El colectivo afea a la SAREB su desinterés por el bienestar de las familias, y recuerda a las Administraciones que su deber «es defender a estos vecinos por encima de todo, y hacer prevalecer el derecho a continuar en su vivienda»

La guerra contra los modos y maneras de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (SAREB) ha llegado a Gijón. Y lo ha hecho con virulencia, de justicia es decirlo. Tal como ya es sabido por toda la ciudad, en Contrueces, concretamente en el número tres de la calle Río Piloña, propiedad del llamado ‘blanco malo’, dieciséis familias se han coaligado entre sí y con el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Asturias para autoproclamarse ‘bloque en lucha’ y plantar cara a la Sociedad, con el objetivo de frenar la amenaza de desahucio que pesa sobre ellas. Ni qué decir tiene que, a la espera del resultado de la reunión que el Principado sostendrá con la SAREB este viernes, por todas partes, tanto dentro como fuera de la urbe, están lloviendo las muestras de apoyo a los afectados. Y entre ellas se cuenta la de la Federación de Asociaciones de Gijón (FAV), que ayer, en respuesta al reportaje sobre el caso publicado por miGijón, recurría a sus redes sociales para exigir un mayor compromiso por parte de las Administraciones en la cruzada para evitar que esas decenas de personas terminen en la calle.
«Estas son las cosas que suelen ocurrir cuando pones al zorro a cuidar de las gallinas«, reflexionan desde la FAV, una referencia velada a los de sobra conocidos intereses de la SAREB. Nacida en 2012 al calor de la crisis del ‘ladrillo’, la Sociedad vio la luz después de que las entidades bancarias Bankia, Abanca, Banco de Valencia y Catalunya Bank se uniesen para tomar el control de aquellos activos tóxicos que quedaron atrás con el estallido de la burbuja inmobiliaria. Un polémico conglomerado sobre el que, ahora, pesa la obligación, mandato judicial mediante, de liquidar esos activos, razón por la que, opinan los habitantes de Río Piloña, y secunda la FAV, no existe una voluntad de habilitar las viviendas como de uso social, dando pie a nuevos contratos de alquiler negociados colectivamente. Algo que, a juicio de la plataforma vecinal, no hace sino confirmar que «el ‘banco malo’ está haciendo de malo; del más malo de todos los malos, de hecho«. Es la prueba definitiva de que en la SAREB «les importa absolutamente nada que haya familias habitando el edifico, y que ninguna culpa tengan en la situación derivada«.
Hasta ahí, la parte de desahogo, pero en la FAV van más allá, y exigen tanto al Gobierno del Principado, como al Ayuntamiento de Gijón, más y mejor implicación para parar lo que ya se percibe masivamente como una posible injusticia. Para la plataforma, ambas Administraciones «deben defender a estos vecinos por encima de todo, y hacer prevalecer el derecho a continuar en su vivienda, sean inquilinos o propietarios«. Sobre ese último punto, conviene refrescar que este martes el consejero de Ordenación, Urbanismo, Vivienda y Derechos Ciudadanos, Ovidio Zapico, llamó a la calma, asegurando que la propia SAREB ha prometido que no contempla desahucios, por ahora. Sin embargo, esa promesa choca con el contenido de cierto suplicatorio de lanzamiento enviado al Juzgado de Primera Instancia Número Once de Gijón el 31 de enero, reclamando la definición de una fecha de lanzamiento con presencia, si fuese necesario, de las fuerzas y cuerpos de seguridad pertinentes. Ante ese panorama, voces en el seno de la FAV han mostrado su indignación a miGijón, recordando que «a la banca se le dieron miles de millones de euros para evitar su quiebra, y una de las cosas que se nos ocurrió fue también crear el ‘banco malo’; no han devuelto ni un euro y, además, pretenden hacer caja con todo lo que tienen a mano«.