La Cabalgata tuvo también como protagonistas a varios caballos y sus elegantes pasos, así como las renovadas carrozas de sus majestades, iluminadas con luces led y que cerraron el desfile real
La Cabalgata de los Reyes Magos de Oviedo fue ayer un éxito gracias a los miles de niños y familias que abarrotaron el recorrido de sus majestades de Oriente por el centro de la ciudad para presenciar un desfile al que le faltó ritmo y música, pero no la ilusión de los más pequeños.
Desde una hora antes del inicio de la Cabalgata las calles de la capital estaban repletas de críos con sus familiares que se apretaban contra el vallado de un recorrido que comenzó y terminó en la Escuela de Minas con una parada en la Plaza de la Catedral donde Melchor, Gaspar y Baltasar rindieron homenaje al Niño Jesús.
Con una temperatura excelente y la luna media en el cielo de Oviedo, la Cabalgata partió puntualmente de la Calle Independencia a las seis y media de la tarde, con el paso de bandas que animaron la espera de llegada de los reyes al ritmo de canciones infantiles: Un elefante se balanceaba sobre la tela de la una araña…y en especial las de los payasos de la tele: Susanita tiene un ratón…Vamos que entre canción y canción apareció un rebaño de ovejas y tras ellos los enviados de los sultanatos que acompañaron a los reyes de Oriente, desde Bután hasta Etiopia. La Cabalgata de este año en Oviedo tuvo también como protagonistas a varios caballos y sus elegantes pasos, así como las renovadas carrozas de sus majestades, iluminadas con luces led y que cerraron el desfile real.
Las carrozas de los reyes que cierran la Cabalgata hicieron las delicias de los niños ovetenses, a pesar de que algunos echaron en falta la magia de años atrás, donde el barullo, las carrozas repartidas entre grupos y bandas, y el confeti, hacían de este evento algo único.
Y es que hubo gente a la que no convenció del todo el desfile de este año y lamentó la falta de más animación. Entre los asistentes se señaló la ausencia de algunas bandas de música que solían participar, lo que dejó huecos y tiempos muertos en el recorrido. Según algunos, la innovación intentada resultó contraproducente, con comitivas más pequeñas y menos interacción. También se criticó el tiempo de espera en la zona de la Adoración, sugiriendo que se añadan elementos como música para mantener la dinámica.