El Real Sporting recuerda en sus redes al que aún hoy sigue siendo el entrenador más querido de la historia del club, cuando se cumple el undécimo aniversario de su prematura muerte
Es difícil, muy difícil, que la noche de 6 de junio de 2012 se borre alguna vez de la memoria de la afición ‘rojiblanca’ gijonesa. Aquella noche, en la localidad valenciana de Mareny de Barraquets y poco después de las once y cuarto, un repentino infarto de miocardio segaba la vida de Manuel Preciado Rebolledo, hasta semanas antes entrenador del Real Sporting. Así fallecía el hombre, pero nacía la leyenda que, desde entonces, ha elevado a ‘Manolo’ al altar de los iconos del fútbol español. En efecto, pocos técnicos de este país, aun con sus luces y sombras, han sido tan respetados, queridos y elogiados como lo sigue siendo él. Por eso hoy el club al que llevó dos veces a Primera División honra en sus redes sociales a su ‘Eterno Preciado’, el mismo mensaje que exhibe en cada una de sus publicaciones dedicadas al difunto.
Nacido en El Astillero, en tierras cántabras, el 28 de agosto de 1957, desde 1977 hasta 1992 Preciado se labró una sólida carrera como jugador en clubes como el Deportivo Alavés o el Racing de Santander, aunque no tardó en cambiar el césped por el banquillo, abrazando la condición de entrenador. Tras pasar en reiteradas ocasiones por el Racing, la Gimnástica de Torrelavega, el Levante y el Real Murcia, en 2006 sentó plaza, al fin, en el cuadro sportinguista. Así se gestaba lo que llegaría a ser un mito.
Durante sus seis años en el equipo asturiano el técnico cántabro logró la friolera de cinco ascensos, incluidos los dos a Primera, y se labró su fama de hombre enérgico, a la par que metódico y, sobre todo, honesto, vehemente y directo. Tanto que, en aquellos tiempos, sus declaraciones ante los medios de comunicación, no siempre diplomáticas, generaron más de un conato de malestar que, sin embargo, lejos de eclipsarla, aumentó la admiración sentida hacia él por la afición. Mediada la temporada 2011-2012 se comunicó su destitución y reemplazo por Javier Clemente; de hecho, poco antes de fallecer se informó de su posible contratación por el Villareal.
Desde entonces, Preciado se ha convertido en algo mucho mayor que mera parte de la historia del club asturiano. Para los amantes del ‘deporte rey’ gijonés es un símbolo, sí, pero también lo es para las legiones de aficionados y turistas que visitan anualmente la ciudad y El Molinón. Una herencia imperecedera que trasciende al hombre, y que hoy, de justicia es, se conmemora desde el corazón.