El establecimiento de la ‘ecotasa’ municipal y voluntaria, la regulación de los alojamientos turísticos y el fomento del potencial del patrimonio industrial son algunas de las acciones que el Gobierno regional se propone llevar a cabo
¿Está Asturias entrando en una espiral de rechazo colectivo al turismo? ¿Son los habitantes de la región partidarios de poner coto a dicha actividad? ¿Es sostenible la dinámica actual del Principado con la ‘emergencia climática’, y la cada vez mayor afluencia de gentes del sur hacia el norte que esta última lleva aparejada? Son todas preguntas complejas, ninguna de ellas fácil de responder. Sin embargo, Adrián Barbón lo tiene claro: a día de hoy «la ‘turismofobia’ no existe en Asturias«. Así de tajante se ha mostrado esta mañana el presidente autonómico, en el transcurso de la primera sesión del llamado Debate de Orientación Política. Una cita en la que, de hecho, el turismo ha cobrado especial trascendencia, pues ha servido para plantear algunas de las acciones a aplicar en los próximos meses para, por un lado, controlar, y por otro, equilibrar dicha actividad en el territorio asturiano.
Tal como Barbón ha detallado, la habilitación de la ‘ecotasa’ turística municipal y voluntaria, y la regulación de las viviendas de uso turístico (VUT) son las acciones estrella de una batería que, en otro orden, incluye una inversión de alrededor de 600.000 euros en bonos de promoción para el turismo rural, y otro millón de euros para fomentar el patrimonio industrial como palanca tractora del sector. Con todo, si existe una iniciativa especialmente simbólica será la conmemoración del 40º aniversario del lema ‘Paraíso Natural’. En fin, un conjunto de propuestas centradas en «asegurar el modelo turístico sostenible y de calidad«, dos conceptos que, a juicio del presidente, una vez combinados conformar el «emblema del modelo asturiano».
«No matemos a la gallina de los huevos de oro», recomienda el dirigente autonómico
No obstante, más allá de lo puramente objetivo, Barbón ha enfatizado en esa parte subjetiva que es la percepción personas. A ese respecto, y junto con el rechazo a la existencia de esa ‘turismofobia’, el dirigente autonómico también ha negado que haya «una masificación que la justifique. Ambas afirmaciones son ciertas, pero haríamos muy mal si no supiéramos escarmentar en cabeza ajena y entender qué está pasando en otras partes de España». Por ello, ha llamado a «reaccionar antes de que sea tarde», actitud en la que se enmarcan las medidas anunciada. A fin de cuentas, ha confirmado Barbón, «Asturias está de moda», y cualquier «análisis sensato» reconoce que «la calidad paisajística y la biodiversidad son grandes riquezas». Un potencial que invita a hacer propia «esa expresión que recomienda no matar a la gallina de los huevos de oro«. Baste como ejemplo su apreciación de que «si el Principado no hubiese preservado el litoral, ahora no podría exhibirlo como valor natural ni aprovecharlo como atractivo turístico».
Por todo lo anterior Barbón ha indicado que su Gobierno tiene muy claro que el provecho particular nunca puede imponerse al interés general. «Este es el objetivo de la modificación de las directrices para la instalación de parques eólicos; el mismo que justifica la regulación de los parques de baterías. Siempre predomina el interés general y la visión de conjunto, el proyecto común. Así abordamos también la revisión de las directrices de comercio, que finalizará en 2025», ha matizado.