Lamentable es la impresión que produce el entrar en Gijón por la calle Sanz Crespo y encontrarte con la antigua Casa Sindical
Por José Ignacio Algueró Cuervo, doctor en Geografía e Historia
Cuando uno llega a una ciudad desconocida, y más si lo hace por placer vacacional, abre los ojos avizor ante el panorama que se le presenta delante y comienza a captar una serie de imágenes que configurarán su primera impresión. Ahora que acabamos de estrenar la nueva corporación municipal surgida de las urnas, me parece oportuno reflexionar en voz alta sobre lo mucho que Gijón podría mejorar la impresión primera causada a sus visitantes con una serie de actuaciones que tendrían a mi juicio un efecto positivo en la imagen proyectada.
Cuando uno entra en la villa de Jovellanos procedente de la autovía minera y quiere acceder al barrio de El Llano, se encuentra con un paso subterráneo que da una imagen deplorable de dejadez e incompetencia. La velocidad a la que se circula por el citado lugar no nos impide comprobar que son muchos los paneles deformados, sucios, hechos un amasijo o, sencillamente, inexistentes. Son años y años los que han pasado sin una actuación que restituya los elementos embellecedores iniciales y, lógicamente, al sumarse nuevos choques de vehículos cada cierto tiempo, el deterioro no hace más que aumentar, haciéndolo en consecuencia la mala imagen transmitida. Desconozco quién tiene la competencia para presupuestar y afrontar el gasto correspondiente, pero estoy seguro de que, si no es potestad suya, la alcaldesa podrá exigir a quien competa el corregir una situación tan negativa para la imagen de Gijón como la aquí descrita.
Igualmente lamentable es la impresión que produce el entrar en Gijón por la calle Sanz Crespo y encontrarte con la antigua Casa Sindical. Independientemente de las mejoras que pueda necesitar por dentro, y que desconozco, la fachada presenta un aspecto manifiestamente mejorable. La presencia de personas equipadas con colchones, mantas y cartones, que han convertido el zaguán en su estancia permanente, transmite una idea de que Gijón es una villa que desatiende a los más necesitados, lo cual, a mi juicio, es incierto. Bien cerca de la Casa Sindical existen instituciones que, a buen seguro, pueden dar a estas personas un alojamiento y una manutención dignos. Siendo muy respetable que quien tenga dificultades para integrarse en sociedad busque la mayor libertad, no lo es menos que la necesidad de mantener una salubridad aceptable y las inclemencias del clima de Gijón exigen unas mínimas condiciones que no se logran en un espacio como el citado.
¿Y qué decir de la estación de ALSA? Un edificio catalogado, de estilo racionalista con legado art-decó, que en su día unió la utilidad con el atractivo de una construcción singular, pero que desde el derrumbe de parte del techo de los andenes en 2002, con una secuela de once heridos, ofrece una imagen penosa que une la peligrosidad con la incomodidad y la carencia de unos servicios mínimos al usuario. Con la justificación de que no tiene sentido hacer grandes inversiones en ella cuando está prevista -sine die- la construcción de una estación intermodal, pasan los años y la imagen que perciben los viajeros que llegan en unos autobuses modernos, seguros y cómodos al fin de su trayecto no puede ser más deplorable. No sólo Oviedo, sino muchas ciudades asturianas cuentan con estaciones dignas y cómodas, adaptadas al movimiento de pasajeros que las utilizan. Gijón debe contar con la suya urgentemente, y los esfuerzos de todas las administraciones implicadas deben encaminarse a conseguirlo.
No puedo estar más de acuerdo. Solamente un apunte más y es que si se entra en Gijon por tren,se encuentra uno con una estación que es tercermundista,y según sales de ella lo que te encuentras es un subterráneo lleno de basura, y gente durmiendo en colchones entre ella,además del aparcamiento del albergue en el cual ya se acampa directamente con colchones entre los pocos árboles que hay.
Agradecida al autor del artículo por haber sabido expresar tan bien lo que yo llevo tiempo queriendo hacer. Comparto totalmente sus apreciaciones y me indigna que no se haga nada. El aspecto exterior de la Casa Sindical me avergüenza de mi ciudad cuando llegan visitantes que vienen de la estación del tren o bajan de un autobús. Quienes vienen a Gijon no solo hacen pasear por el muro, antes de llegar a el ya han visto todo esto.
Agradecida al autor del artículo por haber sabido expresar tan bien lo que yo llevo tiempo queriendo hacer. Comparto totalmente sus apreciaciones y me indigna que no se haga nada. El aspecto exterior de la Casa Sindical me avergüenza de mi ciudad cuando llegan visitantes que vienen de la estación del tren o bajan de un autobús. Quienes vienen a Gijon no solo hacen pasear por el muro, antes de llegar a el ya han visto todo esto.