Vecinos del barrio y Greenpeace convocan una concentración este sábado para evitar la tala de tres árboles con más de 300 años

Los vecinos de Cabueñes y Castiello tienen claras sus prioridades: los robles no se talan. La historia viene de atrás. Se remonta a 2022, cuando comenzaron las obras de una urbanización de alrededor de 73 viviendas en el camino de los Maizales, frente al número 315. Tal y como declaran habitantes de la zona, «se procedió a una tala masiva de árboles». Entre ellos, algunas especies protegidas. «Solo ha sido posible impedir que se acabase con tres», dicen los vecinos. Tres robles centenarios que, de momento, permanecen en pie de guerra junto con parte del vecindario.
Los vecinos argumentan que, en repetidas ocasiones, se han puesto en contacto con el Ayuntamiento para frenar la tala de árboles. Primero, por medio del departamento de jardinería, sin que hubiese respuesta de por medio. «Llamamos a la policía municipal y pusimos en su conocimiento estos hechos delictivos», mencionan. En primera instancia, las quejas vecinales lograron paralizar las obras tras denunciar la situación, pero a finales de febrero llegaron malas noticias. Después de que se hubiese acabado con infinidad de árboles, técnicos del Ayuntamiento informaban de que también estaba prevista la tala de tres grandes robles, los únicos que se mantienen erguidos, de una antigüedad de más de 300 años.

Ante esta situación, los vecinos ya han presentado un escrito en la concejalía de Urbanismo mostrando su rechazo al proyecto. Ahora, además, convocan una concentración para este sábado, a las 12 de la mañana, en el número 315 del camino de los Maizales. Lo hacen impulsados por la idea de que la eliminación de los robles supondría un «daño irreparable». Cuentan, además, con la colaboración de Greenpeace, movimiento del que forman parte más de tres millones de personas que clama contra los abusos medioambientales. Los robles forman parte del patrimonio del barrio. Y los vecinos quieren que siga siendo así por mucho más tiempo.