CARMEN SARAS, CONCEJALA DE SALUD ANIMAL Y COOPERACIÓN
«El ‘Cascayu’ ayuda a fomentar el paseo familiar y eso para mí es de suma importancia»
«España necesitó ayuda para su desarrollo en los años cincuenta, ahora tiene un deber ético»
Carmen Saras Blanco es licenciada en Biología y Docente en el IES Número 1. Entró a formar parte del Ayuntamiento de Gijón bajo el mandato de Ana González y no está liberada como profesora. Es concejala de Cooperación al Desarrollo y Salud Animal. Desde hace unos meses ocupa uno de los despachos de la Casa Paquet.
¿Cómo es su día a día?
De trabajo continuo. Hoy lo empiezo oficiando dos bodas. Yo sabía a lo que venía, pero que conste que saco tiempo para ir a nadar al Santa Olaya. Es mi medicina.
Pero me confesará que ser concejala no liberada es un doble trabajo, un esfuerzo grande por su parte.
No, es una doble satisfacción, y le explico por qué.
Estoy atenta.
Decidí, de acuerdo con la Alcaldesa, no liberarme. Mi trabajo, por horario, me permitía compaginarlo, eso y porque me gusta mucho mi profesión. Concibo lo docente y la concejalía como un servicio público.
Con las dos actividades, digamos que está formando personas…
Construyo vidas y profesiones y a través de la concejalía, ciudad y ciudadanía.
Un gran reto.
A nivel personal supone una carga muy importante de trabajo y de pérdida de horas libres.
¿Tiene hijos?
Tengo una hija de ocho años.
Hablemos de una de sus concejalías, la de Salud Animal. ¿Por qué cree que en Gijón hay tantos perros? ¿Tiene algo que ver con la ciudad?
Más bien tiene que ver con la ciudadanía y además con las medidas que se están tomando, se facilita el tener como compañía, un animal.
Ha habido polémica por la reestructuración de los espacios para perros sueltos.
Las zonas se han reorganizado con unos criterios. Uno es favorecer la convivencia y otro que prime la seguridad.
Eso que quiere decir.
Pues que no estén cerca de parques infantiles ni de carreteras, porque todo esto puede suponer un peligro.
Y así y todo hubo quejas.
Esas quejas fueron por una merma de metros, pero créame, se han tomado las medidas de forma cuantitativa porque la ciudad evoluciona y nosotros tenemos que aprender a hacerlo con ella.
Quedarán así…
No, haremos una segunda fase que está anunciada en la comisión del Ayuntamiento, para tener más metros y que estos sean de calidad para los animales y sus dueños.
El tener esta vehemencia con todo lo que tiene que ver con los perros ¿puede tener alguna influencia para la llegada de turismo?
Por supuesto, en la ciudad hay muchos servicios para el turismo con mascotas. Hay hoteles, bares… alojamientos en general, en donde se permite entrar con ellos.
Hablemos ahora del “Cascayu”.
De los paseos que me doy por él…
¡Ande que no trae pocas polémicas!
La ciudad tiene que ser para el ciudadano. Todo lo que haga agradable el caminar por ella, hace que sea más habitable.
Que les diría a esos detractores.
Que el “Cascayu” ayuda a fomentar el paseo familiar y eso para mí es de suma importancia. Dese cuenta de que todas las medidas que se están tomando, son para fomentar el paseo.
Pero insisto ¿y los coches, que hacemos con ellos?
En Gijón tenemos una red de autobuses muy, muy importante, que transitan de palmo a palmo la ciudad. Además es muy amable para caminar.
Metámonos en otro jardín. Estamos en la Casa Paquet.
¿A que es maravillosa?
Me la ha enseñado, cosa que le agradezco, porque ahora me doy cuenta de por qué no puede ser un albergue.
Es un edificio noble, una joya de Gijón. Permanece mirando a este fantástico Puerto que antes era comercial y de pesca y ahora es deportivo.
Está catalogado.
Por eso la obligación de conservarlo tal y como era. Eso es lo que hace más que complicado imposible, el que cumpla los requisitos que ahora se piden, en lo que se refiere a accesibilidad.
Ha quedado un lugar, por ubicación, perfecto para acoger la Oficina de Turismo.
Yo creo que sí.
Sigamos hablando de edificios. Ha habido voces muy críticas porque va a derribarse el edificio que hace esquina con Emilio Villa y San Bernardo y que es del año 1934.
Que está sin catalogar.
¿Y eso de quién es culpa?
Pues del que no lo catalogó. Al Ayuntamiento llegan proyectos para hacer licencias. Los requisitos, están en el PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) y si se cumplen, se les da la licencia.
¡Pues vaya!
Le recuerdo que este Plan de Ordenación Urbana se aprobó durante el mandato de FORO y todos los partidos consistoriales menos el PSOE votaron a favor. Esa ordenación es la que sigue vigente y si la empresa que presenta el proyecto cumple todos los requisitos, no hay más que decir, se le da la licencia.
Queda claro y cristalino así que hablemos de otro asunto, por ejemplo de cooperación.
Estoy muy contenta. Para mí es un reto.
Ya, veo que a usted le gustan…
Este es muy bonito porque se trata de lo que aporta la ciudad de Gijón al resto del mundo, sobre todo a aquellas partes de él que más lo necesitan.
Y hablamos de…
Proyectos con África, tierras Palestinas, el pueblo Saharaui y un montón más.
Le han aprobado algo no hace mucho.
Subvenciones por un millón trescientos mil euros.
Dinero eh…
Dese cuenta de que a nosotros nos golpeó la pandemia. A otros países hay que sumarles además conflictos bélicos, el hambre, desastres naturales. Y de verdad, pienso que habiendo sido España quién necesitó ayuda para su desarrollo en los años cincuenta, tiene un deber ético.
Despidámonos con optimismo.
Afortunadamente estamos saliendo de esta pandemia terrible y dolorosa y yo personalmente espero afrontar los retos pendientes con responsabilidades de gobierno.