El Acuario de Gijón superará pronto los 200.000 visitantes al año
Trabaja ahora por ser un referente de bienestar animar, subirse a la economía azul y atraer turismo para la ciudad durante todo el año
En realidad, un domingo cualquiera no tiene por qué ser un domingo cualquiera. Puede ser, por ejemplo, una mañana en un centro oceanográfico.
Un goteo continuo de personas, principalmente parejas con uno o varios hijos, cruza pausadamente la extensa superficie de Poniente hacia la entrada del Acuario de Gijón. Son apenas las once y media de la mañana. Dentro de una hora, la cola para entrar al recurso turístico más contemporáneo, familiar e idiosincrásico de la ciudad, por su mirada al mar, llegará casi hasta la playa.
Además de ser el principal equipamiento turístico náutico de Asturias, el centro gijonés también es más popular de lo que pudiera parecer, debido al perfil bajo mantenido a lo largo de la última década. A nivel cuantitativo, el Acuario supera con bastante holgura la prueba del algodón turístico: las visitas.
En 2019, el mejor año de la historia para el turismo en Gijón, el municipio registró 1.599.050 turistas. El Acuario, con 158.465 visitas al año, se mantiene en ese ranking como el segundo equipamiento más visitado de la ciudad, solo por detrás de la Universidad Laboral, con 282.580 visitas al año; y por delante del Muséu del Pueblu d’Asturies (117.300), el Jardín Botánico (110.057), el Museo de las Termas Romanas (54.898 visitas) o el Parque Arqueológico de la Campa de Torres (47.130).
De otro lado, considerando que el precio de las entradas del Acuario es significativamente mayor (15 euros para adultos no empadronados, frente a los 5,50 euros de la entrada conjunta para La Laboral y el Jardín Botánico, por ejemplo), sus números tienen un valor añadido. Alejandro Beneit Sierra, director del Acuario de Gijón desde 2018, cuando la empresa Rain Forest asumió la gestión del centro tras la renovación de la concesión, a cargo de Aquagestión desde 2010, explica a miGijón algunos intangibles tras las cifras.
«El precio de la entrada no es un mérito, pero creo que la comparativa se queda corta, porque una familia puede gastar en el Acuario unos 40 euros de media, una cantidad que es menor en otros lugares, por eso pienso que es un gran generador de recursos y visitantes. Creo que, como polo de atracción, es el más importante de la ciudad», señala el director del centro.
El 29,7% de las personas que planean visitar Gijón tienen la intención de visitar el Acuario, según el informe del consistorio sobre el estado del turismo en 2019, por detrás de la Universidad Laboral (30,5%) y el Jardín Botánico (30,4%), en cuyo caso no se cumplen las expectativas. En el Acuario, sí existe retorno.
Un revulsivo con un plazo de 15 años
La espera de los visitantes en la explanada de Poniente es una consecuencia de los protocolos de protección anticovid aplicados por la dirección del centro, que además de la limitación del aforo han implicado un cambio en el sentido del recorrido de las visitas, pero también es el resultado del impulso de la nueva etapa, con el revulsivo de la nueva gestión.
Pese a la ralentización de las reformas debido a la pandemia, en tres años, la mitad en pandemia, Rain Forest ha dado un golpe de timón en la concepción del Acuario, con una hoja de ruta cuya meta es el relanzamiento del centro con una filosofía basada en el bienestar animal, la educación y la economía azul, en el marco de las principales tendencias de la estrategia europea de desarrollo sostenible.
Hoy, tras los claroscuros de las anteriores gestiones, el centro oceanográfico, en la actualidad bajo la denominación comercial Bioparc Acuario de Gijón, transita hacia un renacimiento estratégico, con la reconversión económica pendiente del oeste de la ciudad en el tablero y la oportunidad de financiación de Bruselas en juego.
A continuación, presentamos cinco claves sobre el papel del Acuario en la edad azul de Poniente en ciernes.
- SUPERAR LA BARRERA DE LOS 200.000 VISITANTES
Fue uno de los objetivos marcados al estrenar la concesión. En las circunstancias actuales, una vez superadas las restricciones de la pandemia, debería ser una meta fácilmente alcanzable, a juicio de la empresa.
En enero y febrero de 2020, únicos meses sin restricciones en el pasado ejercicio, el número de visitantes del Acuario creció un 9% y un 21% respecto a los mismos meses de 2019, cuando registró 158.465 visitas. En los primeros meses de 2021, el número ha continuado creciendo. «Íbamos muy bien. Nosotros hemos tomado muchas decisiones. Creemos que el Acuario está mucho mejor que antes tanto para los trabajadores como para los visitantes. Pienso que 200.000 visitas se deberían alcanzar con cierta facilidad en situaciones normales”, apunta el director del Acuario.
