De “no saber hacer ni croquetas” a convertirse en referente de innovación: la historia de Sergio Prieto y su restaurante La Excusa Perfecta demuestra que en Gijón la tecnología también se come

A Sergio Prieto le dijeron una vez que “no sabía hacer ni croquetas”. Hoy, su restaurante La Excusa Perfecta no solo es un éxito en Gijón, sino que ha sido reconocido con el Premio Trayectoria Innovadora Visita Gijón/Xixón Profesional 2025 y puede presumir de ser el restaurante más digitalizado de la ciudad. “Todo empezó conmigo, con trabajos mal pagados y un último en el que me dijeron que no sabía hacer ni croquetas”, cuenta Prieto, recordando esa otra parte de la hostelería, “la mala, la que busca cualquier excusa para echarte”. Lejos de desanimarse, decidió montar su propio restaurante y convertirlo en un laboratorio gastronómico y digital. En casi cinco años, su equipo ha creado alrededor de 2.000 platos distintos, siempre buscando sorprender al cliente y optimizar los procesos.
Pero no se queda solo en la cocina: La Excusa Perfecta ha incorporado herramientas digitales para cada paso del negocio. Desde la reserva online, sincronizada con otros restaurantes, -de tal manera que pueden comprobar si un mismo cliente ha reservado en varios locales para la misma cita-, hasta una carta en vídeo que permite al cliente ver los platos en acción antes de pedirlos, cada innovación busca hacer la experiencia más completa y cómoda. “Ves un vídeo de cinco segundos y ves cómo es el plato. Porque mucha gente te lee lo que haces, pero no te lo entiende. Mejor una imagen o un vídeo que una palabra”.

La integración de la inteligencia artificial ha sido la joya de la corona. Prieto desarrolló durante casi un año un sistema que aprende las recetas, métodos de cocinado, especias y preferencias de su cocina, y que incluso se conecta con las básculas inteligentes en las neveras. Así, la IA puede avisar cuándo hay que pedir ingredientes, planificar la producción diaria y hasta asignar platos a los cocineros, optimizando tiempos y recursos. “Esto me permite dedicarme a lo realmente importante: cocinar, cuidar a los clientes y formar al equipo”, explica Prieto.
El restaurante no solo ha transformado la experiencia del cliente, sino también la vida laboral de su equipo. Con horarios equilibrados, sueldos competitivos y un sistema de gestión digital de tareas y vacaciones, la plantilla puede centrarse en ejecutar platos de calidad y aprender nuevas técnicas. Sin embargo, la falta de personal sigue siendo un reto: “Este verano tuve pérdidas de unos 25.000 euros porque no encontraba una persona ni para fregar platos”, se sincera.
El reconocimiento con el Premio Trayectoria Innovadora es, para Prieto, una confirmación de que el riesgo y la constancia dan frutos. “Cuando nos entregaron el premio, profesionales de otros restaurantes vinieron a pedirme consejo sobre cómo aplicamos la tecnología. Fue un momento muy bonito para mí”, afirma orgulloso. Y no se detiene ahí: este enero cerrará el restaurante durante tres semanas para una reforma integral, prometiendo una nueva estética y una nueva apuesta por la digitalización del local que mantenga a La Excusa Perfecta a la vanguardia de la hostelería gijonesa.