«La cultura no es pegar un plátano en un marco y decir que es arte. En invierno sobrevivías gracias a este tipo de actuaciones». Artistas y hosteleros claman por una solución y la continuación de ‘Siente Xixón’

Siente Xixón está en el aire. El popular programa podría sufrir grandes ajustes en su bases sino se resuelven los conflictos que planean sobre él. Una noticia que ha caído como un jarro de agua fría. Artistas y hosteleros se lamentan de perder ese reducto musical semanal que, en muchas ocasiones, representa para los vecinos de los barrios la única oportunidad de ver música en directo cerca de sus domicilios. Y es que el evento, que fomenta la música en vivo en pequeño formato dentro de locales, se encuentra “en el aire” tras una denuncia basada en la Ley del Espectáculo Público del Principado de Asturias, que limita las licencias para música en vivo a discotecas y locales con licencia de café-teatro.
Para muchos, la desaparición del programa sería un golpe devastador no solo para el sector cultural y la hostelería, sino también para el público. “Ellos van a ser los más damnificados, junto con los músicos,” lamenta Emilio Rubio, propietario de La Montera Picona de Ramón, uno de los locales que participan en el circuito. “El Ayuntamiento quería fomentar que en invierno se dinamizara la hostelería, que la gente de la calle pudiera tener acceso y ver cantantes. Pero el perjudicado de verdad va a ser el público y los cantantes, y también el empleo. Si no hay música, la mitad de los extras que contrato los fines de semana no los podré tener”.
“Es una faena para los que nos dedicamos profesionalmente. No entiendo muy bien a quién molesta. En un vermú, ¿a quién puedes molestar?»
El programa no solo ofrece un espacio para la expresión artística, sino que también contribuye al sustento de numerosos artistas y hosteleros. Jorge Menéndez, músico profesional, es uno de ellos: “Es una faena para los que nos dedicamos profesionalmente. No entiendo muy bien a quién molesta. En un vermú, ¿a quién puedes molestar?. Hay quienes tienen su nómina fija y hacen esto como un hobby, pero para quienes es nuestro trabajo va a perjudicar, y mucho. Es nuestro medio de vida”.
Mina Longo, artista consolidada, hace ya tiempo que no actúa en este tipo de locales -la podremos ver en el Teatro de la Latina de Madrid el próximo mes de mayo- pero sabe bien lo que hay detrás de cada actuación y del esfuerzo que supone, tanto para los músicos como para el local: “Da de comer a mucha gente. Hay que ponerse de acuerdo para no pisar horarios y permitir que cada uno pueda desarrollar su trabajo”. Por su parte, Ceferino Otero, artista que sí ha participado en el Siente Xixón en otras ediciones, lamenta las crecientes restricciones: “Antes podías cantar después de una cena, en horarios prudentes…Ahora está todo prohibido. Están quitando cultura. La cultura no es pegar un plátano en un marco y decir que es arte. En invierno sobrevivías gracias a este tipo de actuaciones”.
«La cultura no es pegar un plátano en un marco y decir que es arte. En invierno sobrevivías gracias a este tipo de actuaciones»
La situación también impacta a artistas profesionales con décadas de experiencia, como Víctor Cimadevilla, quien advierte: “Mucha gente se va a quedar sin comer. Quienes están empezando o no son tan conocidos lo van a tener muy difícil”. Es el ejemplo de José Taboada, músico que tenía planeado participar en el programa y que comienza a dar sus primeros pasos en la música: “Todo lo relacionado con ponerle trabas a un músico me parece fatal. Hay tanto talento en la calle…pero lo capan. Los hosteleros cumplen los horarios a rajatabla. No entiendo el problema”.
Los hosteleros también comentan su preocupación por la repercusión económica de la posible pérdida del programa. Silvia, propietaria de la sidrería El Mallu, explica: “Organizo actuaciones los viernes y los domingos en sesión vermú para traer gente y darle vida al local. Respetamos el horario, hasta las diez y media de la noche, y no veo inconveniente ¿A quién perjudicamos?. Además, da trabajo. Si tengo más gente, contrato extras. Es una lástima porque los clientes ya están preguntando por la próxima sesión”. Algo similar vive Carlos, dueño de la vinoteca El Encanto, quien también destaca la importancia de Siente Xixón para los negocios de barrio: “Gracias al programa he levantado el negocio. La gente que viene por los conciertos luego se queda a consumir. Es una gran faena porque los viernes tengo un ambiente superchulo, de matrimonios, gente bailando y disfrutando. Me va a perjudicar”. Con la situación aún sin resolver, el futuro de Siente Xixón queda envuelto en incertidumbre.