El barómetro ‘FamilyLovers’, diseñado por la empresa Chicco, confirma que un 16,7% de los encuestados ha debido renunciar a su desarrollo laboral para atender a sus hijos
Exceptuando casos puntuales, extremos y, a menudo, dramáticos, no habrá madre o padre que no asegure que el haber abrazado dicha condición ha sido el momento más feliz de su existencia. No obstante, la paternidad y la maternidad no están exentas de sacrificios y renuncias; incluso, en el plano profesional. Así lo ha confirmado el barómetro ‘FamilyLovers’, desarrollado por la empresa Chicco, y de cuyos resultados se desprende que uno de cada tres asturianos que han tenido hijos, un 35,1%, han visto afectada, de un modo un otro, su realidad laboral. Bajando al detalle, el 10,5% ha dejado su trabajo mientras que el 7,1% dice haber reducido su jornada laboral, o otro 7%, directamente, ha perdido su empleo; el 10,5% restante asegura que sí le ha afectado, aunque no especifica cómo.
Con todo, los efectos profesionales no son los que encabezan en listado de consecuencias de la paternidad. El no poder pasar más tiempo con la pareja aparece como la primera, señalada por el 26,7%, un portentaje análogo al de la merma de las salidas nocturnas, y muy cercano a la dificultad para viajar, reseñada por el 23,3%, resultado similar al del cuidado personal. La práctica de deporte, citada por un 21,7%, y el poder pasar más tiempo con familiares y amigos, por un 15%, completan un listado en el que el empleo ocupa el primer puesto en sólo un 16,7% de los casos.
El estudio se ha interesado también en conocer cuál es la principal motivación de los asturianos para tener hijos. Mientras el 51,7% sitúa «el deseo de formar una familia» como principal motivo, el «haber querido siempre tenerlos» se coloca en segunda posición (40%), seguido de aquellos que confiesan haberlos tenido de manera inesperada (5%) y quienes lo han hecho como un deseo de su pareja (3.3%). Así, el 50% ha descubierto nuevas facetas de sí mismo que no conocía; el 58,3% asegura haber dejado de dedicarse tiempo a sí mismo; para el 23,3% ha supuesto dedicar menos tiempo a la pareja; y, únicamente un 16,7% sostiene que su vida no ha cambiado sustancialmente. Finalmente, el 70% de las madres y padres asturianos confiesan haber renunciado a cosas tras la llegada del bebé, frente al 30% que asegura que todo sigue prácticamente igual.