«Conviene tomarse la jornada diaria con humor, sabiendo que Pepe Gotera y Otilio velan por nosotros, no queda otra»
«Conos, vecinos y operarios podrían participar, juntos como hermanos, en Humor Amarillo»
Suenan los tambores, ya salen… Cimavilla cuenta este año con una procesión peculiar que se desliza por sus calles desde hace unos cuantos meses: «La procesión de los conos». Amanecen, meriendan y duermen estos amigos de la obra pública a la vera de los portales, en las plazas, pegados a los bolardos, pisando esas baldosas amarillas que nos recuerdan el mágico camino con destino a OZ. A veces se presentan al lado de grandes lonas color azabache, capazos y baldes con cemento, arena, adoquines cortados y algunas paletas de albañil. Colocadas al descuido.
Cuando bajan la basura los aventureros del barrio con cierto temor(por aquello de no respetar el toque de queda) o los que pasean canes más allá de las 11 de la noche, me cuentan que surgen de repente, de la nada, un grupo de conos en algarada feliz. Sin distancia social; abrazándose, besándose… para escarnio de la autoridad competente. Son descarados los conos, transitan con inusitada altivez. El barrio viejo lleva siendo su territorio desde hace demasiados meses.
Todos los mortales sabemos que las prisas solo son buenas para los ladrones y otras gentes de mal vivir y las obras siguen su curso piano piano, como si recayera la dirección de parchear aceras y calzadas en unos venerables ancianos, disfrutando al ritmo que marca el Taichí en un parque de Shanghái. Estos soñadores de goma son caprichosos en horario laboral, no quieren más compañía que la de los dos operarios por calle (con mandato consistorial) capaces de aparcar el entrañable y abollado carretillo, procurando estorbar lo justo a viandantes despistados.Si hay que cortar Vicaría o Batería unas horas o unos días se corta y «no pasa nada», si se necesita cambiar la circulación de Honesto Batalón en un sentido homenaje a La yenka se hace sin dilación. Ragazzos, no duden y asfalten por sorpresa el Tránsito de las Ballenas. Conos, vecinos y operarios podrían participar, juntos como hermanos, en Humor Amarillo, programa del Tele Cinque primigenio o protagonizar alguna de las inolvidables pelis ochenteras de cámara oculta, filmadas por Manolo Summers.
En ocasiones conviene tomarse la jornada diaria con humor, sabiendo que Pepe Gotera y Otilio velan por nosotros no queda otra. Lo que tengo cada día más claro es que la desidia está en nómina de la burocracia local. Jovellanos City languidece en un interminable viaje por la desorientación política más desilusionante. Los vecinos de Cimata no somos gilis, al menos no del todo, igual que el resto de gijoneses, aunque se empeñen en tratarnos como si tuviésemos la inteligencia justa para pasar el día sin ensuciarnos encima. Que lo sigan haciendo, tal vez les llegue a pasar factura. Yo que soy un humilde aprendiz de playu solo pido a los y las munícipes que no menosprecien a las buenas gentes de Cimavilla. La resistencia es la carga en las paredes de sus casas y en sus huesos no hay rastro de rendición alguna(pese a la humedad y los años). Y eso que ya empiezan a estar hasta el cono.
Monchi Álvarez trabaja en RTPA y es colaborador de miGijón