El negocio, que realizó su actividad ininterrumpidamente desde 1606 hasta 1835, con la desamortización de Mendizábal, volvió a activar su forja hace dos años gracias al gaditano Eduardo Aguilar
La Ferrería Mayor de Santa Eufemia data de 1606. Después de tres siglos de uso, se desmanteló el mazo y se vendieron sus hierros. Sin embargo, en 2022 el lugar volvió a poner en práctica su actividad gracias a la figura de Eduardo Aguilar, un trabajador gaditano en mercados medievales quien, al enterarse de la existencia de la antigua ferrería, no dudo en llamar al Ayuntamiento para informarse sobre ello. Según comenta Eduardo para el Canal Prestosu de la Fundación Caja Rural de Asturias, al llegar al lugar se enamoró completamente de la infraestructura y decidió ponerla en marcha de nuevo en un largo proceso de reforma que sigue gestándose.
Aguilar destaca la importante labor que supone volver a dar vida a un oficio tan tradicional e importante como es la ferrería. «Transformas un poquito de alma, para mí es magia», señala el artesano, quien del mismo modo se encarga de impartir cursos de conservación e introducción al oficio, especializándose en piezas medievales e históricas.
Y es que la notabilidad de la conservación de la ferrería es una cuestión muy presente en la vida de Aguilar, quien destaca que «tú tienes que ser lo que fueron, tienes que recordar cómo ha llegado el oficio hasta ahora». Sin embargo, a pesar de que los tiempos cambien, «la forma de trabajo y manipulación del acero sigue siendo prácticamente igual que antaño», cambiando simplemente la demanda de algunas piezas por encima de otras, asegura el de Cádiz. Puedes ver el video de la entrevista completa a través de este enlace.