El exministro socialista niega que favoreciese la contratación por LogiRAIL de la modelo, limita su relación a un contacto cara a cara en Gijón y a conversaciones telemáticas, y afirma que los audios que le implican en la trama podrían estar amañados

El tercer gran momento judicial del ‘caso Koldo‘ ha llegado. José Luis Ábalos, quien fuese ministro de Transportes de 2018 a 2021, ha vuelto a sentarse este lunes ante el Tribunal Supremo, aportando su declaración como investigado por los presuntos delitos de pertenencia a organización criminal y cohecho en el marco de una trama que, con el reciente descubrimiento de la implicación del exsecretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, ha hecho temblar los cimientos del Gobierno de España. Y, en esta primera jornada ante el máximo órgano jurídico de la nación, el papel en dicho entramado de Claudia Montes, Miss Asturias +30 en 2017, ha jugado un papel clave. Ábalos ha negado de todo punto que influyese en la contratación de la misma por parte de la empresa pública LogiRAIL, y ha reducido el carácter de su relación a un contacto cara a cara en un acto celebrado en Gijón, y a algunas conversaciones posteriores, sostenidas siempre a través de distintas redes sociales.
Tales revelaciones llegaban después de que el exministro afirmase no reconocer su voz en las grabaciones aportadas a la causa por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, y que recogen supuestas conversaciones entre Ábalos y el que fuese su asesor, Koldo García, tercer gran pilar de la trama junto con Cerdán. Tales coloquios confirmarían la asignación de ciertos contratos de obra pública, algunos de ellos ubicados en Asturias, a cambio de cuantiosas comisiones. No obstante, para el antaño titular de Transportes todo cuando en esos audios atañe a su persona es falso, y podría ser fruto de una manipulación. Sea como sea, sí ha sido tajante al calificar su participación en esas conversaciones de «imposible»; también ha negado la existencia de irregularidades en las adjudicaciones investigadas, y ha descartado haber cobrado cualquier clase de comisión.
La acusación popular reclama el ingreso en prisión provisional
No obstante, y al margen de tales declaraciones generales, y de lo concerniente a Montes, Ábalos también ha sido interrogado por el rescate de la aerolínea Air Europa, y por la nota de prensa adaptada a los intereses de los implicados en la trama que, presuntamente, se habría filtrado desde su Ministerio hasta las manos del empresario y ‘conseguidor’ de la trama, Víctor de Aldama. De nuevo, Ábalos se ha desmarcado de ese asunto, negando que diese instrucciones ni para que la cita nota de prensa fuese escrita, ni para que se le remitiese a De Aldama. Finalmente, y al hilo del escándalo en torno a Claudia Montes, el exministro tampoco ha admitido haber sido partícipe de la colocación de personal en ADIF o en la Dirección General de Carreteras, pese a que, efectivamente, varias personas le contactaron para pedir que influyese en su acceso a determinados puestos.
Ni qué decir tiene que el testimonio de Ábalos, similar a los aportados en diciembre del año pasado, cuando compareció voluntariamente, y este febrero, ya como investigado, no ha sido acogido de buen grado ni por el Ministerio Fiscal, ni por la acusación popular, liderada por el PP. Tanto es así que, en el caso de la primera de esas dos partes, ha reclamado mantener las medidas vigentes sobre Ábalos, que incluyen prohibición de salida del país, retirada de pasaporte y comparecencia periódica en sede judicial. Aún más dura ha sido la acusación popular, que ha llegado a reclamar prisión provisional. A la espera de que el magistrado instructor, Leopoldo Puente, resuelva esa cuestión, Anticorrupción ha confirmado que las palabras del exministro revelan «cero colaboración», e invalidan la posibilidad de un alivio de la pena al final del procedimiento.