«Es todo tan grande»; «Impresiona», comentaban en su visita la vicepresidenta del Gobierno asturiano, Gimena Llamedo, y la viceconsejera de Turismo, Lara Martínez

Son dos de los espacios más peculiares y escondidos de La Laboral, y ahora, tras su rehabilitación, podrán volver a ser visitados. Se trata de las cocinas y la lavandería de Laboral Ciudad de la Cultura, que este mismo domingo reabrirán al público tras una rehabilitación que ha conllevado una inversión de 430.000 euros y ha sido financiada por los fondos Next Generation EU. Estas históricas instalaciones permitirán, como ha señalado la vicepresidenta del Gobierno asturiano, Gimena Llamedo «redescubrir la vida en la Laboral», un espacio que recibe más de 162.000 visitas anuales. La vicepresidenta ha recorrido este miércoles sus recovecos acompañada de la viceconsejera de Turismo del Principado, Lara Martínez.
Ambos espacios se podrán visitar de forma gratuita durante la jornada de puertas abiertas prevista para el domingo, con pases de 15 minutos entre las 10:30 y las 14:00 horas y entre las 16:00 y las 20:00 horas. Ya a partir de la próxima semana, las visitas guiadas de los sábados por la tarde incluirán estos espacios en su recorrido habitual, junto con la plaza central y la torre mirador. Además, desde el jueves y hasta el sábado, tres de los espectáculos del Festival de Artes Escénicas en Espacio Singular Rincones y Recovecos se desarrollarán en estos renovados espacios. El Principado busca así explotar el «gran atractivo» y el «creciente interés turístico» del complejo, citaba la vicepresidenta, quien añadió que estas instalaciones podrían acoger futuros eventos culturales siguiendo el ejemplo del festival.
Fogones con casi siete décadas de vida
En cuanto a los trabajos de rehabilitación, realizados por la empresa Citanias Obras y Servicios, han incluido mejoras en la cubierta y la envolvente térmica, además de reparaciones interiores que aseguran la impermeabilización del edificio. Además, se restauraron elementos arquitectónicos clave, como la chimenea de la cocina y las zonas de almacenamiento, entre las que destaca el gran lavadero y secadero de patatas.
Estas cocinas, en funcionamiento desde 1955 bajo el mando de las monjas clarisas, se reabren con novedades inéditas, como la zona de lavado y aclarado de platos, así como el espacio donde las clarisas entregaban la comida para los comedores, que ahora son los ‘mini’ pisos de La Laboral. Asimismo, en la lavandería, se podrá acceder a zonas nunca antes visitadas por el público, como la de planchado y se mostrará por primera vez una antigua lavadora de vapor, la única con que contaba el edificio.
Una majestuosidad ante la que también cayeron rendidas ambas representantes públicas, que comentaron durante la visita la enormidad del espacio: “Es todo tan grande”; “Impresiona”. Palabras de asombro también para las clarisas, cuyas manos preparaban hasta 2.000 comidas diarias en turnos en los que trabajaban tan solo 12 religiosas en las cocinas y que estuvieron al pie del cañón hasta 1996. Unas cocinas en las que también trabajaba «Sor Lenteja«, la clarisa que ennegreció el techo de la cocina al quemar un guiso de lentejas, un incidente que forma parte de la idiosincrasia del lugar y que le valió el simpático sobrenombre.
Esta intervención refuerza el atractivo turístico de la Laboral, al mismo tiempo que continúan las obras en otros espacios del complejo, como la iglesia, cuyo andamiaje se espera sea retirado en las próximas semanas.