El proyecto prevé complementar el edificio histórico, futuro museo de la ciudad, con otros dos: uno, de mayor tamaño, habilitado como espacio de usos múltiples, y otro, menor, equipado como cafetería
Toda duda, todo debate, toda teoría en torno al fututo del edificio de Tabacalera, el antiguo convento de las Agustinas Recoletas, parece haber quedado resuelto de un plumazo esta misma mañana. La Junta de Gobierno Local ha aprobado por unanimidad el proyecto de reconversión del inmueble, uno de los grandes iconos arquitectónicos del barrio de Cimavilla, en un gran complejo cultural y artístico. El pliego, de hecho, prevé complementar el núcleo histórico, que albergará el futuro museo sobre la historia de la ciudad, con otros dos edificios de menor tamaño, conformando un triángulo con el que el Ayuntamiento busca «crear un equipamiento que posibilite una nueva programación de proyectos a los que, hasta ahora, Gijón no ha tenido acceso».
El centro neurálgico del proyecto será el archiconocido bloque que discurre a orillas de la calle María Bandujo, desde la cual tendrá su acceso principal. Con una superficie total de 8.195,88 metros cuadrados, dispone de cinco plantas, de la que, punto de entrada al margen, el sótano se habilitará en su totalidad como un espacio para el almacenaje, depósito y conservación de las colecciones museográficas municipales. Por su parte, la planta de acceso albergará la recepción y una tienda de merchandising, mientras que la baja será la sede del Museo de Gijón, que incluirá las colecciones, un recorrido por la historia de la urbe y los restos romanos que se encontraron en patio del claustro; al mismo tiempo, se conservarán el claustro con arcadas, el pequeño patio que iluminaba las celdas de las clérigas y la iglesia de cruz latina. Finalmente, las plantas primera y segunda servirán de espacio expositivo para proyectos de producción propios, coproducciones y propuestas itinerantes que formen parte de circuitos nacionales e internacionales.
A esa archiconocida estructura se sumarán dos más, ambas de nueva planta. La primera de ellas, que sumará 2.580,09 metros cuadrados, dará cabida a una sala de usos múltiples, con aforo para 400 personas, que se dedicará a proyecciones centradas en el cine de autor o independiente, conciertos musicales y conferencias, entre otras opciones. Del mismo modo, dispondrá de espacios para oficinas, salas de reuniones y estancias de usos múltiples de pequeño formato. Por último, el segundo bloque, igualmente nuevo, servirá de negocio hostelero vinculado al museo, pero con acceso exterior independiente, para que pueda funcionar con un horario distinto al del equipamiento expositivo. Para ello, se contará con una superficie teórica de 240 metros cuadrados, si bien, en la práctica, será mayor, al aprovechar la medianera con el bloque histórico.
De ese modo se podrá materializar la ambición del Consistorio de convertir el complejo de Tabacalera en «un espacio cultural de referencia nacional». No obstante, queda por ver el impacto que la noticia tendrá sobre los vecinos de Cimavilla, cuya asociación, al igual que la de festejos del barrio, llevaba años reclamando la habilitación de parte del antiguo convento en sede para ambas.
Hágase ya pero ya Monxina Mentirosa.