Sobre el precio de las entradas, Beneit piensa que es un precio “bastante comedido”, considerando los recursos necesarios para mantener las instalaciones. «La mayoría de los acuarios están por encima. Con tarjeta ciudadana, cuesta 7 euros, por ejemplo. En los zoológicos y acuarios el precio es más alto por el nivel de cuidados que hay detrás. No se ve normalmente, pero durante la pandemia, en situación de ERTE y con la actividad limitada, siempre ha habido 19 personas a jornada completa. Eso es lo mínimo para mantenerlo, hay personas 24 horas en las instalaciones”.
Actualmente, la compañía también gestiona los bioparcs de Valencia y Fuengirola. Tras el relevo en la concesión, la plantilla de Gijón ha aumentado de 32 a 47 personas. Por otra parte, la compañía ha elevado el canon anual por la explotación de las instalaciones de los 5.000 euros mínimos exigidos en la licitación hasta 119.000 euros, además de una partida de 16.000 euros para fines sociales. Rain Forest cuenta, en ese sentido, con la Fundación Bioparc, con 20 proyectos en marcha. En Asturias, colaboran con la Sociedad de Pescadores Las Mestas del Narcea en una iniciativa de pesca sin muerte.
- CONSTRUIR UNO DE LOS MAYORES OCEANARIOS DE EUROPA
Por primera vez desde su puesta en marcha, existe sobre la mesa un proyecto de ampliación para convertir el Acuario en el emblema turístico del Gijón contemporáneo, con un mayor alcance nacional e internacional. Para logarlo, la firma dispone de un plazo de 15 años, la duración del contrato, prorrogable otros cinco.
Entre los compromisos asumidos en la concesión, se hallaba la ejecución de un plan de inversiones a cinco años de 2,5 millones de euros. Desde 2018, la empresa ha invertido 440.903 euros para solventar deficiencias y reformar los espacios de la tienda y el vestíbulo. Además, ha integrado un nuevo e innovador restaurante con una inversión de 220.000 euros: el Kraken, capitaneado por Lara Rodríguez, una de las mejores cocineras jóvenes de Europa, premiada en 2020 como la mejor chef de España por la Worldchefs Association, una entidad internacional con sede en varios países.
Entre las reformas pendientes, la más significativa es la construcción de un pingüinario de 2.000 metros cuadrados y 8 metros de profundidad en la dársena contigua. Sin embargo, en 2021 Rain Forest ha redimensionado su apuesta, presentando al Ayuntamiento de Gijón (y al Principado) una inversión de 20 millones de euros para construir un nuevo oceanario y remodelar las fachadas exteriores del Acuario, entre otras reformas.
“Siendo pequeñito, es un acuario muy bueno técnicamente, pero tenía muchas carencias, sobre todo en mantenimiento. Lo hemos ido arreglando, y una vez que hemos empezado a conocerlo hemos visto un gran potencial. No hay muchos acuarios así: existe la oportunidad de desarrollar un proyecto único en Europa, por eso la intervención en la dársena para crear un pingüinario ha evolucionado hacia la idea de un gran oceanario, de más de cuatro millones de litros, cinco veces mayor que el actual”, señala Alejandro Beneit Sierra.
La propuesta, según ha trascendido, cuenta con el auspicio institucional, tanto del Principado como del consistorio. El conjunto de las actuaciones supondría la ampliación del Acuario en siete u ocho veces el tamaño de las instalaciones actuales. Hoy por hoy, los terrenos están pendientes de una resolución judicial donde tienen diversos intereses entidades como la Autoridad Portuaria de Gijón y la sociedad Pimar (Pequeños y Medianos Astilleros en Reconversión).
- EL TREN DE LA ECONOMÍA AZUL SOLO PASA UNA VEZ
En los últimos años, la Unión Europea ha realizado un gran esfuerzo comunicativo para situar la llamada blue economy en el centro del tablero para el desarrollo económico del continente en los próximos años. Se trata de un sector que incluye campos tan diversos como la biotecnología, el turismo regenerativo o las energías renovables, en el marco de los objetivos de la Agenda 2030.
En Gijón, es un tema bien conocido, especialmente en el oeste: los antiguos terrenos de Naval Gijón son objeto desde hace años de diversas propuestas para crear de vivero de empresas orientado a la economía azul.
En este campo, España ha hecho los deberes. Actualmente, es líder europeo en economía azul, con un volumen de negocio superior a los 32.000 millones, el 15% de toda la UE) y emplea a casi 945.000 personas (el 19% de todo el empleo de la economía azul en Europa). El proyecto de ampliación del Acuario debe entenderse en este contexto, por eso la nueva ola de Fondos Europeos es una oportunidad única para captar la financiación necesaria para diseñar e impulsar el Gijón de las próximas décadas.
Actualmente, el Acuario desarrolla proyectos específicos de blue economy en colaboración con Gijón Impulsa. En ese sentido, el proyecto de redimensión, además de plantear uno de los mayores oceanarios de Europa, propone la construcción de un centro de interpretación y desarrollo sobre el mar y otro edificio para la recuperación marina. “No solo se trata de la exposición de especies, también de las vertientes de investigación y conservación. Si conseguimos crear este proyecto, lograremos el reto de ser un motor de la ciudad, además de la gran cantidad de trabajo y talento que se va a generar. Tenemos una oportunidad muy grande”, señala el director del Acuario.
