La organización descarta la presencia de la bebida más icónica de Asturias por «dificultades técnicas», mientras Cimavilla sigue en guerra por su expansión al Puerto y el cierre de accesos; el Gobierno duda que «sea un problema de la magnitud expuesta»

Veintidós casetas ampliadas y mejoradas, una nueva ubicación secundaria a orillas del mar, espacios específicos para el almacenamiento de productos, una firme voluntad de superar los cerca de 50.000 visitantes del año pasado… Con esos datos sobre el tapete, a nadie puede escapársele que la segunda edición del ‘Paseo Gastro’, que se desarrollará del 6 al 17 de agosto a caballo entre el paseo de Begoña y la calle Claudio Alvargonzález, llega pisando fuerte. Muy fuerte, incluso. De ello llevan meses encargándose, mano a mano, la empresa de eventos gastronómicos Gustatio y la municipal de festejos Divertia, ambas decididas a brindar a gijoneses y turistas la mejor experiencia culinaria posible. Y, sin embargo, semejante apuesta arrancará en una semana con una ausencia que a pocos ha pasado desapercibida: la sidra. Efectivamente, la bebida más icónica de la región no se servirá en ninguno de los puestos del certamen; ni siquiera cuando el recuerdo del reconocimiento de la cultura sidrera como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO todavía permanece bien presente. Algo que, para algunos, se ha convertido en un foco de malestar extra, añadido al suscitado en Cimavilla por la expansión del ‘Paseo Gastro’ al entorno del Puerto Deportivo, y por la limitación de accesos que implicará.
La cuestión ha sido revelada esta mañana, en el transcurso del acto de presentación del evento celebrada en la Casa Consistorial. Efectivamente, serán veintidós las casetas que se desplegarán, a razón de doce en Begoña y las ocho restantes, en Claudio Alvargonzález -estas últimas, dotadas de losas de césped artificial-. Con las de la primera de ambas ubicaciones ya parcialmente colocadas, cada una ofrecerá una superficie de dieciocho metros cuadrados, lo que supone una ampliación sobre los doce de las casetas del año pasado, a fin de que la basura no tenga que ser acumulada en la vía pública. Desde ellas, los distintos hosteleros participantes pondrán a disposición del público más de un centenar de propuestas culinarias, con «mucha hamburguesa y ensaladilla», en palabras de David Fernández-Prada, representante de Gustatio, pero también con opciones «asiáticas» o «de Perú», creando un bloque que convierte al ‘Paseo Gastro’ en «algo que no se ha visto hasta ahora». En cada una de las zonas se levantarán áreas de almacenamiento cerradas, para evitar molestias a los transeúntes y clientes. Todo lo anterior, en el plano sólido, pues en el líquido habrá a disposición más de una veintena de vinos y casi otro tanto de cervezas, amén de cócteles, vermús y refrescos variados; en ese sentido, a fin de facilitar la sostenibilidad, se pondrá a la venta una copa de vidrio reutilizable a 1,20 euros; un vaso de caña, a 0,2, y otro de cañón, a 0,35. Eso sí… Sin sidra.

La liebre la soltó el aclamado escanciador guineano Salvador Ondó, presente esta mañana en el Salón de Actos del Ayuntamiento, al preguntar directamente tanto al citado Fernández-Prada como al concejal de Festejos, Jesús Martínez Salvador, y al presidente de Divertia, Oliver Suárez, por el grado de aceptación que tiene el consumo sidrero en los distintos eventos lúdicos que se celebran durante el verano en Gijón. Una primera intervención del edil de Foro para recordar que en el Gobierno local «hacemos todo lo posible por difundir la cultura de la sidra» -como dedicar a la bebida el stand municipal en la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA), que se inaugurará hoy- dio paso a la explicación técnica, ofrecida por el representante de Gustatio. «No creo que reúna las condiciones adecuadas para poder trabajar la sidra«, ha explicado Fernández-Prada, alegando como ejemplo de ello la presencia de césped artificial entre las casetas de Claudio Alvargonzález, que podría empaparse fácilmente. Además, el leitmotiv de la FIDMA será, precisamente, la cultura sidrera; allí «estará presente en tres pabellones diferentes, con una fuerza increíble». Todo ello, en resumen, hace que la sidra, simplemente, «no encaje en este evento«.
A la espera de constatar si tal ausencia afecta de algún modo a la acogida que el ‘Paseo Gastro’ pueda tener, de momento continúa abierto el frente de batalla con los vecinos de Cimavilla, descontentos con la creación de esa ubicación auxiliar a orillas del Puerto Deportivo. Este mismo miércoles el Grupo Municipal del PSOE salía al paso del malestar colectivo en el ‘barrio alto’, incidiendo en el plus de tensión que el evento supondrá para una zona ya sometida a una presión turística constante y creciente, con el añadido de que deberá imponerse un cambio de sentido del tráfico en la calle Honesto Batalón… Algo de lo que se ha avisado a los lugareños encajando hojas de papel con la información en los limpiaparabrisas de los vehículos allí estacionados. De nuevo, ha tomado la palabra Martínez Salvador para recalcar que «nos hemos reunido con los vecinos, hemos analizado los problemas del barrio y casi todos, salvo el del ‘Paseo Gastro’, son de hace décadas«. El concejal de Foro ha reiterado que desde el Ejecutivo «haremos todo lo posible por subsanarlos«… Aunque también, en lo referente específicamente a la modificación de accesos con motivo del certamen gastronómico, ha puesto en duda que «sea un problema de la magnitud que ellos (los vecinos de Cimavilla) están exponiendo».
Finalmente, Martínez Salvador se ha referido a la posibilidad de que esos mismos habitantes del ‘barrio alto’, a la vista de que sus reivindicaciones de reubicación del ‘Paseo Gastro’ no han sido atendidas, lleven a cabo acciones de boicot, en forma de manifestaciones o concentraciones. A ese respecto, el edil ha reconocido que, por ahora, «no consta» que se esté planeando algo así; aun así, en caso de producirse, «la libertad de expresión está garantizada… Pero también el que la gente que acuda al evento disfrute de él«.
En Cimavilla están artos del uso abusivo de sus calles plazas y parques. Cada día es más difícil mantener una vida normal en el barrio. Botellones, terrazas, tours… Como éramos pocos parió la abuela con el paseo gastro. Demencial