La organización naturalista entiende que dicha consideración es incompatible con el «fomento de la violencia» que supone permitir el acceso de menores a los espectáculos taurinos en El Bibio, y reclama «coherencia» a Moriyón

Puede que, para el común de los ciudadanos, reflexionar sobre el nexo de Gijón con la tauromaquia sea algo limitado a esas pocas semanas de agosto en las que la urbe se zambulle en la Feria Taurina de Begoña. Sin embargo, entre los miembros de la Fundación Franz Weber esa relación está presente de manera constante. Tanto, que este mismo martes la entidad naturalista ha hecho saber su último movimiento de ficha: solicitar que Gijón sea expulsada de la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras, por vulnerar su carta fundacional de forma reiterada. ¿Y en qué han consistido tales infracciones? Pues, precisamente, en permitir el acceso de menores a las corridas de toros, lo que constituye, a juicio de los autores de la petición, un «fomento de la violencia» entre niños y adolescentes intolerable e incompatible con la consideración en cuestión.
Tal como recalcan desde la Fundación, la Carta de Ciudades Educadoras hace especial hincapié en el deber de las Administraciones de «educar y transformar la ciudad en un espacio de respeto a la vida y la diversidad», una responsabilidad que cobra mayor relevancia en el caso de los menores. Tanto es así que, prosiguen los autores de la solicitud, el texto recoge que «la garantía de los derechos de la infancia, la adolescencia y la juventud en la ciudad consiste, en primer lugar, en asegurar de manera plena su condición de protagonistas de su vida y del desarrollo de sus derechos civiles y políticos». Frente a dichas pautas, el permitir el acceso de menores a los espectáculos taurinos propicia que tales grupos poblacionales «queden expuestos a un espacio que ni respeta la vida, tanto de animales como de participantes, ni su integridad, al tener una afectación potencial sobre su desarrollo psicosocial y de la personalidad».
No obstante, y pese al paso adelante dado, en Franz Weber todavía confían en que una adecuada acción municipal baste para evitar peores consecuencias. En ese sentido, concluyen en el escrito, «apelamos a la alcaldesa, Carmen Moriyón, a cumplir con las objeciones internacionales y con los propios documentos que firmó la ciudad», toda vez que «detrás de estas actividades y apoyos hay un interés claro por adoctrinar en la violencia, por normalizarla en grupos poblacionales especialmente vulnerables».