La tradicional procesión marinera, que ya suma casi tres décadas de historia, sirve de colofón a las fiestas patronales del barrio gijonés, que han dejado un muy buen sabor de boca en la Asociación Vecinal durante sus tres jornadas

«Nunca un mar en calma hizo buenos marineros», asegura cierto refrán archiconocido, incluso, fuera del mundo náutico. Y ayer, pese a lo agitado que por momentos estuvieron las aguas del Cantábrico, los vecinos de Pescadores, fieles a la tradición, aceptaron el desafío y volvieron a reunir su efigie de la Virgen de la Soledad con la mar. Efectivamente, el barrio gijonés celebró el domingo su procesión marinera, verdadero colofón de unas fiestas patronales que comenzaron el viernes y que, a pesar de los conatos puntuales de lluvia, han dejado un buen sabor de boca en los paladares de los habitantes del lugar y de los muchos visitantes que, a lo largo de estas jornadas, se han acercado a disfrutar de las celebraciones.
Acabada la misa oficiada por Eduardo Zulaiba, párroco de Jove, en la lonja de El Musel, la imagen de la Virgen fue embarcada a bordo del pesquero ‘Salena Tercero’, convenientemente engalanado con flores para la ocasión, entre los acordes proporcionados por la Banda de Gaitas ‘Saxum’. Por fin, el barco soltó amarras y se internó en las aguas, escoltado por otras embarcaciones; una vez en el lugar convenido, la ofrenda floral fue arrojada a las olas, en una sencilla ceremonia en la que, además del propio Zulaiba y de representantes de la Asociación Vecinal ‘Virgen de la Soledad’ de Pescadores, asistieron como testigos desde cubierta los concejales María Mitre, de Foro; Abel Junquera, del PP, y Ramón Tuero, del PSOE.
Acabada la parte náutica y religiosa de la jornada, los lugareños se lanzaron a disfrutar de la comida de hermandad, antes de dar paso a la actuación de clausura del grupo Da Silva, que sirvió de cierre oficioso de las fiestas. Quedaba, a partir de ese momento, el recuerdo de tres intensísimos días que ha dejado en el paladar de la Asociación un regusto «delicioso; todo ha salido perfecto, ha venido mucha gente y las cosas salieron bien». De ahí que ahora, mientras se superar el cansancio y la resaca emocional, ya comiencen a abrirse paso en las mentes colectivas ideas para la edición del año que viene…