demostrado en la mañana de ayer domingo, en Madrid. Respondiendo a la llamada hecha por más de un centenar de organizaciones, incluidas varias radicadas en Asturias, miles de personas tomaron el centro de la capital española y marcharon desde Atocha para exigir que se reactive y potencie la protección de que gozaba el lobo hasta su expulsión del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE), ocurrida hace pocos meses. Sería la única forma, a juicio de los participantes, de cumplir con los dictados de la Directiva Hábitats, emitida por la Unión Europea.
La comitiva partió a las 12.30 horas, y recorrió sin incidentes el centro de la ciudad. Bajo un manto de pancartas y carteles, los asistentes reclamaron que el cánido en cuestión es, en último término, «patrimonio de toda la sociedad, una pieza fundamental de los ecosistemas en un estado muy frágil; por tanto, merece toda la protección». En ese contexto, una de las fuerzas que más presión ejerció fue el recién nacido Fondo para la Protección del Lobo Ibérico, cuyos organizadores concibieron su presencia como el culmen de las acciones reivindicativas que llevan ejecutando desde su fundación, ocurrida el 21 de abril. En estos meses, han acometido actividades de concienciación en dieciocho localidades de España y Portugal, llegando a llamar la atención de más de 2.000 personas. De hecho, fue el propio Fondo el que subvencionó los autobuses que partieron desde Asturias y Cantabria, además de contribuir a la movilización de simpatizantes de Galicia y Valladolid.
No obstante, y con independencia del músculo exhibido ayer en Madrid, el principal campo de batalla de esta cruzada se encuentra en los tribunales. Allí, las organizaciones convocantes han presentado varios recursos contra algunas de las acciones ocurridas recientemente, como las necropsias a lobas recién paridas, o los métodos de caza empleados. Por lo que respecta a estos últimos, especialmente sangrante resulta que, en algunas de las regiones del norte peninsular, se haya autorizad a los cazadores a emplear miras de visión térmicas, silenciadores, cebos y otras herramientas que, afirman en el Fondo y en otros colectivos, «aparte de indecentes, están terminantemente prohibidos» por la legislación vigente.