miGijón acompaña a Juan de Dios, usuario de silla de ruedas, en un recorrido por la ciudad, donde está en marcha el ‘Plan Accesible’, con actuaciones en diferentes puntos de la villa como rebajes de acera o creación de plazas PMR para facilitar los trayectos a personas con movilidad reducida y mayores

El encuentro se da en la plazuela San Miguel. Nos espera Juan de Dios, vecino de Nuevo Roces de 38 años que necesita de silla de ruedas desde agosto del 2023 por una lesión medular luego de una salida de vía en quad por causa del estado de la carretera. Junto a él, buscamos recorrer puntos de la ciudad en los que se está trabajando para hacerlos más accesibles, así como conocer aquellas dificultades que encuentra. «Gijón es una ciudad accesible, pero siempre hay puntos que mejorar», confirma desde un primer momento mientras nos dirigimos a la zona de Zarracina. Cita así «el pavimento, que sea un poco más uniforme; el acceso a los establecimientos; las aceras, que tengan una medida más estándar, porque, por ejemplo, a la hora de subir al autobús, aunque tengan todos acceso de rampa, según esté la altura de la acera tiene más inclinación, entonces cuesta mucho subir». Algo que también sucede con los vehículos, «porque si eres independiente y conduces, la altura de la acera te impide la transferencia. Hay bastante desnivel y cuesta impulsarte y sentarte en la silla».
En la calle San Luis, en el cruce que da a la carretera la Costa, encontramos un ejemplo de rebaje bien hecho. La acera queda a nivel de la calzada y De Dios no tiene dificultad alguna para cruzar. «Hay muchos pasos de peatones con problema de paso, pero parece que hay movimiento con este tema y que están haciendo bastante rebaje y subiendo un poco lo que es la carretera para que esté al mismo nivel. Tenían que ser todos como éste o lo más parecido a éste posible», comenta. Desde el Ayuntamiento tienen en marcha el ‘Plan Accesible’ con el objetivo de que Gijón «sea una de las ciudades más accesibles de España» y desde enero del 2023 a marzo del 2024 se ejecutaron un total de 71, cifra que no para de aumentar desde entonces con actuaciones como ésta en el entorno de Zarracina.
Además de estos rebajes, se ha actuado en seis paradas de bus —elevación de marquesinas y ampliación de acera—, se están ejecutando 13 plazas de aparcamiento PMR (personas de movilidad reducida) y obras para hacer la Madre del Emigrante y el reloj de sol en El Rinconín más accesibles, así como el entorno de las viviendas adaptadas de La Camocha, la estatua de Quini en el parque Isabel la Católica y Rodríguez Sampedro. De igual forma, está previsto «seguir trabajando este año en la eliminación de más barreras que conviertan Gijón en un ejemplo de accesibilidad», apuntan desde el gobierno municipal con la idea de presentar a la ciudad a los premios Access City Award de la Comisión Europea, y la eliminación de barreras en el entorno del Jardín Botánico. «Sé que van progresando, que la cosa va poco a poco», valora De Dios.
Aceras con desnivel
Desde Zarracina tomamos dirección a Begoña, con destino final a la zona de la calle Mieres, vía en la que la acera, estrecha, cuenta con una importante inclinación que dificulta su tránsito por ella. En la calle Noreña desde Santa Justa encontramos además una rampa pronunciada en la que tiene que hacer un esfuerzo para subir a la acera. Son problemas que se suelen dar más en los barrios que en el centro: «Igual habría que aumentar un poquitín las aceras para, sobre todo, para el tránsito de las personas y para cuando te cruzas, no haya problemas, porque al final la silla ocupa», expresa.

En el caso de su barrio, Nuevo Roces, «al ser nuevo, está bastante bien adaptado. Los pasos de peatones están bastante al mismo nivel, o sea, a buena altura, y las aceras bastante uniformes, a la misma altura casi siempre». Como inconveniente ve la pasarela que pasa por encima de la ronda y conecta con Gijón, «que tiene bastante pendiente y cuesta desplazarte, por lo que para moverte al centro si no puedes por ti mismo tienes que usar el transporte público».
Como despedida, recuerda que lo más acuciante para los ciudadanos de movilidad reducida «son el acceso de los pasos de peatones, para evitar hacer más distancia de recorrido, y la altura de las aceras. Pero también, los accesos a los establecimientos que tienen mucho bordillo, sobre todo en farmacias, porque muchísimas están sin adaptar, siempre tienen escalón para acceder». Y no olvida el tema de los coches y la necesidad de conciencia por parte del resto de la ciudadanía, porque «en el aparcamiento en batería, al tener movilidad reducida, necesitamos que abra la puerta del piloto lo máximo posible. Hay mucha gente que esa distancia no la respeta y te deja el coche muy cerca y no podemos abrir la puerta a todo lo que necesitamos». Algo que sucede también a aquellos usuarios de silla de ruedas eléctricas que necesitan el uso de rampas para acceder al vehículo estacionado.
Importancia del seguimiento de las obras
Desde la Asociación de Personas con Lesión Medular y Otras Discapacidades Físicas (ASPAYM), su presidente en Asturias, Eduardo Llano, coincide con De Dios en que Gijón es una ciudad «bastante accesible» y valora positivamente la puesta en marcha del ‘Plan Accesible’ del Ayuntamiento. «Nos parece genial que solucione las barreras actuales que hay, aplaudimos todas las actuaciones, pero sí hacemos hincapié en que haya un seguimiento de las obras porque muchas veces nos encontramos que se resuelve la obra y ésta no queda como debería quedar. Es algo importantísimo, porque si han hecho el esfuerzo de hacer esos rebajes de acera y demás, no puede quedar ni un mínimo escalón», explica.
En ese sentido, apunta como clave que «todas las obras que haga el Ayuntamiento sean cien por cien accesibles desde el minuto cero. De poco sirve que hagan ahora un impulso en mejorar lo que estaba mal si hay obra nueva que no queda bien ejecutada y que, aún siendo nuevas, son inaccesibles». «Los rebajes de acera tienen que quedar a cota cero, no puede quedar ni un mínimo bordillo; nada, ni un centímetro. Un bordillo de sólo dos centímetros perjudica a una persona que arrastra un poco los pies o que vaya en silla de ruedas porque pueden caer», recuerda al respecto.