La capilla de San Esteban del Mar avanza en la obra del edificio mientras se conocen los primeros detalles del aspecto que tendrá el entorno exterior: un gran banco corrido alrededor de la esquina, un dibujo en sus baldosas y un gran tejo junto a un jardín
Es la capilla de San Esteban del Mar, en la entrada de El Natahoyo al llegar desde el centro de la ciudad… Todo en la obra que se está llevando a cabo para rehabilitar el templo y el proyecto del Ayuntamiento para la zona exterior está cargado de un profundo significado. Es la primera reforma que implica derribar parte de ese muro literal y metafórico que segrega a los vecinos de la zona Oeste de Gijón del mar y que les ha mantenido privados de encarar la costa durante décadas. En este caso concreto se eliminará la pared que «encierra» a la capilla dentro del complejo del Centro de Formación Profesional Revillagigedo, a cargo de la Compañía de Jesús, y ello hará que su acceso quede abierto a pie de calle en Mariano Pola y Palafox.
La rehabilitación que hará de la capilla un centro cultural ya encara los meses de recta final tras cinco de trabajo. Esta labor impulsada y financiada en su totalidad por el club de rotarios de Gijón comenzó tras la firma del convenio para su cesión en abril (que se produjo a tres bandas entre rotarios, compañía religiosa y Ayuntamiento). Para hacerla realidad han llevado a cabo todo tipo de iniciativas con las que recaudar los más de 81.000 euros que requería adecentar el edificio: desde cenas benéficas hasta donaciones de particulares, o campañas de crowdfunding con el objetivo de llegar a los 10.000 euros. Y por fin, un espacio antes religioso de tonos predominantemente ocres ha dado paso a un edificio que luce ahora de un blanco inmaculado en el que se impulsará la vida cultural (y comunitaria) del distrito occidental de Gijón. Su intención sigue siendo la de terminar las obras a finales de este año o a principios de 2025, que justo coincidirá con los inicios del exterior.
Cuando los rotarios terminen con el edificio el Ayuntamiento empezará con el espacio que rodea a la capilla, tal y como se había comprometido a hacer con la entidad desde que comenzó a fraguarse el proyecto. Rehabilitar el inmueble era muy importante, pero adecuar el espacio que lo rodea resultaba igual de vital , ya que se trataba de un caso en el que el barrio se quedaba ‘a ciegas’ tratando de encontrar la capilla tras el muro en Mariano Pola. Se espera que estos trabajos de adecuación a su alrededor terminen en marzo con una dotación presupuestaria de 130.000 euros, mientras su diseño ha quedado listo este mes.
La nueva instantánea de la capilla se caracterizará por el dibujo que crearán las baldosas en la nueva plaza, una gran extensión de zona verde, una nueva separación con el Revillagigedo a partir de forjado que será más moderna y diáfana, y un gran banco corrido encargado de recoger toda la esquina. Este último elemento actuará como separador entre la acera y el espacio de San Esteban del Mar, pero mantendrá la sensación de apertura en un lugar que buscaba echar abajo sus muros. El verdor de la gran plazoleta lo aportarán los 100 metros de área ajardinada que se extenderán a los pies de un tejo, y que combinarán con el granito y las baldosas que adornarán el resto del suelo para acompañar al futuro centro de cultura.
Es una intervención muy humilde en comparación al resto de grandes planes que el Consistorio tiene proyectados para el futuro de La Calzada, Pescadores, el Natahoyo y demás vecindario que se aglutina hacia el Oeste y que, por viales, por contaminación o por antiguos astilleros cerrados a cal y canto, lamenta cierto abandono de parte del resto de la ciudad. San Esteban del Mar es la punta del iceberg (o en este caso esquina) que constituye en concreto ‘Naval Azul’ para Gijón; un punto de inflexión que guarda un profundo significado simbólico para la concejalía de Infraestructuras. Gilberto Villoria, responsable del área en el actual Gobierno, responde a esa promesa: «Será el inicio de ese futuro que Gijón le debe a su zona Oeste, una urbanización pensada para el disfrute de los vecinos».