- (VOLVER A) MIRAR AL MAR DESDE PONIENTE
Tras el fin del desarrollismo, el ocaso industrial y la reconversión de Poniente en los 90, el oeste de Gijón aguarda la hora de su eclosión, cuando se produzca el desbloqueo de los terrenos de la fachada occidental, desde Naval Gijón al Monte Coroña. El Acuario también forma parte de esa ecuación. Actualmente, el suelo donde se llevaría a cabo la ampliación está pendiente de resoluciones judiciales, pero el proyecto cuenta con la bendición de las administraciones, y encaja como un guante en el modelo de ciudad definido en los últimos años, mirando al mar y, además, sacándole provecho.
Las instalaciones actuales tienen 15 años de vida. Con origen en 2006, fue concebido en el mandato de la alcaldesa Paz Fernández Felgueroso como la joya de la corona de la actuación de Poniente, una reforma culminada en 1995 con la transformación de la zona industrial de El Natahoyo y el antiguo pedrero en una playa artificial rodeada de un gran espacio abierto para uso peatonal, residencial y recreativo.
Tan abierto, que a menudo el Acuario parece demasiado lejos, anclado en la fachada oeste, un lugar, por otra parte, simbólico, puesto que marca la frontera entre el pasado industrial de la ciudad, con los terrenos de Naval Gijón a su espalda, y la visión cosmopolita, residencial y turística que representa el plan urbanístico de Poniente. “La zona de Poniente, que debería estar mirando al mar, ahora no lo está. Tenemos una explanada que nos aleja del Cantábrico. En el desarrollo de este proyecto de ciudad, creemos que el Acuario puede ser un motor importante para Gijón”, señala Alejandro Beneit Sierra.
- LA LÍNEA ROJA DEL BIENESTAR ANIMAL
Una de las primeras decisiones de la nueva gestión fue la cancelación del pingüinario, una de los contenidos estrella de la etapa anterior, al considerar que los ejemplares no se encontraban en un espacio adecuado. Actualmente, los antiguos pingüinos de Gijón están en un centro oceanográfico de Alemania.
Por la misma razón, Rai Forest decidió no reintroducir la nutria en el complejo cuando el ejemplar existente falleció por causas naturales. Y en el pedrero del Acuario, una zona donde existen pequeñas charcas para la observación de especies, la empresa ha restringido la posibilidad de tocar a los animales.
“A nivel de marketing, los pingüinos son una especie que atrae mucho, pero hay una línea roja, y es que los animales estén bien. Preferimos no tenerlos a tenerlos mal, por eso los que estaban mal los hemos ido sacando”, apunta el director del centro.
Actualmente, conviven unos 4.000 ejemplares de 300 especies. Las estrellas del momento son los tiburones toro (una hembra y una macho; Elisa y Currín) y la tortuga boba, aunque existen numerosos ejemplares singulares y también muy queridos, como Dori, el pez payaso de la película de Pixar. El actual oceanario cuenta con dos millones de litros de agua. La zona dedicada al ecosistema del río asturiano, una de las áreas más atractivas, tiene vistas desde lo alto del restaurante Kraken, al estilo Parque Jurásico.
- TURISMO FAMILIAR, PERO TODO EL AÑO
Según el informe del ayuntamiento sobre el estado del turismo en Gijón en 2019, el Acuario es el centro más visitado por los turistas del segmento náutico y los pertenecientes al segmento familiar, mientras que los viajeros por negocios o reuniones son los que menos visitan la instalación.
“Es una ciudad que se asoma al mar y nosotros somos uno de los emplazamientos preferidos del ocio familiar. Cuando los turistas vienen a Gijón o Asturias somos un destino casi obligado. Además, intentamos construir una comunidad con la ciudad, y el Acuario está perfectamente integrado en los circuitos turísticos locales y regionales, por ejemplo con entradas combinadas”, apunta Mariana Balboa, directora de marketing del Acuario.
Para reforzar su base social, en 2020 el Acuario regaló un pase anual ilimitado a todos los niños y niñas de Gijón. En 2021, el centro ha extendido la promoción a todo el público infantil de la región, integrando a los colegios asturianos en la organización de acciones y excursiones al centro oceanográfico.“Nuestra parte es divulgación es fundamental. Tenemos la capacidad de llegar a miles de niños que pasan por el acuario, y eso muy pocas instituciones lo tienen. Estamos seguros de que es un gran acuario, pero nos proponemos una mayor escala. Está en una zona que a nivel de turismo tiene mucho potencial y margen de mejora. En verano hay mucha gente en todos los destinos, pero nuestro objetivo es desestacionalizar la demanda, haciendo que los turistas, sobre todo los nacionales, vengan aquí fuera del periodo estival”.
Comentarios 1