El Ayuntamiento inicia la instalación de la red de videovigilancia en la zona rural, la apuesta municipal para tratar de frenar los robos en viviendas que se suceden periódicamente en dichas parroquias; en total, serán 49 equipos de grabación

La larga espera ha terminado en Castiello. Tres años después de que se alzasen las primeras voces a favor de la instalación de un sistema de videovigilancia en la zona rural de Gijón, como fórmula para tratar de paliar los periódicos robos cometidos en varias viviendas del lugar, la unión temporal de empresas (UTE) ECO Telecable, compuesta por las compañías Ecocomputer y Telecable, ha completado este jueves la colocación de la primera de las 49 cámaras que conformarán la red. La previsión del Ayuntamiento es que en tres meses quede completa dicha tarea, adjudicada al tándem empresarial por un presupuesto de 205.000 euros, más otros 15.000 euros anuales para su mantenimiento durante los próximos tres años. Sin embargo, la alegría ya se ha hecho palpable en el entorno; especialmente, en el seno de la Plataforma Vecinal de Bernueces.
«¡Estamos felices! ¡Hemos logrado lo que llevábamos pidiendo tres años!«, festejan, felices, en el colectivo en cuestión, confiados en que, una vez el sistema de videovigilancia esté plenamente operativo, «podamos sentirnos un poco más seguros en nuestras viviendas«. Su alegría, no obstante, va acompañada de una cierta crítica hacia «la falta de reacción de las autoridades», por un lado, y «de apoyo de asociaciones o federaciones vecinales, que no consideraban legales o necesarias estas cámaras», por otro. En esa última aseveración es posible detectar una referencia velada tanto a la postura de varios de los colectivos de habitantes de la zona rural, como a la propia Federación ‘Les Caseríes’. Por ello, y al margen de cualquier tipo de organización, en la Plataforma insisten en que este logro «es fruto de las reivindicaciones de los vecinos de la parroquia».
Por su parte, desde el Consistorio recalcan que las cámaras instaladas ofrecerán imágenes en alta definición, y contarán con sistemas de inteligencia artificial (IA) configurados para permitir la lectura automática de matrículas, y la detección de movimientos inusuales de vehículos y personas. Cumpliendo con los dictados de la normativa, vigente, las grabaciones se almacenarán por espacio de un mes, y podrán ser monitorizadas en tiempo real desde el centro de control de la Policía Local de Gijón; a mayores, cada cada cámara dispondrá de un disco duro para garantizar la seguridad de los datos. En cuanto a las zonas concretas de colocación, han sido estudiadas por el cuerpo policial municipal, y se han seleccionado priorizando aquellas con mayores índices de tráfico o criminalidad.