La empresa gijonesa recibirá este jueves el distintivo por su sostenibilidad en los Premios Gijón Impulsa: «Nos hace mucha ilusión que se reconozca a una empresa pequeña, de economía social y enfoque feminista»
Ana Marcos Álvarez y Elena Fernández Suárez, pedagoga y psicóloga respectivamente, comenzaron a crear Panduru Economía Circular en plena pandemia. Entre videollamada y videollamada pensaron que era el momento de «montar algo» y el telón de fondo parecía claro: “Empezamos a pensar y a poner ideas e intereses en común y en todas coincidían los mismos valores, sostenibilidad, economía social, feminismo…”, cuentan. Solo les faltaba “el qué” y el “cómo”, pero los pilares estaban puestos. Así, y gracias a vínculos personales, descubrieron que el pan es el segundo alimento que más se desperdicia en los hogares españoles, y lo vieron claro: había muchas más vida tras un simple ‘pan duro’. Ahora, en lugar de la basura, ese pan excedente de panadería se transforma bajo sus manos en repostería de primer nivel.
“Vimos el potencial de un alimento que se descarta porque pierde algunas propiedades, pero que sigue conservando todo su valor nutricional. Un potencial que ya vieron todas las mujeres de anteriores generaciones elaborando recetas tradicionales. Nosotras, como siempre decimos, no inventamos nada, simplemente ponemos en valor la tradicional cultura de aprovechamiento de esas mujeres”, explican a miGijón. Como recuerdan, solo en España se tiran más de 50 millones de kilos de pan cada año. Con él, en Panduru se elaboran galletas, bizcochos y, ahora en Navidad, turrón de chocolate con curruscos de pan, en versión dulce, y también salada, con aceite de oliva virgen extra y escamas de sal.
Afincada en el barrio gijonés de El Llano, la empresa, pese a su corta trayectoria, ya ha interesado tanto a clientes como actores empresariales y medioambientales que ven en el proyecto una gran forma de poner en marcha tres de las famosas ‘REs’: REciclaje, REcuperación y REutilización. Muestra de ello es el premio a la Economía Sostenible que este jueves entregará a la iniciativa Gijón Impulsa: “Creemos que a las personas les gusta el proyecto, por el vínculo emocional y por la originalidad de la idea, que, aunque se base en la tradición, resulta bastante innovadora”. El premio les está brindando la oportunidad de que aún más personas las conozcan, y la “ilusión” de que se reconozca a empresas “pequeñas, de economía social y enfoque feminista”.
Más allá de la pura elaboración de dulces, Panduru busca también sensibilizar a entidades y centros educativos sobre la importancia poner en marcha iniciativas que fomenten la disminución de los residuos, y es que “en el fondo”, señalan, “lo que nosotras trabajamos, además de la lucha por la reducción del desperdicio alimentario, es la búsqueda de soluciones creativas, tanto con el objetivo de la sostenibilidad como a la hora de montar un negocio”.
Si hablamos de futuro, tanto Ana como Elena tienen la vista fija en la consolidación de su punto de venta y de la tienda online, además de “colaboraciones muy interesantes que se están gestando ahora mismo tanto con instituciones públicas como con entidades del ámbito social. Pero sobre todo, lo que esperamos, es que Panduru se convierta en un medio de vida digno y que podamos disfrutar de más tiempo para nosotras”.