La Sección de Menores ha asumido la tarea después de que el atestado de la Policía Nacional confirmase que los presuntos autores eran menores en el momento del suceso
Han pasado cuatro días desde que Claudia González Álvarez pusiese fin a su vida precipitándose desde el cerro de Santa Catalina, y la Fiscalía del Principado ya ha hecho sus primeros movimientos de piezas en el tablero de los sucedido. Esta misma mañana su Sección de Menores ha incoado diligencias para determinar la existencia de un posible caso de acoso escolar tras la muerte de la joven, de sólo veinte años y que, horas antes de fallecer, dejó manuscrita una nota en la que aseguraba haber sido víctima de ‘bullying’ durante sus años como alumna en el Colegio de la Asunción.
La implicación de dicha sección queda justificada por el contenido del atestado de la Policía Nacional. Y es que, según fuentes del propio Ministerio Fiscal, de ese documento, presentado ante el Juzgado de Instrucción Número Dos de Gijón, se desprende que los presuntos responsables de los hechos, en caso de confirmarse su existencia, habrían sido menores de edad en el momento de su perpetración. Sea como sea, la Fiscalía «practicará las pruebas que considere oportunas para concretar los hechos ocurridos, las fechas en las que supuestamente sucedieron y los presuntos autores».
En su nota de despedida González afirmó haber sido víctima de acoso por parte de «estudiantes de 2002 del Colegio de la Asunción». Sus presuntos agresores tomaron «a una niña de alta autoestima y de altas capacidades», y la «machacaron hasta el punto de no salir de la cama en años, y de llevarla al suicidio». Aseguró que «me da igual que seáis hijos de famosos, que tengáis más de 10.000 seguidores en redes sociales, o que os victimicéis», y concluyó deseando que «carguéis con una muerte más sobre vuestra conciencia». Poco después subió a lo alto del cerro y consumó su fatal decisión.
Desde entonces, de la mano del estupor y de la indignación colectivas, han proliferado las teorías, más o menos realistas, acerca de quiénes podrían ser sus presuntos agresores, y no han faltado, incluso, señalamientos directos a personalidades ligadas al mundo del deporte y de las redes sociales, todos ellos hechos por particulares. Ninguna de tales acusaciones, empero, ha podido ser demostrada hasta la fecha.