Áreas como el Cecilio Blanco Blanco, de casi una hectárea, quedan bañados por la penumbra en cuanto se extinguen las luces del día, tal como denuncian unos vecinos que reclaman al Ayuntamiento mayores inversiones en alumbrado ciudadano
Es una cuestión que ya ha acaparado espacio y tinta en miGijón en tiempos recientes: parques, plazas y otros espacios públicos de la Zona Sur de Gijón que, en el momento en que las luces del día desaparecen por el horizonte, quedan bañados por la más absoluta oscuridad. A veces, especialmente en invierno, a horas de la jornada tan relativamente tempranas como las seis y media de la tarde. Por supuesto, no es posible luchar contra los ciclos naturales; amanece cuando amanece y anochece cuando anochece. Lo que sí se puede es tratar de compensar ese efecto desplegando una adecuada red de alumbrado… Que, a juicio de los vecinos de las áreas afectadas, hoy por hoy no existe. Y ese hecho es el que ha vuelto a poner en el foco la problemática del modelo lumínico de la ciudad, marcado, opinan los afectados, por una política de ahorro y sostenibilidad que, sin embargo, juega en detrimento de la utilidad de los lugares oscurecidos y, a veces, hasta de la seguridad ciudadana. En otras palabras… Gijón quiere más luz. Y pronto.
El último foco de tensión se desataba en la tarde de este mismo sábado en el parque Cecilio Blanco Blanco. Allí, poco antes de las nueve de la noche lugareños y usuarios, decididos a pasear con sus mascotas por su vasta extensión de casi una hectárea, o a disfrutar de sus equipamientos, se encontraban con la necesidad de hacerlo iluminando el camino valiéndose de las linternas de sus teléfonos móviles… O, directamente, cambiando de escenario. Una situación que recuerda mucho a la que se da en el de la Pecuaria, o en el cercano parque Juan Negrín, ya denunciada por lectores de este medio. «No es que haya lámparas fundidas… Es que no hay luz en todo el parque», protesta Manuel Cañete, presidente de la Asociación Vecinal ‘Evaristo San Miguel’ del Polígono y, además, líder de la Plataforma de Asociaciones Vecinales de Gijón (FAV). Él mismo se confiesa parte de los perjudicados por una dinámica que, en el último mes, ha quedado relativamente camuflada «por el deslumbramiento navideño; ahora bien, cuando volvemos a la normalidad, volvemos a los mismos déficit de siempre, y que nadie se está planteando solucionar».
A juicio de Cañete, en ese último comentario es donde se oculta la esencia del problema. Y no es algo que, en Gijón, se limite únicamente a dos o tres parques de la Zona Sur. «Lo más preocupante que nos trasladan muchas personas mayores, y otras con deficiencia visual, es que la ciudad se ha oscurecido; no hay nadie que comente y aprecie el cambio de modelo luminario, que será más económico y eficiente, pero es, a todas luces, deficiente e insuficiente», prosigue el líder vecinal. Por si fuese poco, asegura, no son pocas las ocasiones en que las luminarias «alumbran los viales de la calzada vehicular, prescindiendo del alumbrado en aceras, que es donde realmente se hace necesario; hasta en la avenida de Portugal se suprimió el brazo que daba luz las aceras». De ahí que Cañete concluya instando al Consistorio a que «esa campaña de que el 2025 será el año de la luz y la ilusión se vuelve real».